Por Angélica Simón

¿Por qué habría de rechazar una bolsa de plástico que me simplificará la carga de mis compras? ¿por qué diría que no al maravilloso popote que evita que tome directamente del vaso y me hace ver tan cool?

Por supuestas razones de practicidad, comodidad o simplemente de manera automática, sin un razonamiento de por medio, el consumo de plásticos es cada vez más común y va a la alza.

De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac), las prospecciones de crecimiento del valor de la industria del plástico en México durante el 2016 fue de 6 por ciento, impulsado por un mayor consumo.

Envases y contenedores presentaron un alto crecimiento en producción y en ventas; en cuanto a botellas también hubo crecimiento en la producción y venta, mismo que fue un poco más moderado en el sector de las bolsas (1).

México es el 12° consumidor de plástico a nivel mundial y su producción de plástico ha aumentado en un 56% en los últimos 5 años.

Cada persona consume 32 kg al año en Latinoamérica, pero en México el promedio es de 48 kg al año (datos de Europlastic).

En México se consumen 650 bolsas por persona al año y hay entre 0.01 a 0.25 millones de toneladas métricas de plástico por km2 en nuestros océanos. Y así, por supuestas razones de seguridad, de higiene o practicidad, los plásticos de un solo uso se han ido convirtiendo en un accesorio obligado en nuestra vida diaria.

¿Quién y desde cuándo nos hicieron creer que no podíamos vivir sin ellos? Peor aún, ¿quién nos hizo creer que no pasa nada si los seguimos consumiendo de manera desmedida?

La realidad es que sí hay consecuencias: en la vida cotidiana la basura plástica actúa obstruyendo los desagües provocando inundaciones y gastos municipales en su mantenimiento; cuando llega a los océanos, miles de animales pueden quedar atrapados en esta o consumirla y morir.

Es hora de repensar nuestra relación con los plásticos y comenzar a decir ¡no gracias! #YoSinPlásticos.

YoSinPlásticos es un movimiento liderado por ciudadanos a lo largo de más de 20 ciudades en la República Mexicana que busca convencer a comercios locales de dejar de ofrecer desechables y a los consumidores a dejar de pedirlos o rechazarlos.

Seamos parte de este cambio en beneficio de todos.

*Angélica Simón es coordinadora de medios en Greenpeace México

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