José Luis Castillo y su esposa Martha Rincón salieron ayer en el vuelo de las 8:15 de la mañana de Ciudad Juárez con rumbo a la Ciudad de México, siguiendo una pista que les permita dar con el paradero de su hija Esmeralda Castillo Rincón, desaparecida en esta frontera desde el 19 de mayo de 2009, publica hoy el Diario de Juárez.
Esta pista inició en octubre pasado cuando una persona se comunicó a un canal de televisión señalando que una persona parecida a la fotografía que la familia imprimió sobre imágenes de billetes de 200 pesos, le dijo que avisara a sus familiares porque se la llevarían a la Ciudad de México a prostituirse al Mercado de la Merced.
Desde entonces, la familia Castillo Rincón ha seguido la pista por bares de la zona centro y ahora se trasladarán a la capital del país gracias a la colaboración de un anónimo que contribuyó con el pago de los boletos de avión.
José Luis y Martha llevan dos maletas de mano con algunas mudas de ropa, impresiones de pesquisas y una reproducción del billete de 200 pesos con la foto de su hija.
José Luis Castillo apuntó que iniciarán la búsqueda con las autoridades de la Procuraduría General de la República pues la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO) recientemente desmanteló a una banda de tratantes de blancas.
Posteriormente, dijo, se aproximarán a las organizaciones civiles relacionadas con la búsqueda de personas desaparecidas, y finalmente realizarán recorridos por las zonas donde se prostituyen mujeres en la capital.
De igual modo, mencionó que recurrirán a la procuraduría capitalina para distribuir pesquisas.
“No conocemos la ciudad. No conocemos a nadie, pero confiamos en que encontraremos a Esmeralda, a nuestra hija que desde que desapareció no hemos podido tener paz. No descansaremos hasta encontrarla”, refirió Martha Rincón.
La pareja estará en la capital del país buscando a su hija durante 15 días.
Sus recursos se limitan a mil 800 pesos, producto de la venta de hamburguesas que realizaron durante varios días en la Plaza de Armas, y de aportaciones voluntarias.
“Agradecemos profundamente a quienes nos ayudaron a realizar este viaje lleno de esperanza. Estamos seguros que regresaremos con Esmeralda en nuestros brazos”, expresó José Luis.