El Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto detuvo diversas obras de infraestructura este año para estabilizar la economía, pero no dio su brazo a torcer en cuanto al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), pese a que otras propuestas alternas se ajustan en mayor medida a la condición de las finanzas del país.
Ciudad de México, 16 de marzo (SinEmbargo). — En los recientes días arreció una disputa entre el Gobierno federal y el capitalino por los terrenos del actual aeropuerto, que quedarán en desuso una vez que empiece la operación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y al interior de la oposición se sospecha que esto podría ser un signo de los aprietos en los que se encuentra el financiamiento del megaproyecto.
“Circula la versión de que al Gobierno federal le interesa que ya quede claro que se pueden usar los terrenos del Aeropuerto para lo que él diga, con la finalidad de dárselos a las empresas que van hacer el Nuevo Aeropuerto y de esa manera las compañías tengan parte del financiamiento”, dijo en entrevista con SinEmbargo Vidal Llerenas Morales, Diputado del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Llerenas, miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, explicó que de 21 mil millones de pesos, el Gobierno ha fideicomitido 19 mil millones de pesos. Un dinero que no se ejecuta y que las autoridades han decidido postergar su uso.
Por otro lado, el gabinete mantiene el discurso de que la obra está aún dentro del plazo establecido. Fernando Aportela, Subtitular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), refirió la semana pasada que sólo hay un desfase en las obra hidráulicas y que no representa un retraso en términos generales.
De los 132 mil millones de pesos que el Gobierno federal recortó del Presupuesto de Egresos el pasado 17 de febrero, 13 mil millones de pesos correspondieron a infraestructura y 189 millones a la construcción del NAICM.
A diferencia del NAICM, el recorte ajustó considerablemente 50 proyectos carreteros, entre los que destacan: las ampliaciones de la Línea A del Metro Chalco-La Paz, la carretera Méx-054 León- Aguascalientes, el anillo Acapulco-Zihuatanejo y la restauración del periférico Gómez Palacio- Torreón.
La megaobra prometida por la actual administración no sólo ha recibido críticas por la forma de financiamiento, ya que en su etapa inicial requiere 169 mil millones de pesos, de los cuales el 50 por ciento serán con dinero público, y el resto privado. También por carecer de explicaciones claras sobre las condiciones geoambientales de los terrenos ubicados al oriente de la Ciudad de México.
La organización civil Ciudad Posible, que dirige el ex director de la Comisión Nacional del Agua José Luis Luege Tamargo, detalló en un estudio que el hecho de que la obra este construida sobre la zona del vaso del ex lago de Texcoco conllevará preparar la superficie de 4 mil 430 hectáreas con altos costos.
“Presenté un estudio que demuestra que en temporadas de lluvias, cuando hay tormentas muy fuertes, esa zona es imprescindible para regular las inundaciones en la ciudad. Y eso no fue tomado en cuenta. Nada menos que la parte más crítica en una evaluación de impacto ambiental. Por eso hemos sido muy críticos de la construcción en una zona que no es apta”, detalló Luege Tamargo.
Asimismo, la ubicación levantó revuelo dentro de los poblados colindantes. De acuerdo con un peritaje de los ejidatarios presentado en un juicio la obra usurpa terrenos de los ejidos de San Salvador Atenco, en el municipio de Atenco; San Bernardino, Texcoco; Tocuila, Texcoco y sus barrios San Felipe y Santa Cruz; así como del ejido Francisco I. Madero, en Atenco.
Hasta ahora, el Gobierno ha omitido el tema y ha dicho que los terrenos son federales, por lo que no habrá expropiaciones. Quizá con el fin de evitar la confrontación con los pobladores de Atenco en el 2001, que derivó en la cancelación de un intento por realizar la obra.
A diferencia del actual aerpuerto, que posee dos pistas donde no es posible operar al mismo tiempo, la propuesta elegida por el Ejecutivo federal contará en su fase inicial con una terminal y tres pistas simultáneas.
La Secretaría de Comunicaciones y Tranporte (SCT) rechazó otras propuestas bajo el argumento de que carecen de viabilidad técnica a pesar de que también han sido hechas por especialistas.
PROPUESTA AMLO
Andrés Manuel Lopez Obrador, presidente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), presentó el 3 de noviembre una propuesta alterna al proyecto del NAICM que pretende aminorar la saturación de maniobras del actual aeropuerto de la Ciudad de México a través de habilitar la base millitar Santa Lucía, en el Estado de México, y así evitar la construcción del NAICM.
“Ese Nuevo Aeropuerto se estima costará alrededor de 170 mil millones de pesos. Y también, implica, cerrar dos aeropuertos por interferencia de espacio aéreo: el actual Aeropuerto, y el Aeropuerto militar de Santa Lucía. Consideramos que esto es un despropósito que no hay justificación para invertir tanto dinero. Derrochar tanto dinero. Y esto nos llevó a explorar opciones”, dijo López, durante la presentación.
El proyecto alterno, diseñado por los ingenieros José María Riobóo Martín y Sergio Rubén Samaniego Huerta, estipuló un ahorro de 100 mil millones de pesos en comparación con el NAICM, anunciado el 1 de septiembre del 2014.
La base militar tiene un espacio de 3 mil héctareas, a diferencia del actual Aeropuerto que funciona con 700, por lo que López Obrador conminó a construir dos pistas adicionales en Santa Lucía, una para vuelos internacionales de pasajeros y la otra para carga también del extranjero.
“¿El aeropuerto ya no sirve? La hipótesis es que no es así. Está en crisis eso es indudable, pero eso puede tener un remedio. Es relativamente simple de observar. Aterrizajes, y despegues; abordajes y desabordajes; todo lo demás dependiendo del aforo que el aeropuerto tenga”, dijo el tabasqueño, en su momento, durante una presentación pública.
Diez días después, y por mandato del mismo Presidente Peña Nieto de estudiar la propuesta alterna, el Gobierno federal anunció su rechazo a la iniciativa por considerarla que es “técnicamente inviable”.
“La operación simultánea de los dos aeropuertos es incompatible, ya que genera interferencia en el espacio aéreo”, se dijo en aquella oportunidad, argumentando que ampliar las operaciones anularía el actuar del aeropuerto.
Sin embargo, al a fecha esta consideración es vista al interior de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados como una maniobra política, y no como una respuesta técnica.
“Nosotros vamos a seguir manteniendo nuestra propuesta porque técnica y económicamente es viable”, dijo la Diputada Rosio Nahle García.
El Secretario de Comunicaciones y Transporte Gerardo Ruíz Esparza argumentó entonces que la propuesta vería sobrepasada su capacidad en cinco años. Lo cual terminó por dejar al margen la iniciativa dentro del discurso del Gobierno federal.
PROYECTO TIZAYUCA
Un área que ha sido estudiada por los anteriores gobiernos de Hidalgo para la creación de un nuevo aeropuerto estaría en Tizayuca, un municipio que colinda con el Estado de México.
José Luis Luege Tamargo detalló que un nuevo aeropuerto sería viable en este lugar, sin que interfiera con el funcionamiento de los otros aeródromos cercanos: “¿Está muy lejos? A 60 kilómetros. Hay que ponerle un tren rápido y una pista. Y se acabó”, explicó.
La organización Ciudad Posible, en un documento titulado “Nuevo Aeropuerto Internacional, en Tizayuca sí, sobre lago de Texcoco no”, apuntó que la empresa desarrolladora Aeropuertos de Paris (ADP) avaló la factibilidad de construir en el municipio de Hidalgo.
“Lo más importante de este proyecto es que se plantea la operación coordinada de un espacio”, cita el documento. El mismo software de control aéreo que sirve para las operaciones en el actual AICM y en la base militar de Santa Lucía podría funcionar en Hidalgo, donde las pistas podrían construirse en la misma dirección que el resto de aeródromos, a diferencia del NAICM.
Sin embargo, esta opción también ha sido descartada por las propias autoridades de Hidalgo, tres meses antes del anuncio del NAICM, en contraste con la línea de preparación que hicieron las anteriores tres gestiones estatales.
“Tizayuca ya estaba aprobado. Tres ex gobernadores que ocupan cargos en esta administración son los que impulsaron el proyecto. Jesús Murillo Karam fue el responsable de hacer la reserva territorial y de adquirir terrenos. Manuel Ángel Nuñez fue el que pagó el proyecto a la empresa ADP. Y el ex Gobernador Miguel Ángel Osorio fue el que logró la autorización para operar el aeropuerto. ¿Es viable? Sí. Ahora dicen que no pero están mintiendo”, dijo Luege.