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Francisco Ortiz Pinchetti

17/04/2015 - 12:02 am

Buenas noticias para Peña Nieto

Pareciera que el cebollazo que le obsequió Barack Obama en la Cumbre de Panamá puso a patinar al presidente Enrique Peña Nieto. Tal vez fue excesivo el elogio, porque desde entonces el mandatario mexicano se mira diferente, más sonriente y animoso. Como iluminado. Y en la última semana tres veces se ha referido en declaraciones […]

Pareciera que el cebollazo que le obsequió Barack Obama en la Cumbre de Panamá puso a patinar al presidente Enrique Peña Nieto. Tal vez fue excesivo el elogio, porque desde entonces el mandatario mexicano se mira diferente, más sonriente y animoso. Como iluminado. Y en la última semana tres veces se ha referido en declaraciones diversas a la conveniencia de ver y valorar las buenas noticias que, dice, también existen en nuestro país.

Más que las palabras en sí, lo que debe haber sacudido a Peña Nieto fue el énfasis con que el carismático presidente norteamericano elogió sus reformas. Dijo que admira mucho lo que hizo el presidente mexicano para lograr la Reforma Energética y agregó que ésta representa un ejemplo para avanzar en los mercados libres en la región. Durante el Foro Empresarial de las Américas, donde participaron también los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, y de Panamá, Juan Carlos Varela, Obama destacó que las reformas estructurales de México “son muestra de cómo se deben vencer las resistencias para adecuarse a un mundo de mayor competitividad”. Yresaltó de paso el “trabajo sobresaliente” de cooperación de Peña Nieto para con Estados Unidos.

Fue elocuente el rostro radiante de Peña Nieto ante tales señalamientos. Todavía no se le quita. En la primera oportunidad que tuvo soltó su afirmación de que pareciera ser que existe una negación para reconocer los avances en estos dos años de su administración. En el fondo, un reclamo en el que suelen caer, uno a uno, los presidentes de México. Un reproche a los medios críticos e independientes, que sólo ven y difunden las malas noticias, y a los llamados líderes de opinión que no valoran los aspectos positivos de su gobierno. El Primer Mandatario aprovechó el anuncio de inversión de Grupo Vidanta en proyectos turísticos por más de 18 mil millones de pesos, para defender su quehacer gubernamental y el crecimiento en diversos rubros que ha registrado el país. “Por ejemplo”, presumió, “en turismo México entró a los 10 primeros lugares de los sitios más visitados del mundo, además de que en dos años se registran cifras récord de visitantes e inversiones en el sector”.

No reveló –porque eso al parecer es un secreto de Estado— el monto del gasto que el gobierno ha hecho en el rubro de promoción turística, aunque se sabe que  es una sumaque no tiene precedente. “Esto sin duda resulta muy alentador y a veces pareciera que no quisiéramos o nos negáramos a reconocer los avances y a registrar buenas noticias.Estamos en búsqueda de ellas y cuando las tenemos frente a nosotros pareciera que no las vemos”. En turismo, dijo, “son buenas las noticias que hay”.  Ya encarrerado, aseguró que también hay buenas noticias en la implementación de reformas, políticas públicas, inversión en infraestructura y demás acciones gubernamentales. Y no queremos verlas.

Unos días después volvió a la carga. “La decisión de empresas globales de invertir en México no es algo fortuito, sino por la mano de obra calificada, la paz laboral y las ventajas competitivas que ofrece el país, afirmó al oficializar la inversión de mil millones de dólares de Toyota en Guanajuato. Ahí aseguró que el interés de esa automotriz consolida al sector, que ha crecido un 10 por ciento en los últimos años.”La inversión en México por parte de Toyota no es casual, ni es fortuita. Es a partir de un análisis profundo y serio de dónde es un espacio oportuno, óptimo para empresas globales invertir y, con ello, expandir su presencia en el mundo entero.Esto reafirma la confianza en nuestro país. Sin duda, proyecta a México como un destino para inversiones, confiable, que parte de un análisis de advertir que hay mano de obra calificada, hay un clima de paz laboral y tenemos varias ventajas competitivas que, sin duda, nos hacen verdaderamente atractivos para la inversión y esta inversión logra algo muy importante: generar espacios de oportunidad, de empleo, para las y los mexicanos”, asumió.  Y cacareó que  en lo que va de suadministración, la inversión extranjera directa sumó más de 66 mil millones de dólares, lo que representa un monto superior en 24 mil millones de dólares registrados en 2011 y 2012.”Y esto, insisto, conjuga las fortalezas que México ha venido consolidando y las ventajas frente a otras naciones”, dijo enfático.

Habiendo tantas y tan buenas noticias, diría nuestro alegre Presidente, uno no se explica que haya medios como SinEmbargo.Mx que difundan los análisis de los especialistas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), que  estimaron que el crecimiento de la economía mexicana para este año será de 2.4 por ciento, nivel por debajo del pronosticado por el gobierno federal, que es de entre 3.2 y 4.2 por ciento. Incluso dijeron que será menor del previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que lo redujo a un 3.0 por ciento. Detallaron que el gasto público no ha ayudado al crecimiento de la economía del país. Incluso, consideraron, el gasto del Gobierno va a hacer un freno para el crecimiento económico de este y el próximo año.  El analista del CIDE Raúl Feliz detalló que sus estimaciones fueron a la baja –anteriormente habían previsto un crecimiento de 2.8 por ciento– debido a la caída de los precios del petróleo, al ajuste del gasto público y, en alguna medida, a la crisis de liderazgo de la actual administración que se traducen en menor confianza de los consumidores. Indicó que el consumo interno se encuentra todavía por debajo de niveles de los registrados antes de 2007. “Las familias no han recuperado su nivel de compra”, agregó. Y explicó que los consumidores no ven que su situación personal haya mejorado, ni ven que mejore en los próximos años.

El espectáculo que ofrecen los partidos políticos en la actual campaña mediática con motivo de las elecciones intermedias del próximo 7 de junio, por otro lado, tampoco está montado con buenas noticias. Los ataques mutuos, que llegan a niveles de ignominia, reflejan una realidad política que no puede soslayarse ni con todo el ánimo positivo que nos reclama el Presidente. Ese duelo de acusaciones que encaminadas a desprestigiar lo desprestigiado no aportan nada positivo y sólo refuerzan la impunidad que caracteriza a nuestro sistema político, definitivamente incapaz de esclarecer satisfactoriamente tragedias como las de Ayotzinapa y Tlatlaya, por mencionar sólo dos de las más recientes.

Nos enteramos ahora, de manera coincidente con las arengas presidenciales, que  al menos mil 258 niñas y mujeres fueron reportadas como desaparecidas en el Estado de México de 2011 a 2012; el 53 por ciento de ellas tenía entre 10 y 17 años, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios. Y durante el mismo periodo, 448 mujeres fueron asesinadas en la entidad. Así lo reporta el diario británico The Guardian en un reportaje amplio firmado por la periodista Nina Lakhani desde Ecatepec. Ni la oficina del gobernador Eruviel Ávila, ni las de las procuradurías local y federal respondieron a varias solicitudes de comentarios realizadas por The Guardian.

Evidentemente no son esas las noticias que le gustan a Peña Nieto, acostumbrado como estaba a la nada barata unanimidad de elogios de los medios de comunicación a su gobierno estatal en el Estado de México. A nivel federal la cosa cambia. Cada vez es más difícil y costoso comprar titulares en los medios impresos  y tiempos y espacios en los electrónicos.

El Presidente debiera comprender (como de hecho lo reconoció al referirse a que “no es fortuito” el incremento de la inversión extranjera en nuestro país), que las buenas noticias tampoco suelen ser resultado del azar o de la pura casualidad. No se producen por generación espontánea. Es necesario construirlas con acciones políticas, sociales  y económicas adecuadas, oportunas y honestas. Las mentiras pueden levantar momentáneamente el ánimo de quien las escucha, pero no van a provocarle una satisfacción real a largo plazo. Por el contrario. Si Peña Nieto quiere que los mexicanos veamos y valoremos las buenas noticias, que empiece por tomar medidas contundentes contra la corrupción y la impunidad, a partir de su entorno más cercano de funcionarios públicos. Que actúe. Para ser el verdadero líder que necesita este país no basta con las sobaditas en el lomo de Barack Obama. Válgame.

 

Twitter: @fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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