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Guadalupe Correa-Cabrera

17/06/2019 - 12:03 am

Las Dos Patrias de Alfredo Corchado

Es una condición muy curiosa cuando te sientes parte de ambas patrias. Cuando estuve investigando en el sur de Texas sobre crimen organizado y narcotráfico siempre vi a Estados Unidos como un refugio. Lo veía como un lugar donde no había peligro, donde había esperanza. Pero no necesariamente es así ahora. Estados Unidos ha cambiado bastante; hay cada vez menos esperanza y menos oportunidades. En México continúa la violencia, pero igual me encanta ir allá; ahora para sentir esperanza. Es algo loco, pero es así.

Portada de Patrias. Imagen: Especial

Escribo a propósito de la publicación en español del nuevo libro de Alfredo Corchado titulado Patrias: Cuatro Amigos, Dos Países y la Gran Migración Mexicana. Alfredo es corresponsal fronterizo y jefe de la oficina de México del periódico estadounidense The Dallas Morning News. Él es un gran periodista que entiende a México, la frontera de nuestro país con Estados Unidos, la relación entre las dos naciones y el tema migratorio como pocos en nuestro hemisferio. Admiro el trabajo de Alfredo, así como su vocación, su entrega a la profesión de periodista y su experiencia. He seguido muy de cerca su trabajo en mi propia búsqueda para entender mejor los temas más importantes de la frontera. Además, hemos coincidido en los mismos espacios, dando cobertura, desde distintas profesiones, a los mismos temas.

Patrias es un libro extraordinario que, a través de conversaciones por años entre cuatro amigos (tres mexicanos y un mexicoamericano) nos narra la historia de la última gran migración mexicana. Dichas historias personales nos muestran el desarrollo de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos en las últimas décadas y nos revelan el significado de ser mexicano y estadounidense al mismo tiempo. El texto es de una riqueza incomparable y la honestidad del autor queda reflejada en cada una de sus páginas. Tuve la oportunidad de leer el libro, revisar cuidadosamente los comentarios de otros y comentar el texto en ingles en el Woodrow Wilson Center en Washington, DC en septiembre del año pasado. En esta ocasión, no haré una reseña de Patrias, que de esas ya hay muchas y muy buenas. Decidí entonces entrevistar al autor para introducir su trabajo y su nuevo libro a los lectores del mundo hispanoparlante. Aquí, mi más reciente conversación con Alfredo Corchado:

¿Por qué escribiste Patrias, qué nos querías decir a los lectores con tu nuevo libro o qué te querías decir a ti mismo?

AC: Yo quería entender por qué nosotros (mi familia) dejamos México y nos fuimos a vivir a Estados Unidos. Le pregunté a mi mamá un día, porque yo quería saber qué estaba pensando entonces, cuando dejamos el país donde nacimos “para empezar de nuevo”. Era una pregunta que siempre tuve en mi niñez, en mi adolescencia y como adulto. Querer contestar esta pregunta era como abrir una tumba. Yo quería entender qué estuvo detrás de esa decisión de mis padres. A veces quieres regresar, te pega la nostalgia y quieres entender estas razones. Y puede ser quizás que estas razones estén también detrás de las decisiones de millones de mexicanos que también dejaron a su país en las décadas pasadas y decidieron ir a los Estados Unidos.

Tú, ahora, ¿quién eres y cómo te defines en los Estados Unidos? ¿Has cambiado o ha cambiado tu identidad con el paso de los años?

AC: Por muchos años, ya en Estados Unidos, me definí como mexicano, pues así me sentía mejor … de niño, de adolescente. Aunque dejamos México desde muy jóvenes, yo y muchos otros nos sentíamos mexicanos. Todo lo que veíamos, todo lo que sabíamos, todo lo que éramos y lo que sentíamos; todo era mexicano. Pero yo vivía, crecía y aprendía en Estados Unidos. También me daba cuenta que los dos países, tanto México como Estados Unidos, no me aceptaban como lo que soy. No me aceptaban porque no me consideraban ni parte de allá y ni parte de acá. Aunque yo me sentía mexicano, no había manera de decir: “acéptenme como mexicano”. Y esto pasaba aquí y allá. Pero llega un momento en el que ya no quieres que te acepten. Yo ya me siento muy cómodo siendo lo que soy. Me siento muy cómodo, tanto en Estados Unidos como en México, y esto refleja cómo hemos evolucionado [los inmigrantes mexicanos en el vecino país del norte], no sólo como personas, sino también cómo han evolucionado los dos países. Ya no tenemos qué elegir entre un país y otro … entre una patria y otra. Ya somos lo que somos. Y yo creo que eso nos ha pasado a muchos mexicanos que vivimos y crecimos en los Estados Unidos. Parte de nosotros está acá y parte está allá.

Y pensando en otros mexicanos, en los nuevos migrantes mexicanos que llegaron a Estados Unidos (muchos después que tú), y en aquellos que aún quieren llegar a Estados Unidos: ¿Pensarán igual que ustedes? ¿Qué ha cambiado para ellos? ¿Se sentirán también parte de esa sociedad bicultural, de esa identidad compartida de la que hablan ustedes en Patrias?

AC: Yo pienso que el “nuestro” era otro Estados Unidos. Siempre ha sido difícil, siempre ha habido sentimientos encontrados sobre esta identidad de la que yo hablo. Sin embargo, yo creo que las cosas para los nuevos inmigrantes sí han cambiado y han cambiado bastante. Ahora, en Estados Unidos, pareciera que “estamos llenos”; ya no hay lugar para todos los que quieren venir. Algunos estadounidenses e incluso mexicanos parecen decir: “ya no queremos que lleguen tantos pues nos quitan el trabajo”. Antes, Estados Unidos era un país que te apreciaba más, creo yo.

Vivir en Estados Unidos en esa época (en nuestra época) era vivir en un país donde formabas parte de un gran experimento. Habíamos llegado a un país de migrantes. Se sabía que si estabas aquí era para “mejorar la situación” de este país. Llegaban entonces decenas/centenas de amigos, de amigas, de primos … era cuestión de esperarse. Eran los tiempos de la última gran migración mexicana. Y se te decía desde acá: “Dile a Lupita que se venga y, si tiene dos o tres primas, que se las traiga”. Hoy en día esa demanda ya no existe, y ese mexicano con el que yo me crie ya no está—ya no se quiere venir.

Estuve en Guanajuato hace unos días y pregunté a muchos. Ya no se quieren venir a Estados Unidos a trabajar. Antes, en muchas partes de México, muchos jóvenes decían: “yo me voy para allá”. Veían oportunidades “allá”. Pero parece ser que esa oportunidad no existe ya. Si se quieren venir es con papeles, con más seguridad. Antes el mexicano llegaba a trabajar como bracero (con documentos temporales), o llegaba sin documentos, quedándose en Estados Unidos por algunos meses, para después regresar … ir y regresar. Esa migración ya no existe; ya no es igual. Los mexicanos ya no cruzan al mismo nivel que cruzaban antes. Ahora las oportunidades de cruce las definen los coyotes. Hay que contratar un coyote inevitablemente. La migración hacia Estados Unidos ha cambiado. Es muchos más difícil y es bien peligroso.

¿Por qué Patrias (en plural) ¿Estás diciendo que tienes más de una patria? El concepto de patria es bastante complejo. Por ejemplo, el patriotismo aplica a un sólo país (y no más).

AC: Hay días en que una patria es más mi patria que la otra, pero al final del día tengo dos patrias. Yo creo que el gran privilegio de mi vida es poder vivir y trabajar en los dos países, en México y Estados Unidos. Yo creo que he vivido algo así como la mitad de mi vida en un país y la otra mitad de mi vida en el otro país. Y si estoy demasiado tiempo en un país, extraño al otro. Estoy acá y allá, y de verdad, en estos tiempos difíciles [de gran polarización] a veces siento la responsabilidad de ser fuerte en y para mis dos patrias. Hoy me es muy difícil elegir.

¿Cómo te defines, como gringo o como mexicano? ¿O quizás como mexicoamericano?

AC: No me puedo definir como gringo o como mexicano siempre. No siento que tengo una sola identidad y no siempre me siento igual. Algunas veces eres más una identidad que la otra. Pienso a veces más en México y a veces más en Estados Unidos. En realidad, me siento cómodo de pertenecer a los dos lados, y de admirar a ambos países que son míos. Lo realmente interesante es que cuando estoy en México me definen como gringo y cuando estoy aquí me identifican como mexicano. Por ejemplo, a veces en Estados Unidos algunos hablan en inglés sin saber que tú [quien naciste en México y que pareces mexicano] entiendes bien el inglés. Y como dije antes, llegas al punto en que ya no te importa cómo te definan. Ahí viene lo bueno de todo: ¡Eres de los dos lugares! Pero, ¿cuándo hay guerra? Decidir está cabrón.

O, por ejemplo, en un partido de futbol, ¿a quién le vas, a Estados Unidos o a México?

AC: Yo le voy siempre al que está más abajo, al que va perdiendo … para que se emparejen.

Alfredo, ¿cómo han cambiado tus patrias? ¿Cómo ves hoy la relación entre México y los Estados Unidos?

AC: Ha habido un gran cambio a través de los años, pero el parteaguas del cambio fue la campaña y elección de Donald Trump. Antes de Trump, como que podríamos decir que estábamos en un matrimonio donde no había tanto amor, no había tanta pasión, pero era muy conveniente mantener esa relación; era muy conveniente tener esa convivencia entre los dos. Ahora hay demasiado rencor, hay mucho coraje. Pero alguien tiene que ser el adulto en esta relación y hasta ahora ha sido México.

Es una condición muy curiosa cuando te sientes parte de ambas patrias. Cuando estuve investigando en el sur de Texas sobre crimen organizado y narcotráfico siempre vi a Estados Unidos como un refugio. Lo veía como un lugar donde no había peligro, donde había esperanza. Pero no necesariamente es así ahora. Estados Unidos ha cambiado bastante; hay cada vez menos esperanza y menos oportunidades. En México continúa la violencia, pero igual me encanta ir allá; ahora para sentir esperanza. Es algo loco, pero es así.

¿Qué cambió con Trump en lo que se refiere a la relación México-Estados Unidos?

AC: Parece ser a simple vista que el Presidente Trump es la causa de los males en la relación entre México y Estados Unidos. Pero la verdad es que esto no es cierto; lo votaron; alguien lo puso ahí. Había problemas desde antes y Trump se aprovechó; él tomó ventaja y sacó lo peor de Estados Unidos para atacar a México. Como hijos de esta relación que somos, ahora nos toca a nosotros arreglar algo de esto. Ya estamos tan integrados ambos países, que ya no hay manera de separarnos; necesitamos encontrar soluciones de manera conjunta. Y si vemos además la demografía, podemos darnos cuenta de que ya no podemos cambiar. Nos toca, como hijos de ese matrimonio disfuncional: hablar, alzar la voz. Pero hasta ahora no lo hemos hecho.

¿Tienes esperanza en tus patrias? ¿Crees que hayamos tocado fondo y que podamos cambiar las cosas? ¿O crees que todavía tengamos que tocar fondo y que debamos quizás, terminar en un divorcio?

AC: Tengo esperanza, pero a veces pienso que en mi vida no voy a poder ver ese cambio tan anhelado. Hoy en día tengo esa duda. No creo que haya algo que nos pueda frenar para encontrar soluciones efectivas y arreglar nuestras diferencias. Pero lo que sí veo es un cambio potencial mucho más lento de lo que lo veía antes.

Y hacia el final de tu vida, cuando te retires, ¿dónde piensas hacerlo? ¿En cuál de tus dos patrias quisieras pasar los últimos años de tu vida?

¿Estamos ya en la etapa para comenzar a pensar en eso? Es una buena pregunta, pues a veces me la hago yo también. ¿Aquí o allá? Tengo dos opciones … Yo creo que el lugar donde me siento más cómodo es en la frontera, pero también es ahora en la frontera donde más te golpean. Ahí eres como una piñata. Antes aguantabas ser piñata de ambos países. Ahora no sabes hasta dónde vas a aguantar, cuánto te van a pegar. Me gustaría terminar viviendo en México, pero siento que sería mejor ir a la frontera.

Y pienso también en el periodismo, una carrera que no puedo dejar. Pensé un día dejar el periodismo para dar clases. Pero desafortunadamente, el periodismo es como una adicción, es una enfermedad. Quise cambiar de actividad (de ocupación), pero a los dos o tres días, me di cuenta que no me sentía bien y que además empeoraba; no había ninguna solución. No había ninguna medicina que te la tomes tres veces al día y te permita mejorar. En la frontera podría hacer periodismo todo el tiempo. Aquí es también donde puedes estar en cualquiera de tus dos patrias solamente cruzando un puente. Es por eso que es la frontera donde yo creo que puedo terminar.

Datos del libro:

Autor: Alfredo Corchado

Título: Patrias: Cuatro Amigos, Dos Países y la Gran Migración Mexicana

Epub: Ciudad de México, Debate, 2019

Impreso en pasta blanda: Ciudad de México, Vintage Español, 2019

368, $169

ISBN10 0525566902

ISBN13 9780525566908

Alfredo Corchado es corresponsal fronterizo y jefe de la oficina de México del periódico estadounidense The Dallas Morning News. Es autor de Patrias y Midnight in Mexico (Medianoche en México). Ha sido becario Nieman, Lannan y Rockefeller, y también invitado del Centro Woodrow Wilson y el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego. Ha sido también ganador de los premios Maria Moors Cabot y Elijah Parish Lovejoy por su valentía en el trabajo periodístico.

Guadalupe Correa-Cabrera
Guadalupe Correa-Cabrera. Profesora-investigadora de Política y Gobierno, especialista en temas de seguridad, estudios fronterizos y relaciones México-Estados Unidos. Autora de Los Zetas Inc.

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