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Hilda García

17/07/2013 - 12:00 am

We Shall Overcome

De pronto, varias protestas se registraron en las principales ciudades de Estados Unidos. El enojo de la sociedad se desató después de que el sábado 13 de julio un Jurado de Florida absolviera a George Zimmerman, de 29 años, de los cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario por la muerte del joven […]

De pronto, varias protestas se registraron en las principales ciudades de Estados Unidos. El enojo de la sociedad se desató después de que el sábado 13 de julio un Jurado de Florida absolviera a George Zimmerman, de 29 años, de los cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario por la muerte del joven afroamericano Trayvon Martin, en febrero de 2012.

Bajo las consignas de “¿Quién mató a Trayvon Martin? ¡El maldito sistema!”, las viejas heridas de la lucha racial en Estados Unidos se abrían.

La sociedad en general protestaba por el veredicto y la comunidad afroamericana salía a las calles recordando las protestas de las décadas de los 60 y los 70 cuando hicieron famoso el tema “We Shall Overcome” (Venceremos, en español), casi himno símbolo de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.

Zimmerman, un ex vigilante voluntario, ha mantenido siempre que disparó en defensa propia contra Martin, de 17 años, quien regresaba por la noche a la casa de la pareja de su padre y caminaba por la urbanización de la población de Sanford, en el centro de Florida, con la capucha del suéter puesta.

La versión de Zimmerman sobre su actuación en defensa propia se fundamenta en que, asegura, Martin le pegó un puñetazo en la nariz, le empujó y, al caer al suelo, el muchacho se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a golpearle y sacudir su cabeza contra el suelo, por lo que tuvo que dispararle.

Sin embargo, parece que el verdadero puñetazo se lo soltó el jurado local a la sociedad y, sobre todo, a la comunidad afroamericana.

Tanto en las calles como en las redes sociales, la indignación y el rechazo al veredicto del Jurado en Sanford se manifiestan. Prácticamente desde iniciado el caso, tanto las grabaciones del 911, como la llamada de la amiga cuando Martin fue asesinado y la misma actuación de la Policía en el caso daban a la sociedad los elementos suficientes para determinar la culpabilidad de Zimmerman, culpabilidad que para el Jurado en Sanford no fue determinada.

Y mientras las protestas y vigilias van en aumento, la organización de derechos civiles más antigua de Estados Unidos, la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), manifestaba haberse puesto en contacto con el Departamento de Justicia para pedir que se presentaran contra Zimmerman cargos federales.

Por su parte, Barack Obama emitía un comunicado en el que pedía a la ciudadanía una “reflexión calmada” sobre el veredicto y en Nueva York líderes hispanos se unían a los afroamericanos para pedir que se revise el caso. La intención será la de evitar que se abran las viejas heridas raciales que se profundizaron en los 60 en Estados Unidos.

Zimmerman mismo es un ejemplo de la mezcla de razas en Estados Unidos. Su padre es blanco y su madre peruana. Y a pesar del apellido que podría ser judío, varios medios de comunicación lo señalan como de origen latino. Y hubo momentos en que algunos llegaron a señalar que sus familiares son negros.

¿Por qué no solamente dejar claro que Zimmerman a pesar de su apellido o de sus orígenes es estadounidense como lo era también Martin? Pues porque la igualdad no existe aún en Estados Unidos ni en el sistema judicial, ni en el discurso. De hecho, será siempre más fácil recurrir al tema de raza para facilitar argumentos y luchas de un bando u otro.

Se pueden discutir las razones de por qué nombrarlo hispano y no blanco, quizá para que no quedara evidente el selectivo sistema judicial en cuanto al hablar de razas se trata. Pero al final lo fue y hay que tener mucho cuidado en el manejo cuando la vida cotidiana los grupos raciales se enfrentan por derechos y oportunidades en lo social, o por mercados o por cuadras de dominio en el barrio.

La lucha de razas parecía haber quedado atrás. Incluso, el que Barack Obama sea Presidente no sólo electo, sino hasta reelecto, podría ser parte de la madurez de una sociedad que ha luchado por la igualdad en los derechos civiles. Sin embargo, el caso Zimmerman pone de manifiesto que en la realidad no es así. Tanto si el ex vigilante mató a Martin por prejuicio racial, como por colocar las etiquetas raciales tanto a la víctima y como al victimario. Es decir, un hispano contra un afroamericano.

De hecho, es interesante notar que en Estados Unidos los medios de comunicación y las organizaciones sociales o políticas, ponen de manifiesto la raza. A pesar del discurso del “melting pot” por el cual se habla de que Estados Unidos es una nación conformada por migrantes y de ahí su grandeza económica, cultural y política, en la práctica cotidiana existen grupos de latinos, afroamericanos, asiáticos y la ya minoría blanca en los mismos Estados Unidos con sus propias maneras de organizarse, de vivir, de entretenerse. Con sus propios canales de televisión como de artistas clasificados prácticamente por razas.

Incluso cuando se va a hablar de una entidad política, se habla de la Asociación de Afroamericanos Republicanos. Así de específicos, pero así de contradictorios. Es decir, no se han vuelto fuerzas nacionales sino que todos conviven preservando como tema de identidad su propia raza, no su nacionalidad misma que sería la estadounidense como tal.

Si en la organización por la lucha civil se dividen, el sistema judicial también se divide y se estructura de acuerdo con la raza, situación que puso de manifiesto el caso Zimmerman el cual tendrá que irse a Corte Federal y reconsiderar el dictamen antes de que las protestas crezcan lo suficiente como para hacer ver que las heridas de las luchas raciales siguen abiertas. Y que el himno de Venceremos (We Shall Overcome) tendrá que seguirse escuchando para rato.

Y en este sentido no sólo hablo de los afroamericanos. Hoy la nueva minoría mayoritaria, los latinos también tenemos mucho que aprender de defender los derechos civiles de la comunidad en Estados Unidos.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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