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En la serie de Netflix, el personaje interpretado por Leopold Hornung es un agente de policía con el ojo derecho dañado.
Ciudad de México, 17 de julio (EuropaPress).- En sus últimos ocho capítulos Dark ha resuelto, de forma más o menos satisfactoria, muchos de los misterios que componen su complejo entramado de árboles genealógicos y viajes en el tiempo. Pero hay algunos de los misterios que todavía planean sin resolver por la mente de los seguidores de la serie de Netflix. Y entre ellos está uno menor, pero que llama mucho la atención: El ojo de Torben Wöller.
En la serie de Netflix, el personaje interpretado por Leopold Hornung es un agente de policía con el ojo derecho dañado. En las dos temporadas anteriores nunca se revela por qué Torben sufre esta lesión y aunque está a punto hacerlo cuando un compañero detective se lo pregunta en el coche. “Era verano y…”, comienza a relatar cuando aparece en mitad de la caretera la vieja Claudia que corta en seco su narración dejando el misterio en el aire.
Y, fiel a su estilo, en esta tercera temporada, en lugar de dar una respuesta clara y diáfana a este interrogante, Dark ha complicado aún más el tema puesto que cuando muestra al personaje en el mundo paralelo, las cosas han cambiado para Torben.
Y es que en esa realidad alternativa en la que Jonas no existe porque su padre, Mikkel Nielsen nunca viajó de 2019 hasta 1986 cuando era un niño, el ojo de Torben Wöller está perfecto… pero al personaje le falta un brazo. Es decir, en lugar de manco, es tuerto. Allí la serie tampoco explica qué le pasó al agente en el brazo.
Para ahondar más en este misterio sin resolver, en la última escena de la serie, el ojo de Torben vuelve a ser protagonista. Se trata de una secuencia en el mundo origen -el que existía antes de que el relojero desdoblara la realidad al intentar viajar en el tiempo para salvar a su familia, un mundo que Claudia logra reestablecer con un plan que ejecutan Jonas y la otra Martha- en la que varios personajes, aquellos que no están “contaminados” por la línea temporal de los viajeros en el tiempo, celebran una cena.
Allí, entre otros, está Torben con su ojo dañado y otro de los amigos reunidos, Peter Doppler, le pregunta por su lesión. “El ojo, lo tienes mucho mejor”, le dice y otro de los invitados le pide que cuente qué le pasó. “Promete que no ser lo dirás a nadie. El verano pasado…”, comienza a relatar justo antes de el estruendo de un rayo de paso a un apagón.
Una terrible tormenta eléctrica, que algunos de los presentes califican en tono de broma como “el Apocalipsis”, deja de nuevo a Torben con la palabra en la boca… y el misterio de su ojo sin respuesta.
