José Antonio Lara

Derechos Humanos del Edomex podría cambiar de rumbo. Pero esta vez para bien

José Antonio Lara

Derechos Humanos del Edomex podría cambiar de rumbo. Pero esta vez para bien

José Antonio Lara

Derechos Humanos del Edomex podría cambiar de rumbo. Pero esta vez para bien

17/07/2021 - 10:00 pm

En las próximas semanas, el Estado de México elegirá a su nuevo ombudsperson y por primera vez, desde la  fundación de la CODHEM en 1993, se postulará a un defensor de derechos humanos, que dará batalla a la esfera priista para arrebatarle ese organismo que ha sido omiso a toda la violencia que se vive en la entidad.

Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).- Los abusos a los derechos humanos en el Estado de México remiten a episodios que han tenido un impacto a nivel nacional: la represión en Atenco de 2006, la masacre de Tlatlaya de 2014, la batalla de Xochicuautla contra Grupo Higa desde 2013 hasta la fecha, y la situación de violencia que viven las mujeres y que tiene a la entidad con los números más altos en el delito de feminicidio.

Durante todo este tiempo, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) jugó el papel de ser sólo testigo. Así lo resume José Antonio Lara Duque, abogado y defensor de derechos humanos, que se postulará a la Presidencia de la Comisión que está por renovar el puesto.

“La defensa de los derechos humanos no puede estar al contentillo de los grupos del poder, siempre hay que defender la dignidad. Las personas comunes y sencillas no podemos seguir sólo con las promesas de un futuro basado en cárcel, muerte y desaparición. Eso es lo que nos prometen hoy: estar en la cárcel por ser pobre, morir por ser mujer”, comentó Lara Duque en entrevista con SinEmbargo.

El tema de la CODHEM es amplio. Se trata de un organismo ubicado en la entidad “más árida” en derechos humanos, de acuerdo con el abogado. Tampoco es menor que sea un estado que siempre haya sido gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). A su vez, los titulares de esta comisión también han formado parte de este grupo político. De hecho, quien preside actualmente la CODHEM es Jorge Olvera, implicado en el desvío de recursos de dependencias federales, conocido como “La estafa maestra”.

Jorge Olvera, Comisionado de Derechos Humanos del Estado de México. Foto: Crisanta Espinosa Aguilar, Cuartoscuro.
Jorge Olvera, Comisionado de Derechos Humanos del Estado de México. Foto: Crisanta Espinosa Aguilar, Cuartoscuro.

La consecuencia está en los informes anuales de esta Comisión. Sobre lo ocurrido en Atenco, por ejemplo, un acto de represión policial por el que se emitió una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el informe de la CODHEM sólo hay un párrafo al respecto, en el que se explica que “se dio inicio a un estudio sobre los acontecimientos ocurridos en los municipios de Atenco y Texcoco en fechas 3 y 4 de mayo de 2006, con base en los expedientes respectivos integrados en nuestras Visitadurías”.

Sobre Tlatlaya no hay ni una sola mención.

En términos presupuestales, la Comisión gasta más del 60 por ciento de sus recursos en Servicios Personales, de acuerdo con los informes de finanzas del Estado de México.

En 2019 recibió un presupuesto de 285 millones 595 mil 220 pesos y 179 millones 297 mil 820 pesos se fueron a salarios. Por otro lado, pasajes y servicios de transporte y viáticos que estarían justificados por las visitas del personal para atender problemáticas, son de apenas 1 millón de pesos, pero para vestuario y uniformes, la partida asciende a 6 millones 017 mil 276 pesos.

Otras partidas que también son superiores a lo destinado al trabajo de campo, es el de enseres de oficina y materiales y artículos de oficina, que juntos acumulan casi 10 millones de pesos.

José Antonio Lara. Foto: Saúl López, Cuartoscuro.

En entrevista con SinEmbargo, José Antonio Lara Duque hace un análisis de la situación de los derechos humanos en el Estado de México y el papel que ha jugado la Comisión.

Señala que la oportunidad de postularse en este momento es porque las condiciones en el Congreso local permiten un cambio que se salga de la estructura vertical que hay en suelo mexiquense.

***

—¿Cómo ha sido la defensa de los derechos humanos en el Estado de México, una entidad gobernada siempre por el PRI? ¿Cuál es el panorama luego de ya bastantes años en este campo?

–Estamos  en una de las entidades federativas más áridas en lo que respecta a los derechos humanos. Es de todos conocido que en esta entidad se han dado, por citar sólo dos de los graves temas que tenemos y se han dado las represiones más fuertes en contra de movimientos sociales y concretamente en contra del pueblo de San Salvador Atenco en 2006. Difícilmente en la historia reciente del país encontraremos una represión de tanta brutalidad como la que ocurrió ahí. Hoy, prácticamente 15 años después de esos hechos, este tema incluso mereció una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la actuación de los grupos policiacos en aquel momento.

Otro, es lo cotidiano en esta entidad: la violencia de género que se ve reflejada particularmente en el tema del feminicidio que no es para nada un orgullo decir que en el Estado de México se encuentra el municipio más violento de toda América para las mujeres.

En ese contexto, sólo con dar esos dos ejemplos, es en el que decenas, cientos de personas, organizaciones, pueblos, de forma cotidiana están reivindicando sus derechos humanos, que van desde la defensa del agua, la defensa de bosques, del territorio en general, hasta derechos vinculados a las personas en términos de su integridad y libertad.

No es una exageración decir que vivimos en una de las entidades federativas de este país que tiene más deudas con la sociedad. No dejo de destacar las deudas con los pueblos y personas indígenas.

En el Estado de México aún no se logra comprender en términos constitucionales que las personas indígenas solo con la autoadscripción son personas indígenas y aquí te encuentras funcionarios que incluso a veces les piden una constancia de ser indígenas o que por haber estudiado primaria o secundaria o más, les dicen a las personas indígenas que ya no son indígenas, entonces de ese tamaño, con esos ejemplos trato de ejemplificarte cómo está la situación de derechos humanos en el Estado de México.

Tenemos de forma transversal uno de los gobiernos más verticales, con vocación más autoritaria de los que puede tener este país y eso dificulta el trabajo de la sociedad civil, de los pueblos, de quienes desde la cotidianidad defienden los derechos humanos.

El Gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo Maza. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro.

—Mencionas lo de Atenco, los feminicidios, lo de las comunidades indígenas. Con todas estas necesidades y problemas, ¿qué ha sido la Comisión de Derechos Humanos en todos estos años?

—Tendríamos que decirlo de manera respetuosa pero enérgica: desafortunadamente, la CODHEM hasta el día de hoy no ha sido más que una institución de mero testimonio de lo que ha ocurrido en el Estado de México.

Es de conocimiento público lo que ocurrió en Tlatlaya, al sur del Estado de México, en donde la Fiscalía estatal, la Comisión estatal, fueron totalmente omisas ante una masacre, hay que llamarla como tal. Tuvo que venir la Comisión Nacional de Derechos Humanos a señalar que en Tlatlaya había ocurrido una grave violación a derechos humanos, concretamente una ejecución extrajudicial. Ante situaciones así de graves, la CODHEM ha sido totalmente omisa, se ha callado prácticamente todas las violaciones a derechos humanos que han ocurrido en el estado porque también hay que reconocer, que la Comisión tiene una influencia importante del poder político.

Hay que decirlo: el actual titular de la Comisión fue elegido en sólo tres días, hace cuatro años. El día uno sale la convocatoria para proponer postulantes; día dos, los postulantes van a una entrevista ante el Congreso local y día tres, está tomada la decisión y publicada en el Diario Oficial del Estado de México, lo cual habla de que la decisión no necesariamente fue tomada en el Palacio Legislativo, sino tomada por los grupos de poder que en este estado tanto han sabido mantener este control vertical.

Sin embargo, nosotros reconocemos que la situación, las circunstancias que habían prevalecido en el Estado de México durante al menos los últimos 100 años, hubo un cambio cualitativo cuando el Congreso local tiene una composición totalmente diferente a la que ha tenido en las últimas décadas. Hablamos de un Congreso (en el Estado de México) mucho más plural en donde la participación de la oposición incluso es mayoritaria.

El que en los últimos 10 años al menos, con la aparición de organizaciones civiles desde donde se ha impulsado la defensa, sí reconocemos que recientemente ha habido trabajo de defensa y promoción desde la sociedad civil. Tanto en el ámbito institucional, como de la sociedad, se han dado las condiciones para poder plantear algo que todavía se puede ver como ilusorio, que es que los y las defensoras de derechos humanos estén en la defensoría de derechos humanos del Estado de México.

Una marcha conmemorativa de los abusos policiales en Atenco. Foto: Ricardo Castelan.

—Aunque esta apertura política tuvo su costo alto, ya que se tuvieron que soportar, al menos en los últimos años, la corrupción de Arturo Montiel; la represión con Enrique Peña Nieto; las leyes que iban a legitimar la represión con Eruviel Ávila y finalmente un Gobierno muy discreto con Alfredo del Mazo. Es decir, la apertura no ha sido espontánea.

—No, sin duda la sociedad mexiquense ha estado empujando estas transformaciones. El Estado de México es la entidad del país más poblada, rebasamos los 16 millones de habitantes, concentrados principalmente en los municipios metropolitanos y el Valle de Toluca. En esas dos regiones el Estado de México concentra 14 millones de habitantes. Aún así, esta entidad también tiene al menos cinco pueblos indígenas asentados originalmente en este territorio —el pueblo Náhuatl, Mazagua, Tlahuica, Matlatzinca y Otomí— además, en el oriente del estado tenemos una población indígena migrante muy grande, sobre todo del sur y sureste del país que vinieron al Estado de México buscando mejores condiciones de vida. Incluso el haber migrado no los hace que pierdan su identidad como personas indígenas aunque estén habitando en otra entidad.

Esta sociedad en los últimos años ha sido mucho más participativa y claro que sin este conjunto de factores institucionales, políticos, sociales, sería imposible pensar en una postulación ciudadana a la CODHEM. Es la primera vez, en toda la historia de la CODHEM, que hay una postulación ciudadana. Siempre ha sido una suerte de ruleta en donde los titulares han sido los presidentes del Tribunal Superior de Justicia, los rectores de la UAEM y la afinidad con el poder político imperante, ha sido más que obvia y abierta, y claro que una institución que es la que vela por los derechos humanos y está en manos de compadrazgos, amiguismo y cercanía política, no ha funcionado, entonces desafortunadamente la CODHEM luce por su ausencia.

En la vida cotidiana de la sociedad mexiquense no se ha logrado permear una Comisión. Y nosotros estamos convencidos, más allá de un tema personal, de que es el planteamiento de un proyecto colectivo, a través de mi persona, muchos compañeros y compañeras, defensores, periodistas, estamos comprometidos con llevar a la CODHEM al más alto estándar de defensa. No sólo es necesario, sino el momento de que la sociedad mexiquense tenga un aliado y no una institución más que también vulnera y rechaza.

—La gama de los temas que has trabajado ha sido siempre amplia, si llegas a la CODHEM, ¿cuál sería la agenda urgente?

—La CODHEM tiene que convertirse en el instrumento de las personas defensoras de derechos humanos, de todas las agendas para potencializar esa defensa, esa protección y difusión, es decir, tienen que involucrarse aquellos compañeros que han venido defendiendo de por sí los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBT+, los derechos al agua, al territorio y toda la larga y compleja agenda de derechos humanos. Debe estar involucrada, defendida, potencializada por las fuerzas sociales y civiles que de por sí, la defienden.

Ese es un principio transversal. También se necesita que la CODHEM se desborde a trabajar con y desde los pueblos, las colonias, las comunidades en el territorio. La Comisión no puede estar en esas oficinas aisladas, en donde incluso la gente no sabe ni en dónde queda. De ese tamaño: ni siquiera se sabe dónde están las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos.

La sede de la CODHEM. Foto: Facebook CODHEM.

Es la CODHEM la que tiene la obligación de ir a las comunidades, de generar proyectos organizativos de defensa y promoción en derechos. Sé que para algunos suena a auténtico terror porque de repente una comunidad indígena tendrá las herramientas no solo informativas sino formativas para su defensa.

A esa gente que le puede dar terror que los pueblos o las colonias estén defendiendo sus derechos humanos, tienen que escuchar que a todos, en una sociedad democrática, nos conviene proteger los derechos humanos. No gana más un funcionario público por tener sometido, torturado y sumido en la discriminación a otra persona.

Una sociedad es mucho más rica en todos los aspectos cuando todas las personas tienen acceso a sus derechos. Eso es lo que se tiene que lograr. El gran cambio cualitativo que nos estamos planteando es involucrar a los sujetos de derechos humanos que son las personas, los pueblos, las mujeres, los jóvenes, en la propia defensa de sus derechos. Estamos convencidos de que eso llevará a una referencialidad de una CODHEM no solo nacional, sino internacional.

Estamos convencidos y sí, tuvimos una amenaza de arresto por la defensa de una defensora indígena y tendría que decir que ahí fue donde nació la idea —en específico de compañeras y compañeros del norte del Estado— que tal cual plantearon que lejos de tener amenaza de arresto, tendríamos que estar postulándonos a la CODHEM.

Y esa ida corrió, se empezó a difundir. Pueblos originarios pasando por quienes defienden al medio ambiente y se ha construido un proceso muy incluyente y amplio desde la sociedad civil.

—¿Consideras que llegarías a hacer un trabajo de cero?

—Prácticamente, más que de cero, a contracorriente. Si lo planteamos en escala numérica, podría decir que en menos de cero, estamos abajo de la escala. Hoy la desconfianza de la sociedad en general y de las instituciones es mucha y aunque parezca increíble, la instituto llamada a ser la defensora del pueblo, porque ese es el significado del ombudsperson, también tiene una gran desconfianza de la sociedad y ganada a pulso.

Un ejemplo: ir a la CODHEM es ir a que te insulten, a que sean prepotentes, a que te callen, a que te digan que no pueden hacer nada y que te vayas. Esta es la historia cotidiana de cientos de personas en el Estado de México. Tenemos la necesidad y obligación de ir de nuevo con la sociedad a decirle que no solo tiene que mantener la defensa de los derechos, sino que hoy hay una institución que tiene la directriz de enganchar con la sociedad para defenderlos. No será de la noche a la mañana, pero estamos convencidos de que será un proyecto totalmente transformador.