Padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa desconfían que Cienfuegos sea juzgado en México

17/11/2020 - 10:05 pm

Luego de que el Gobierno estadounidense y mexicano llegara a un acuerdo para investigar al exministro de Defensa Salvador Cienfuegos en México, padres de los 43 de Ayotzinapa protestas en Nueva York, pues no confían que el Gobierno lo juzgue.

Nueva York, Estados Unidos, 17 de noviembre (EFE).- Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 estudiantes de la escuela de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, dijo este martes que no confía en que México juzgue al exministro de Defensa Salvador Cienfuegos, preso en Estados Unidos y quien será devuelto a su país tras un acuerdo entre las dos naciones.

Según ambos Gobiernos, el Gobierno de Donald Trump pactó con el de México pedir la retirada de los cargos de narcotráfico y lavado de activos contra el exministro, detenido en Estados Unidos desde octubre, a cambio de que sea investigado en su país.

“Sin se lo llevan a México ¿saben lo que va a pasar? Saldrá libre y seguirá violando derechos humanos y quizás regrese al narcotráfico”, dijo a Efe Tizapa, quien protestó frente a la cárcel federal en el condado de Brooklyn, donde está Cienfuegos desde que fue traído desde Los Ángeles (California) para ser juzgado en Nueva York, donde le fueron presentados los cargos.

Cienfuegos debe comparecer este miércoles a una audiencia en la corte federal, donde se informará oficialmente del acuerdo, que debe ser autorizado por el Juez.

“No hay confianza (en el Gobierno mexicano) a menos que se demuestre lo contrario. Si Cienfuegos está aquí es porque la DEA lo investigó”, afirmó el mexicano.

Tizapa, quien vive en Nueva York, tuvo un mensaje para el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y sus funcionarios de relaciones exteriores: “No queremos ese trato, queremos que se juzgue en Estados Unidos porque sabemos que si Cienfuegos se va a México puede que ‘se fugue'” .

TLATLAYA Y LOS 43 DE AYOTZINAPA

Tizapa aseguró que harán lo posible porque quien fuera Secretario de Defensa durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) sea acusado además de violación a los derechos humanos por la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, entre ellos su hijo Jorge Antonio, y por la matanza de Tlatlaya, ambas bajo esa Administración.

Según la versión oficial, la noche del 26 de septiembre de 2014, 43 jóvenes fueron detenidos por policías municipales en Iguala, estado sureño de Guerrero, y entregados a integrantes del cártel Guerreros Unidos, que los asesinaron e incineraron sus restos en un vertedero de basura.

Pero un grupo de expertos nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) investigó el caso y sostuvo la imposibilidad de que los 43 cuerpos fueran quemados en el basurero y desveló que parte de la versión oficial se basaba en testimonios de detenidos torturados.

En el otro caso, el 30 de junio de 2014, 22 personas murieron baleadas por soldados en una bodega ubicada en el municipio de Tlatlaya, en el Estado de México, colindante con la capital mexicana.

Según la versión oficial del Gobierno, los fallecidos eran presuntos delincuentes muertos en un choque con militares. Pero un posterior informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) determinó que los militares ejecutaron a 15 de los 22 fallecidos.

El Gobierno de López Obrador reabrió en diciembre de 2018 el caso de los 43 estudiantes y estableció la llamada Comisión Presidencial para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa.

Al grito de “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”, Tizapa y un puñado de mexicanos que desafiaron el intenso frío protestaron frente a la prisión y desde allí gritó “Cienfuegos, Ayotzinapa vive, Ayotzinapa presente aquí y allá. Asómese por la ventana para que vea los rostros de nuestros hijos, estos hijos que los militares, sus militares, desaparecieron junto con el crimen organizado”, mientras estaba rodeado por las fotos de los 43 estudiantes.

“Aquí estamos. ¿Qué respuesta da a las violaciones de derechos humanos en Tlatlaya, donde sus soldados asesinaron a 22 civiles?”, gritaba Tizapa, que sostenía la foto de su hijo y que hizo esfuerzos para evitar el llanto.

Luis Cesares, uno de los que acompañó a Tizapa, dijo a Efe sentirse tan “indignado” e “impotente” que no tiene palabras para referirse al acuerdo.

“Es un conjunto de emociones que no puedo describir. Este criminal tiene calefacción, tiene comida, duerme, su familia sabe dónde está. Mis hermanos (los desaparecidos) ¿dónde están?, ¿comen, duermen? No sabemos”, señaló.

“No tenemos representación, estamos en las manos del crimen organizado en México”, afirmó.

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