La estrategia a medias no es estrategia I

18/02/2014 - 12:00 am

La historia ha demostrado que si se enfrenta una epidemia de manera parcial, a medias, la epidemia continuará. Existe evidencia de que lo mismo ocurre cuando se trata de enfrentar una epidemia de las llamadas “Enfermedades Crónicas No Transmisibles”, como es el caso de las provocadas por el sobrepeso y la obesidad.

Este es el riego en el que se encuentra la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, presentada en octubre pasado por el presidente Peña con la que el gobierno  pretende enfrentar el mayor problema de salud que sufre el país y que ya ha puesto en colapso el sistema de salud pública.

La evidencia demuestra que las políticas a medias, que no van a fondo, en este caso las regulaciones para modificar el ambiente obesigénico, no tienen resultados. De tal manera que las políticas débiles, a medias, tienen resultados similares a que estas políticas no existieran. Uno de los ejemplos más claros al respecto es el de la regulación de los alimentos y las bebidas en las escuelas. Esta es una de las medidas más recomendada para enfrentar la epidemia de obesidad, junto con la prohibición de la publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia, el desarrollo de etiquetados realmente útiles para los consumidores y las medidas fiscales como la implementación de impuestos para los productos que contribuyen a esta epidemia y las subvenciones a los alimentos saludables.

En un estudio realizado en los Estados Unidos dando seguimiento a escolares entre 5 y 8 grado se encontró que en aquellos estados donde la regulación de los alimentos y las bebidas en las escuelas era estricta el sobrepeso y la obesidad se contenía y se reducía. En los estados donde la regulación era débil los resultados fueron casi iguales que en los estados donde no existía regulación.

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Un ejemplo sobre cómo esta regulación en las escuelas puede ser más estricta o más débil y su relación con el control del peso se encontró entre los estados que establecían una prohibición  a la presencia de todo tipo de bebidas azucaradas y aquellos que sólo prohibían los refrescos y permitían la permanencia de jugos, néctares y otro tipo de bebidas azucaradas.

La Dra.Jamie F. Chiriqui de la Universidad de Illinois, junto con un grupo de expertos ha evaluado los resultados de diversas regulaciones emprendidas en los estados de la Unión Americana encontrando que se han obtenido los resultados esperados cuando las regulaciones son estrictas y no dejan huecos. Esto nos hace recordar los primeros lineamientos para alimentos y bebidas que se establecieron en México en 2010 y como fueron modificados, antes de publicarse, por las presiones de las empresas. Desaparecieron los listados de alimentos y bebidas que se prohibirían, se retiró el criterio de densidad calórica para que pudiera entrar la minichatarra a sustituir a la chatarra, se permitió la introducción masiva de edulcorantes no calóricos en los productos que se brindan al interior de las escuelas y la permanencia de jugo y néctares.

La Secretaría de Educación anunció que los nuevos criterios para los alimentos y bebidas en las escuelas serían presentado en marzo de este año, lineamientos que por mandato constitucional pasarán de ser recomendaciones a obligaciones. Hace unos días, funcionarios de la Secretaría de Salud anunciaron que ya se habían entregado estos criterios a COFEPRIS para su consulta pública, aún no los vemos publicados en la página de esta comisión.

Una política integral para el combate a la malnutrición de nuestro país –obesidad y desnutrición– deberá establecer una regulación estricta sobre los alimentos y las bebidas en las escuelas y a la vez establecer los mecanismos para que las escuelas sean abastecidas por los productores locales de alimentos, como se hace en Brasil. El programa Hambre Cero ha logrado sacar de la pobreza y del hambre a millones de brasileños apoyando la producción local de alimentos, garantizando la compra gubernamental de la producción, fortaleciendo la agricultura y la economía regional de los pequeños productores y llevando esos alimentos saludables a las escuelas, los hospitales, el Ejército.

En el Foro Internacional Alimentos Saludables en las Escuelas que organizamos este lunes las presentaciones de experiencias exitosas por parte de la Dra. Chiriqui de los EUA, del Dr. Fabio Gomes de Brasil y de la experiencia de las escuelas de Japón en la promoción de la dieta tradicional, marcan los elementos fundamentales que debería tener una política integral por alimentos saludables en las escuelas de nuestro país: ser estrictas, incorporar el abasto de productores locales y fortalecer la dieta tradicional y local.

¿Es mucho pedir a la capacidad e intereses de nuestras autoridades?

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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