Mercurio, el planeta más pequeño del Sistema solar, se está haciendo aún más pequeño, afirman científicos

18/03/2014 - 12:30 am
La accidentada superficie de mercurio es el resultado de una contracción, afirman los científicos. Foto: NASA
La accidentada superficie de mercurio es el resultado de una contracción, afirman los científicos. Foto: NASA

Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).– Mercurio es un planeta con una litosfera que forma una sola placa tectónica y está repleta de estructuras de esta naturaleza que se interpretan como el resultado de un enfriamiento planetario y contracción. Sin embargo, la cantidad de contracción de este mundo, desprendida de imágenes de naves, ha sido mucho mayor que la pronosticada por los modelos de la evolución térmica del interior del planeta.

El planeta está reduciendo debido a que se está enfriando. Las imágenes tomadas por una nave espacial de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) proporcionaron la primera imagen completa de cómo la placa rocosa única que encapsula Mercurio se está contrayendo, deformando la superficie en crestas arrugadas y acantilados conocidos como lóbulos escarpados.

“Es la versión de Mercurio de un cinturón montañoso”, dijo Paul Byrne, geólogo planetario del Instituto Carnegie de Washington. “Sería un paisaje muy dramático.”

La semana pasada, datos de imágenes globales y topográficas procedentes de la nave MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry, and Ranging (MESSENGER) de la NASA, mostraron que el planeta más cercano al Sol de nuestro sistema planetario, se ha contraído mucho más que lo que indican las estimaciones previas.

Los resultados obtenidos por MESSENGER se basan en un estudio global de más de 5 mil 900 formas geológicas, como acantilados y picos montañosos, que son el resultado de la contracción de Mercurio al enfriarse. Por otra parte, los hallazgos, publicados son la clave para entender la historia térmica, tectónica y volcánica de este planeta y la estructura de su inusualmente grande núcleo metálico, dio a conocer la revista Nature Geoscience.

Antes de esta misión, sólo se había fotografiado el 45 por ciento de la superficie de Mercurio gracias a una nave espacial. Las anteriores estimaciones centradas en esta incompleta cobertura sugerían que el planeta se redujo radialmente alrededor de entre 0.8 a 3 kilómetros, una cantidad sustancialmente menor a lo indicado por los modelos de la historia térmica del planeta.

La nave MESSENGER ha estudiado el planeta más cercano al Sol como ninguna otra. Foto: Wikipedia Commons
La nave MESSENGER ha estudiado el planeta más cercano al Sol como ninguna otra. Foto: Wikipedia Commons

Por otra parte, mapear este terreno de una manera tradicional nunca será una opción, ya que las temperaturas de la superficie pueden llegar a alrededor de 430 grados Celsius. Es por esto que los científicos se amparan en las observaciones de realizadas por MESSENGER, que ha estado orbitando Mercurio desde 2011.

“Vemos el paisaje literalmente arrugándose”, dijo William McKinnon, profesor en el Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis. “Losas enormes de roca se deslizan una sobre la otra.”

Mientras tanto, el estudio, encabezado por Byrne, sugiere que las estructuras geológicas que se observan en la corteza de Mercurio son el resultado de una pronunciada contracción debida al enfriamiento de ese cuerpo. “Estos nuevos resultados resuelven una paradoja de décadas de antigüedad entre los modelos de la historia térmica y las estimaciones de contracción de Mercurio”, dice.

Asimismo, los resultados a los que llegó el equipo de Byrne concuerdan con teorías científicas que datan del siglo XIX, las cuales sostenían que el tamaño de la Tierra menguó en épocas pasadas.

“Nuestros resultados proporcionan una limitación clave para los estudios de la historia térmica de Mercurio, las abundancias de silicato a granel de los elementos que producen calor, la convección del manto y la estructura de su gran núcleo metálico”, agrega el artículo.

McKinnon agrega que estas fallas en proceso sugieren que sismos le dieron forma al paisaje, un proceso que aún puede estar ocurriendo en este momento. “Si pudiéramos aterrizar sismómetros en Mercurio –y no tener el sol que los ase, por supuesto– probablemente podríamos escuchar estas cosas en movimiento”, dijo.

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