El japonés Yasuaki Onishi es un artista multidisciplinario que se vale lo mismo de técnicas “tradicionales”, que de la instalación. Prueba de ello es su más reciente obra titulada “Reverse of volume” (Reverso del volumen).
En esta instalación, Onishi se vale de materiales sencillos como plástico traslucido, tiras de silicón negro e hilo para pescar, con los que crea relieves monumentales que semejan montañas o nubes flotando en el espacio.
La pieza es un ejercicio de transformación de la escultura, colocándola boca abajo sin un espacio finito. “Reverse of volume” se deriva del espacio desocupado; es el fantasma de un objeto sólido y –como dice Onishi– “aparece lo invisible”.
Redacción/SinEmbargo
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