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CRÓNICA | Música y lágrimas en el funeral de Abi, desaparecida y luego hallada muerta en Puebla

18/08/2019 - 10:56 am

Judith Abigail era madre soltera. El 8 de agosto se fue con un hombre identificado como Eduardo al campo de tiro. Avisó a su familia que ya iba de regreso pero nunca llegó. Según la versión de “Lalo”, un grupo de hombres los chocó cuando circulaban sobre la carretera a Tecali, a la altura del kilómetro 13 y se quisieron llevar a los dos, pero él se quedó atorado con el cinturón de seguridad y no lo lograron.

Abi sí fue privada de su libertad y no se supo de ella hasta el viernes 16 de agosto, cuando fue encontrada en estado de descomposición. Su madre la identificó por el pantalón tipo militar y la blusa negra que llevaba puesto el día que desapareció.

Por Magarely Hernández

Puebla, 18 de agosto (PeriódicoCentral).– “Si te piensas marchar, no voy a detenerte, tan sólo déjame contarte tres recuerdos que se me vienen a la mente. Si de plano sigues necia con dejarme, los besos que me diste los arranco de mi piel, te juro que lo hago aunque no lo quiera hacer”.

“Tres Recuerdos” de la Banda Los Recoditos fue la canción que familiares y amigos de Judith Abigail cantaron mientras la joven de 28 años de edad era velada en la Funeraria Latinoamericana, en Puebla. La mujer desapareció el pasado 8 de agosto y fue encontrada sin vida el vienes en Santa Cruz Alpuyeca.

Previamente se habían escuchado canciones de Los Plebes del Rancho y “Oye Mujer”, de Raymix, mientras los más de cincuenta asistentes, todos vestidos de blanco y de pie, observaban su ataúd color café que tenía arriba un ramo de rosas, y alrededor coronas y otros arreglos florales.

La música no paraba, llegaban más y más personas, entre ellas unas niñas Scouts, amigas de la hija de Judith. Foto: Magarely Hernández, Periódico Central

Pero cuando se escuchó “Tres Recuerdos” todos comenzaron a corear la canción hasta que les ganó el llanto y ya no pudieron continuar. Su mamá cuidaba al niño de un año que quedó huérfano, pues su progenitora se convirtió en una víctima más de feminicidio en Puebla.

Su hija mayor, de 14 años, estaba sentada y era consolada por familiares, quienes la abrazaban y le decían: “No estás sola mi niña, no estás sola”.

Las hermanas de Judith, llenas de dolor, no quisieron separarse ni un momento de su hermana y se mantuvieron al pie de féretro, mientras amigos, conocidos y familiares desfilaban para abrazarlas y darles el pésame, aunque sus palabras no lograban reconfortarlas.

De pronto, cinco hombres llegaron con vasos de plástico, agua mineral y una botella de Johnnie Walker Red Label y comenzaron a servir: ¿Alguien quiere una?, preguntaron.

La música de banda sonó un poco más fuerte, todos subieron su vaso con whisky y su mamá gritó:

“¡Aquí estamos, como lo pediste mi reina! ¡Buen viaje, mi cielo! ¡Salud!”.

Después se escuchó una porra y enseguida, nuevamente el llanto sin consuelo.

La música no paraba, llegaban más y más personas, entre ellas unas niñas Scouts, amigas de la hija de Judith.

Aunque estaban en un velorio, todos llegaron vestidos de blanco. Así se iría a la manifestación que se tenía programada para exigir a las autoridades que buscaran a Abi: “Fuerza, Abi. Te vamos a encontrar”, decían sus hermanas y madre.

Sus familiares se manifestaron frente a Casa Aguayo para exigir al Gobernador de Puebla que agilice las investigaciones. Foto: Periódico Central

La manifestación se canceló y en lugar de llegar al Zócalo, los asistentes llegaron a la funeraria, donde Abigail estaba siendo velada.

Su hija, a pesar de su corta edad, le prometió cumplir el sueño que quisieron realizar juntas: conocer París: “Llevaré a mi hermano”, escribió. También le prometió que algún día será militar, como se lo dijo.

“Ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo, darte un abrazo y nunca soltarte. No puedo entenderlo, no puedo analizar que tú ya estás con Dios en un lugar mejor pero por qué tú, por qué tú te tenías que ir”.

EL HALLAZGO DEL CUERPO

La tarde del viernes 16 de agosto, el cuerpo de la joven de 28 años fue encontrado. Alguien lo abandonó en un paraje a la vista de todos, lo dejó en el camino que lleva a Santa Cruz Alpuyeca.

La mamá de Abi reconoció la ropa que llevaba puesta, los tatuajes, supo que era su hija, pero la Fiscalía pidió esperar las pruebas periciales para corroborar que realmente se trataba de ella. Hasta antes de la media noche, no habían dado información oficial sobre su identidad, pero la familia ya sólo estaba a la espera de que les entregaran su cuerpo.

Abigail tenía 28 años, medía 1.55 de estatura, tenía tres tatuajes: una corona en la nuca, unas palomas en la muñeca izquierda y una mariposa en la parte alta de su espalda. Tenía tres tatuajes, era lo que más repetían sus familiares cuando hablaban de ella, porque sabían que así podrían reconocerla sin dudar. Tres tatuajes decían los carteles de su desaparición, los mismos que su madre buscaría en su cuerpo apenas reconocible para saber que ya no tendría ni siquiera la esperanza de seguirla buscando.

Sus familiares se movilizaron luego de que la Fiscalía General del Estado no levantó la denuncia por desaparición. Foto: Periódico Central

Su hija, una adolescente de 14 años y su bebé de sólo año y medio quedaron huérfanos. Ella era su único sustento.

Hubiera querido tener unas horas más para ir a gritar al zócalo que estaba viva, y que la iban a encontrar, los carteles estaban listos, eran los que ya habían usado días antes cuando fueron a pedir ayuda a Casa Aguayo. Decían: “Abi, te necesitamos con nosotros”, gritaban, “Abi, te extrañamos”. Eran las cartulinas de una manifestación que no llegó.

La Fiscalía General del Estado de Puebla confirmó esa mañana que el cuerpo localizado en inmediaciones de la carretera a San Cruz Alpuyeca corresponde a Judith Abigail Jiménez Pulido, la joven de 28 años de edad que fue reportada como desaparecida el pasado 8 de agosto.

Aunque se daba por hecho que se trataba de Judith, fue ese día cuando la Fiscalía lo confirmó a través de un comunicado: “La Fiscalía procederá contra quien resulte responsable del lamentable feminicidio de Judith Abigail, hallada sin vida en la carretera a Santa Cruz Alpuyeca. La víctima fue identificada por familiares, quienes reciben apoyo de la Institución”.

Por su parte, el Gobernador de la entidad, Miguel Barbosa, condenó el asesinato de Abigail y calificó este crimen como un agravio para la sociedad poblana que pone a prueba al Estado; además, se comprometió a que este feminicidio no quedará impune.

LA DESAPARICIÓN

El 8 de agosto, Judith Abigail se encontró con su amigo Eduardo en la 105 poniente y la 11 sur, fueron a un campo de tiro en San Baltazar Tonja llamado, “Liga de Cazadores”, llevaba una blusa negra y unos pantalones con estampado militar, subió a sus redes una fotografía apuntando, aparecía con unos lentes oscuros.

Dijo a su familia que llegaría entre las cinco y las seis de la tarde, la última conexión en su celular fue a las 11:59 y no supieron nada de ella hasta las 2:30 de la mañana, cuando una de sus primas dijo que Eduardo se había comunicado para decirle que habían sufrido un accidente.

Fueron al hospital Betania, donde estaba internado, pero la familia dice que se hizo el somnoliento y apenas logró contar que Judith Abigail manejaba la camioneta de regreso por Tecali de Herrera cuando un auto se les cerró, se estrellaron y hasta volcaron, bajaron tres hombres y se la llevaron, juró que a él también intentaron secuestrarlo pero que no pudieron porque se les enfrentó y porque “se quedó atorado su cinturón de seguridad”.

Al día siguiente la madre y la hermana de Abi fueron al corralón en donde efectivamente estaba la camioneta de Eduardo pero para nada parecía haber pasado por un accidente tan aparatoso, tenía apenas un golpe en una de las puertas y dentro no encontraron ni una de las pertenencias de la joven ni rastros de sangre.

Ese 9 de agosto fueron a la Fiscalía General del Estado a presentar una denuncia por “privación ilegal de la libertad”, por supuesto señalaron a Eduardo como el principal sospechoso, explicaron que habían ido al hospital, la historia que contó, que fueron a buscar la camioneta, dieron seña de todas sus sospechas y las incongruencias en la historia del amigo.

Para la Fiscalía General del Estado eso no era prueba suficiente, el nuevo sistema de justicia les obliga a ser ellos quienes con una “cadena de custodia” recaben las pruebas. Pero, al verlas tan desesperadas, prometieron que tendrían bajo custodia a Eduardo, para que cuando saliera del hospital no escapara.

En el estado se decretó la Alerta de Género el 10 de abril para 50 municipios, incluida la capital, debido al creciente número de asesinatos violentos en contra de mujeres que en su mayoría son cometidos por sus parejas. Foto: Periódico Central

No fue así, apenas salió del hospital Eduardo desapareció y borró todo rastro de él en sus redes sociales, la familia no ha logrado obtener una foto suya para encontrarlo, pero tampoco la Fiscalía lanzó nunca en estos 16 días una orden de búsqueda.

El 13 de agosto, familiares de Judith se manifestaron en Casa Aguayo para pedir al Gobernador Miguel Barbosa que buscara a su hermana pues la Fiscalía General del Estado no levantó la denuncia por desaparición e ignoró sus sospechas sobre Eduardo, pues fue el último hombre con quien estuvo.

A pesar de esto, la FGE dijo que desde el 9 de agosto, la Fiscalía de Secuestro y Delitos de Alto Impacto inició la investigación por privación ilegal de la libertad.

La noche de este 16 de agosto, la familia de Abi sólo estaba a la espera de que su cuerpo les fuera entregado, estaba en un avanzado estado de descomposición cuando lo hallaron, todo indica que la habían matado varios días atrás.

Abi es la víctima número 54 de feminicidio en Puebla en lo que va de 2019. En el estado se decretó la Alerta de Género el 10 de abril para 50 municipios, incluida la capital, debido al creciente número de asesinatos violentos en contra de mujeres que en su mayoría son cometidos por sus parejas.

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