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Gustavo De la Rosa

19/03/2019 - 12:03 am

Cuando es mejor tomar un descanso

El parlamento toma sus decisiones por mayoría de votos, o por votación calificada en algunos casos, y la coalición “Juntos Haremos Historia” tenía en septiembre 14 de 33 votos, por lo que estaba en circunstancias de determinar las decisiones que tomaría la Cámara de Diputados; además a esa cantidad sumamos cuatro votos de la fracción parlamentaria del PRI, por lo que tuvimos en un momento inicial 18 de 33, la mayoría del Congreso. El PAN sólo tenía 13 seguros y había dos diputados en el aire.

“Los primeros que renunciaron, por causas inexplicables, fueron los dos diputados del PT; luego los cuatro del PRI se dividieron en dos y dos, y los tres diputados del PES se sumaron al PAN; nos quedamos con 11 votos y hasta perdimos la posibilidad de negociar las votaciones calificadas”. Foto: Juan Carlos Estrada, Cuartoscuro

Pocos creerán que, en septiembre y a mis 72 años, tenía cierta ilusión al pensar que, como Diputado local, podría cambiar el sentido de algunas políticas gubernamentales con alto impacto en el estado, ¡incluso escribí un artículo dónde explicaba que la correlación de fuerzas le iba a permitir a la fracción parlamentaria de Morena buscar el consenso más racional para la toma de verdaderas decisiones en el Congreso!

El mes de diciembre es el mes más importante para el trabajo legislativo en un estado; es cuando se aprueba el Paquete Económico con el cual funcionará el Gobierno el siguiente año y, en Chihuahua en este caso, se pueden definir las políticas reales que funcionarán en el territorio.

El parlamento toma sus decisiones por mayoría de votos, o por votación calificada en algunos casos, y la coalición “Juntos Haremos Historia” tenía en septiembre 14 de 33 votos, por lo que estaba en circunstancias de determinar las decisiones que tomaría la Cámara de Diputados; además a esa cantidad sumamos cuatro votos de la fracción parlamentaria del PRI, por lo que tuvimos en un momento inicial 18 de 33, la mayoría del Congreso. El PAN sólo tenía 13 seguros y había dos diputados en el aire.

Recuerdo la canción de primaria que se usaba para aprender a contar y a restar: “yo tenía 10 perritos, uno se murió de frío y ya nomás me quedan nueve…”, y sucesivamente se iban perdiendo perritos hasta quedar en cero. Así nos pasó en el Congreso.

Los primeros que renunciaron, por causas inexplicables, fueron los dos diputados del PT; luego los cuatro del PRI se dividieron en dos y dos, y los tres diputados del PES se sumaron al PAN; nos quedamos con 11 votos y hasta perdimos la posibilidad de negociar las votaciones calificadas. Con 22 votos, ellos aprobaron el Paquete Económico y además obtuvieron el poder de aprobar cualquier decisión que requiriera tomar el Congreso; Morena se convirtió en una fuerza parlamentaria testimonial.

Luchar en el México de hoy contra las inercias políticas, plantear discusiones parlamentarias como la austeridad republicana y la lucha anticorrupción, enfrentar la imposición de contribuciones a los más beneficiados de la desigualdad social, buscar medidas concretas y reales para reducir la violencia, proponer el equilibrio y equidad en los gastos del estado y dar prioridad a las políticas de salud y de respeto a los derechos humanos, son temas impertinentes para los que durante muchos años han hecho política en torno a las negociaciones personales y la cercanía al Poder Ejecutivo. Además de que resulta muy difícil mantener la cohesión de una bancada con tan poca experiencia parlamentaria.

En tales circunstancias, considero que es necesario valorar dónde y cómo se puede ser más útil para quienes me eligieron; uno de los reclamos de la ciudadanía cuándo recorrí el Distrito en campaña era “ustedes vienen por el voto pero después no regresan ni siquiera a darnos las gracias”, aunque otro reclamo frecuente fue contra el papel que juegan los suplentes que acompañan y apoyan a los candidatos durante la campaña, para después ni siquiera ser invitados a las ceremonias obligadas.

Así las cosas, decidí atender en directo las sugerencias de la ciudadanía y dejaré el espacio de la diputación en el Congreso a mi suplente, el joven abogado Román Alcántar Alvídrez, y yo me haré cargo directamente del trabajo de campo en el Séptimo Distrito de Ciudad Juárez como diputado con licencia; al menos ya no sentiré que le miento a mis electores y que sí respeto al suplente. Además, trabajo tengo: apoyar la escuela de rescate de jóvenes en riesgo de pandillerismo; en la oficina de atención del Distrito; como asesor de derechos humanos; en el programa de apoyo a jóvenes artistas, y algunas tareas de seguridad.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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