ESPAÑA EN MÉXICO: LA FILOSOFÍA DE ABARROTERO…

19/08/2014 - 12:00 am

Redes privilegiadas han permitido a empresas españolas maximizar sus ganancias en México, tras la crisis en la que entró el país ibérico después del crack inmobiliario. Bancos, hoteles, constructoras, compañías de energía: todas han encontrado un terrenos fértil en tierras aztecas para obtener ganancias. En entrevista con SinEmbargo, el escritor Oriol Malló, autor de El Cártel Español, narra cómo en tiempos de crisis, México se ha convertido en la tabla de salvación de las compañías ibéricas que actualmente enfrentan una lucha por sucumbir ante capitales alemanes, italianos y franceses o mantenerse en una zona que los convierte en la cabeza de América Latina, en lugar de la “cola” de Europa. Su modelo de negocios, dice, no tiene nada de extraordinario: se basa en un ancestral plan de comprar barato y vender caro, “como el abarrotero” y, desgraciadamente, como el cliché. A tierras mexicanas, las grandes empresas españolas no vienen a innovar; vienen a subcontratar, afirma, y su trabajo consiste en cobrar la mayor tajada de comisiones…

El escritor español documentó la historia de las empresas ibéricas en América Latina. Foto: Antonio Cruz/SinEmbargo
El escritor español documentó la historia de las empresas ibéricas en América Latina. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

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Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).– Tres han sido los elementos que le han permitido al empresariado español tener éxito en México: su antigua filosofía de comprar barato y vender caro, “aunque te vendan basura”, la llamada emigración privilegiada y las redes de poder que han logrado tejer entre ellos mismos y con mexicanos, hijos de españoles, que llegaron a las élites del poder político desde los años setenta, al menos así lo ve el escritor español Oriol Malló.

El autor del libro “El Cártel Español. Historia de la Conquista Económica de México y América Latina (1898-2008)”, asegura que lograr esta nueva conquista del país, ahora por la vía de los negocios, le costó relativamente poco tiempo al empresariado español, quien siempre fue favorecido por los altos funcionarios aztecas, “desde Manuel Ávila Camacho [Presidente de México de 1940 a 1946] no hay un Presidente de México que no le haya hecho un gran favor a un español y ahí está el caso de Ávila Camacho, que le dio a Moisés Cosío el control de un millón y medio de kilómetros de la Ciudad de los Deportes”.

En su libro, el autor describe cómo se fueron dando los primeros negocios y las primera relaciones de poder primero entre españoles exiliados, principalmente de Asturias, Cataluña y Galicia, y después con las élites del poder en México, a través de familias como las de los empresarios Mario y Olegario Vázquez Raña, el primero cercano al ex Presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976).

Después, el empresariado español tuvo una relación cercana con quien sucedería a Echeverría en el poder, José Lopez Portillo (1976-1982) quien “se sentía criollo”. Es en su administración cuando un descendiente de españoles, José Andrés de Oteyza y Fernández-Valdemoro, ahora presidente de la constructora OHL en México, se integrara al gabinete presidencial como Secretario de Fomento y Patrimonio Industrial de México.

En entrevista con SinEmbargo, el autor le atribuye a De Oteyza el cabildeo de la primera gran acción a favor de los intereses españoles que fue que Petróleos Mexicanos (Pemex) asumiera el control, gestión y construcción de la refinería de Petróleos del Norte (Petronor) en Muskiz, en las costas de Bilbao, España, tras la huida de la accionaria de la Gulf norteamericana al perder sus reservas iraníes.

La operación, signada en julio de 1979 entre los entonces presidentes de México, López Portillo y de España, Adolfo Suárez, implicó a toda la alta burocracia mexicana. La alianza estratégico sentó las bases para la creación del gigante español Repsol y la recompensa para el mandatario mexicano fue primero, la entrega del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, en 1981, y luego, el poder irse a vivir a Sevilla, tras dejar quebrado al país al finalizar su sexenio, en 1982.

Pero el cabildeo se ha dado de ambas partes, y del lado de los españoles, la figura de ex Presidente Felipe González cobra peculiar importancia en la expansión de las empresas españolas en México.

González tiene relaciones con México desde la época de Echeverría, pero ya como Presidente español pudo llegar hasta importantes figuras en México como el periodista Carlos Payán Velver, fundador del diario La Jornada, quien, según cuenta Malló, lo presentó con el multimillonario Carlos Slim.

El desmantelamiento del Estado mexicano, iniciado en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) permitió que los españoles empezarán a ver nuevamente a México como un destino interesante de negocios.

El papel que jugaron dos de los grandes bancos españoles Santander y Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) en el sistema financiero mexicano se debió en gran medida a la estrecha relación entre los presidentes José María Aznar, de España, y Ernesto Zedillo Ponce de León, de México.

Oriol Malló destaca que después de la crisis española, México se convirtió en la tabla de salvación de grandes empresas ibéricas, como banco Santander.

A raíz de la crisis española, el escritor advierte que los “reyes del imperio español” se están desmantelando pues gran parte de sus consejos de administración están presididos por inversionistas alemanes, franceses o italianos, por lo que ven en México una esperanza para seguirse conservando la mayor parte posible de capital ibérico.

Advierte que con la Reforma Energética, los capitales españoles están ansiosos por terminar de aterrizar en México, pues gracias a los cambios en el sector finalmente consiguieron la joya de la corona, después de más de 20 años de cabildeos: “Desmantelar a Pemex”.

“El cártel Español es fuerte, histórico, real y siempre ha funcionado”, aseguró el escritor.

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Oriol Malló asegura que fueron las redes de poder las que permitieron al empresariado español obtener condiciones privilegiadas en México. Foto: Antonio Cruz/SinEmbargo
Oriol Malló asegura que fueron las redes de poder las que permitieron al empresariado español obtener condiciones privilegiadas en México. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

–¿Cuál es la posición actual de lo que llama el Cártel Español?

–Lo que puedo decir es que no hay empresas sin gobierno, y no hubo conquista de la economía de América Latina sin las redes que se crearon, principalmente a raíz del papel que ha jugado el ex Presidente español Felipe González Márquez.

Felipe González es un Presidente que amó a América Latina por lo fácil que le fue relacionarse con todo mundo y es un personaje esencial para entender esta relación empresarial.

Pero lo esencial para entenderla viene a través del exilio español, en el que llegaron varios militantes de la Federación Socialista de Asturias, que formaron el grupo asturmexicano [nacidos o descedientes de asturianos, que a pesar de su alto estatus social y económico, ninguno ha perdido el horizonte de su Asturias natal y siempre que han podido han mostrado su generosidad con su tierra natal] al que pertenecen José Antonio Fernández Carbajal (de Femsa) y José Antonio Pérez Simón socio del magnate mexicano, Carlos Slim Helú, quienes al hicieron alianzas con los exiliados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Pero los primeros grandes empresarios que lograron acercarse a la élite del poder en México, fueron los hermanos Vázquez Raña, sus padres fueron quienes trajeron los moteles a México, y que después pudieron hacerse de medios de comunicación, mueblerías, cadenas de hoteles y hospitales.

Si lo vemos por el lado político, en 1974, el Presidente mexicano Luis Echeverría
hizo una donación del PSOE, cuando los llamados “jóvenes turcos”, de Felipe González, toman el control y expulsan a la vieja guardia.

Echeverría, a través de un exiliado español regaló 1 millón de dólares al PSOE; la donación se hizo a través de una valija diplomática que se entregó en Tolousse, Francia. Ese fue el primer regalo por intermediación del exilio español en México, que se hizo a través de Rafael Fernández Álvarez y su mujer Pura Tomás; eso lo cuenta su hijo Rafael Fernández Tomás que fue fundador del Partido Popular Socialista (PPS) en México, un partido montado por Echeverría, palero y a modo.

–¿Felipe González es un personaje clave?

Felipe González ya tenía relaciones políticas con México antes de llegar a ser Presidente de España. Después le presentan más gente como a Valentín Díez Morodo, que fue presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), pero que también que ha sido un cabildero desde López Portillo.

Lopez Portillo se sentía criollo, por eso le hizo el favor a España de financiar la construcción de una refinería, a pesar de que en México hace más de 40 años que no se construye una. Se sentía criollo, su abuelo era español, nacido en Caparrosa, le montaron su ruta de los ancestros en un pueblo ‘feo, rascuacho’, pero aún así él sentía una nostalgia por España, que nadie le había comprado, porque sentía que estaba por encima del indio, del mestizo.

Y uso el ejemplo de López Portillo para decir que también hay redes de hispanistas naturales como él, que siendo mexicanos se sienten españoles.

–¿Siempre hubo un proyecto español para extender sus negocios en México o es algo que se ha dado en la historia reciente?

–Para esta pregunta hay varias respuestas: la primera es que México siempre ha querido desligarse de Latinoamérica y ha preferido hacer negocios con Estados Unidos, por eso, con Carlos Salinas empieza el desmantelamiento del Estado mexicano y es él, el que pone a todos los presidentes de todos los países de América sentados en una mesa alrededor del Rey de España, en la Primera Cumbre Iberoamericana, en 1991, en Guadalajara, eso es muy significativo.

Pero, aquí debo hacer un paréntesis para decir que aún Salinas tenía fuerza y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque era hegemónico, mandaba y no se supeditada a una élite española. Salinas no hubiera aceptado el tener que ir a explicarle a Presidente de España su proyecto económico como lo hicieron los candidatos mexicanos en 2012, hasta López Obrador, que primero pasaron por la revisión de Joe Biden [el vicepresidente de EU] y luego por la de Mariana Rajoy [Jefe de Gobierno Español].

–Entonces, ¿es con Salinas cuando empiezan a cobrar fuerza estas relaciones poco transparentes, por llamarles de alguna forma?

–Siempre ha habido un ‘coyote’, porque eso es lo que hacen estas personas que cabildean, son unos verdaderos coyotes. Pero antes de entrar a esta etapa moderna el objetivo era otro: A finales de los años 80, cuando España entra a la Unión Europea, empieza un acercamiento con América Latina a través de Argentina con las privatizaciones emprendidas por Carlos Menem, es cuando entra Repsol y Alemania y Francia se quedaron con empresas españolas; fue entonces cuando un personaje, Antonio Donadeu [un político español] comentó: vuelvan a América Latina va a haber privatizaciones en marcha porque todos los países están quebrados.

Así fue como los españoles fueron haciendo relaciones con todo mundo, se metieron en Nicaragua, en Venezuela… supieron leer las señales del Banco Mundial de que venían una serie de privatizaciones en todo la región y fue así como escogieron ser la cabeza de América Latina en lugar de la ‘cola’ de Europa.

–Y cuando empiezan los problemas en Argentina ¿vuelven a voltear a México?

–Las élites en México cambiaron desde la crisis de 1982: pasaron de una idea revolucionaria a una de integración al capitalismo y al mismo tiempo en España se salió del Franquismo, esa es otra coincidencia.

Lo que van a comprar en México saben que es entre amigos, con información privilegiada, como el agua, gas y la electricidad en Argentina y ya había un cierto plan en el que Menem, a cambio de comisiones, les regalo gas y es cuando entran a Argentina Telefónica, Endesa, que ahora es italiana, era muy importante, pudieron probar a gran escala en Argentina, para ahí poder preparar a varios ejecutivos, principalmente catalanes, que de ahí pasaron a Chile, a Brasil y tardaron en llegar a México porque era una de los países más grandes y fuertes; había monopolios como Pemex que eran muy fuertes y que no podían ser destruidos, lograrlo les llevó más de 20 años.

El ex Presidente mexicano, José López Portillo, un "hispanista". Foto: Especial
El ex Presidente mexicano, José López Portillo, un “hispanista”. Foto: Especial

–Entonces, ¿el éxito de las empresas españolas en México se debe sólo a sus relaciones privilegiadas?

Son muchas cosas.

Primero: el empresario español sigue con la misma filosofía del abarrotero de siempre que es comprar barato y vender caro, aunque lo que te vendan sea basura.

Por otro lado, no construyen ni hacen nada, hacen que sean los mexicanos los que hagan todo y ellos se quedan con la tajada más grande las comisiones, un ejemplo es OHL.

José Andrés de Oteyza es el coyote que maneja las relaciones con gobernadores, no tiene un gran edificio de oficinas en México sino sólo una pequeña oficina en la que nunca se encuentra De Oteyza y nunca te dan información de nada porque todo lo subcontratan; De Oteyza se encarga de saber quién es el Presidente municipal y cuanto hay que pagarle, OHL no es más que una empresa de coyotaje.

El modelo político mexicano ha querido zafarse naturalmente de las ligas latinoamericanas y hacerse más español, eso explica la presencia de empresas como PRISA: México se ha querido apegar al modelo cultural español. La idea es ser como España, desde Octavio Paz hay una relación permanente entre la cultura española y la cultura mexicana que ha convertido esto en una especie de colonia.

–Entonces, ya con la Reforma Energética, ¿podemos decir que las empresas españolas se están saboreando el mercado mexicano?

–Por supuesto que sí, eran lo que estaban esperando porque saben que en México nunca pierden.

Hay que ver muy bien quién mueve a Iberdrola en México; la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha dado permisos a empresas extranjeras para hacer terminales de ciclo combinado y ahí esta Francisco Barnés de Castro, con relaciones familiares españolas.

Cada uno tiene un cabildero que tiene acceso al pastel y aunque no es una empresa de energía, te puedo citar el caso de Telefónica, con Francisco Gil Díaz (su titular en México), el “Papa” del ITAM, que había sido Secretario de Hacienda y unos meses después lo nombran Presidente Ejecutivo de Telefónica para México y Centroamérica, es un cabildero natural que conoce todos los entretelones.

Yo veo que hay una relación injusta entre burguesías, en el caso de Pemex ahora que vendió sus acciones de Repsol; Pemex en lugar de enfrentar España, vendió sus acciones, intentaron un poco pedir cuentas a Repsol, pero decidió no hacer nada.

–Y en este momento en el que España todavía no se recupera por completo de la crisis, ¿están viendo a México como tabla de salvación?

–Completamente. Un ejemplo de ello y del colonialismo total es la Riviera Maya, donde los cadenas españolas de hoteles Meliá, RIU… le dicen al Gobernador a qué equipo de futbol hay que patrocinar en Mallorca, como en 2012 el gobierno de Quintana Roo patrocinó al Mallorca. El Gobernador va y se presenta con ellos y punto final.

Para los españoles la apertura comercial completa a la inversión extranjera es Dios y toda empresa extranjera puede repatriar el 100 por ciento de sus ingresos sin reportar a Hacienda, eso explica por qué Colombia y México son ejemplo de la explotación del ‘Cártel Español’.

Dicen que la soberanía empieza en Guatemala porque en México ‘nadie nos puede tocar, aquí estamos seguros y protegidos por la red y porque nos protege un tratado al que México está perfectamente integrado’ por eso, para los españoles el negocio aquí es permanente.

Hay una idea falsa de que España saca mucho dinero de México porque ese dinero no se manda a España porque lo tienen que reportar a hacienda; va a paraísos fiscales para que entren como bonificaciones a España y todo el capital acumulado en las cuentas sirve para que los bonos de los ejecutivos sean cubiertos.

La gente llega con portafolios de dinero a Vigo y no pasa por Hacienda.

Si la Secretaría de Hacienda en México empezará realmente a trabajar, entraríamos al huevo de la gallina, pero eso ni se toca ni se habla.

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