Trump dice que si no hay acuerdo con China, los aranceles subirán; en casa del dragón hay pesimismo

19/11/2019 - 5:31 pm

El sentimiento sobre la marcha de las negociaciones reanudadas el pasado octubre es pesimista. Pekín ha presionado para que la Casa Blanca se comprometa a no solo no continuar con la escalada arancelaria, sino a deshacer los gravámenes impuestos hasta la fecha.

Washington, 19 nov (EFE/EconomíaHoy).- El Presidente estadounidense, Donald Trump, subrayó este martes que si no se logra un acuerdo comercial con China subirá “los aranceles aún más”, en medio de las conversaciones entre Washington y Pekín para ratificar la “primera fase” del pacto y rebajar así la guerra comercial.

“Si no logramos un acuerdo con China, simplemente subiré los aranceles aún más”, dijo Trump en una reunión con su gabinete presidencial en la Casa Blanca.

“China va a tener que hacer un acuerdo que me guste. Si no, ya está”, remarcó.

Las palabras de Trump se producen en plenas conversaciones entre ambas potencias para sellar una “primera fase” del pacto y añaden incertidumbre, puesto que siguen sin conocerse por el momento la fecha y el lugar en que se registraría la firma.

En un principio, la idea era que Trump y el Presidente chino Xi Jinping firmasen el acuerdo en el marco de la reunión de la APEC a mediados de este mes en Santiago de Chile, pero la cancelación de la cumbre por las protestas sociales en el país suramericano complicó los planes.

La dificultad de las negociaciones, no obstante, ha quedado reflejada en el constante cruce de declaraciones entre Washington y Pekín, a menudo contradictorias.

A comienzos de noviembre, el Ministerio de Comercio chino aseguró que había llegado a un acuerdo con Washington para retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa, que comenzó en marzo de 2018.

Sin embargo, días después, el propio Trump echaba un jarro de agua fría y rebajaba las expectativas.

“A ellos les gustaría dar marcha atrás, no hemos acordado nada. A China le gustaría hacer algo así como una marcha atrás, no una revocación completa porque saben que eso yo no lo haría”, afirmó el mandatario estadounidense en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.

La guerra comercial entre Washington y Pekín, que se ha traducido en sucesivas subidas arancelarias por ambos países durante casi dos años, tuvo su último episodio el pasado 1 de septiembre con la entrada en vigor de la subida del 10 al 15 por ciento sobre importaciones chinas por valor de 112 mil millones de dólares.

Está previsto, por ahora, que el próximo 15 de diciembre se aplique esa misma subida al resto de importaciones gravadas al 10 por ciento, hasta alcanzar los 300 mil millones de dólares al 15 por ciento.

Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales van más allá de las relaciones bilaterales y tienen profundas consecuencias globales.

En sus últimas previsiones de crecimiento global, divulgadas en julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3.2 por ciento este año, una décima menos que en abril lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa.

EN CHINA: PESIMISMO

La semana pasada, los principales negociadores de Estados Unidos y China, encabezados por el representante comercial, Robert Lighthizer, el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el vicegobernador chino, Liu Hem, volvieron a calificar las conversaciones en curso entre ambos países como constructivas.

Sin embargo, los detalles sobre la fase uno del acuerdo comercial entre Washington y Pekín siguen sin darse a conocer en un momento en que la Administración Trump continúa sin anular los aranceles previstos para el próximo 15 de diciembre sobre productos de consumo chinos por valor aproximado de 160 mil millones de dólares.

Según adelantó el lunes la CNBC, citando fuentes del Gobierno de Xi Jinping, el sentimiento sobre la marcha de las negociaciones reanudadas el pasado octubre es pesimista. Pekín ha presionado para que la Casa Blanca se comprometa a no solo no continuar con la escalada arancelaria, sino a deshacer los gravámenes impuestos hasta la fecha.

Así lo comunicó el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, a comienzos de este mes, al asegurar que ambos países contaban con un principio de acuerdo al respecto. Sin embargo, Trump negó que su Gobierno se hubiera comprometido a reducir o cancelar los aranceles, que pesan ya sobre más de 360 mil millones de dólares de bienes procedentes del gigante asiático. Como represalia, China tasa alrededor de 110 mil millones de dólares en bienes estadounidenses.

La estrategia de Xi y su equipo es continuar con las conversaciones, pero ser cautos ante el proceso de investigación para un posible juicio político contra Trump, que avanza en el Congreso de Estados Unidos, y la presión de las elecciones de 2020.

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