“Estoy más del lado de la magia que de la ciencia”, dice Laura Martínez-Belli, autora de “Las dos vidas de Floria”

20/02/2013 - 1:00 am

 

Laura Martinez Belli (Foto: Especial)

Ciudad de México, 20 feb (SinEmbargo).- “No sé por qué el realismo mágico está tan defenestrado. Me  parece que ha sido un movimiento fantástico de nuestra literatura, que da muchísimo juego, mucha tela para cortar y no entiendo por qué ese marco peyorativo a su alrededor”, dice la escritora mexicana Laura Martínez-Belli, autora de la reciente Las dos vidas de Floria (Planeta).

Para la escritora, sobrina a su vez de la famosa nicaragüense Gioconda Belli,  no representa ningún problema que su novela sea enmarcada dentro de la corriente que reinó en los ’60 en nuestro continente, dando obras fundamentales como Pedro Páramo, de Juan Rulfo y 100 años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez.

“Es lo más bonito que me pueden decir, porque como y disfruté mucho del realismo mágico en su época y leí esos libros con fervor; no tengo ningún problema con que me enmarquen ahí”, dice la también autora de Por si no te vuelvo a ver y El ladrón de cálices.

En Las dos vidas de Floria, publicada simultáneamente en italiano y español, Martínez-Belli, nacida en Madrid, España, en 1975, recupera la tradición de los cuentos de hadas, una carga que tenemos en nuestro inconsciente desde la infancia, asegura.

“El otro día estaba leyéndole cuentos de hadas a mi sobrina, le leí tres o cuatro y todos empezaban con un matrimonio muy feliz que no podía tener hijos, me remonté a Floria, pues igual sin darme cuenta bebí de ese inconsciente colectivo del cuento de hada europeo de un matrimonio feliz que no puede tener hijos.

Si lo analizas, (mi libro) tiene mucho de cuento de hadas y de fábula. Hasta una bruja hay. En el momento que lo escribí no me di cuenta, solamente quería contar una historia de este personaje Floria, un ser mágico nacido de una especie de milagro y de cómo afecta su anormalidad a todos los integrantes de un lugar”, afirma la joven escritora.

EL MILAGRO AZUL, LA SEMILLA DE FLORIA

El origen de Las dos vidas de Floria data de la juventud de Laura, quien cuando tenía 19 años escribió una novela de espiral que llevaba por título El milagro azul.

“La historia era de muchos habitantes que vivían aislados del mundo porque había caído un avión y habían quedado como en una especie de isla. Todos los sobrevivientes eran seres fantásticos, un fortachón, una planta, una sirena, era una novela muy naif. Muchos años después, de esa historia rescaté a Floria”, cuenta Martínez-Belli.

“Me apetecía hacer algo fantástico en un lugar para poder escapar, algo que no fuera real, que no estuviera anclado en ningún sitio tangible ni atado a ningún período histórico, algo diferente a lo que ya había escrito antes.

 

Foto: Especial

“Me pareció muy divertido retomar esa historia, obviamente la original tiene muchas cosas, está enfocada desde un punto de vista mucho más inocente, mucho más plano, más simple, no hay nada de sexo, por ejemplo y tiene otros matices, otros giros de tuerca, es mucho más espiritual, más trascendental”, afirma.

Una de las cosas que más  impresiona de la novela de Laura Martínez-Belli es la frescura del relato, una capacidad innata capacidad que tiene como autora de contarnos una historia. Los personajes ingresan a las páginas con una naturalidad verosímil, algo que ha perdido en general la novela contemporánea: esa pura capacidad de contar una historia.

La escritora está consciente de que existen colegas que defienden “una forma de narrar más enrevesada”, no obstante lo cual ella lucha para que en su trabajo “todo parezca natural, sin esfuerzo”, lo cual no es fácil.

“La verdad es que es complicadísimo hacer que parezca todo espontáneo y al hilo. Eso viene también de ser gran conversadora, cuando estás contando una historia de cómo conociste a fulanito o a sultanito. En el fondo, escribir viene mucho de la tradición oral”, dice.

Hija de un padre feliz el que se basó para construir su personaje “Manrique”, Laura admite que la angustia un poco no llegar a ser feliz en la vida, aunque más le preocupa el que sus hijos no tengan bienestar.

“Sé que es un lugar común, pero es mucho más importante que mis hijos sean felices a serlo yo y para eso la única receta que conozco es hacer lo que uno quiere y hacerlo de corazón”, afirma.

Dice también que no le pesa ser la sobrina de la afamada Gioconda Belli, una tía generosa que mucho la ha estimulado en la escritura.

“Ella me ha apoyado desde el principio, leyó mis primeros manuscritos y me motivó a publicarlos y ahora con Las dos vidas de Floria, todas son buenas vibras para mí”, cuenta Laura.

“Una vez leí una frase de una escritora inglesa, bisnieta de Sigmund Freud (N.de R. Emma Freud) que decía que hay dos cosas que dificultan la escritura: una es pretender saber cómo acabará la historia y la otra es preocuparte por lo que dirá tu madre”.

–       ¿A usted le preocupa lo que dirá su madre?

–       Bueno, me voy soltando, pero todavía no puedo evitar ese punto en el que cuando escribo algo demasiado fuerte pienso: – Uy, esto lo van a leer mis papás. Si tuiteo algo pesado, por ejemplo, mi mamá me devuelve una frase advirtiéndome que estoy usando palabrotas. Pero creo que parte del crecimiento y de volverte realmente adulto es aprender a soltar y a soltarte.

–       ¿Qué han dicho sus padres de las novelas que ha escrito?

–       A ellos les encanta mi trabajo. No hay padres más orgullosos. Sobre todo porque no se lo esperaban. Cuando escribí Por si no te vuelvo a ver, vivía en casa de ellos. Me preguntaban qué hacía cuando me veían mucho tiempo delante de la computadora y yo les contestaba que estaba escribiendo un libro. Cuando vieron finalmente el libro, se sorprendieron mucho.

–       Otrora, el pueblo que inventó para Las dos vidas de Floria, ¿será retomado en una próxima novela?

–       Creo que no. Me parece que sería un recurso literario demasiado fácil. Tal vez me invente otro lugar, pero siento que Otrora murió en esa historia.

–       Una de las disputas que plantea la novela es la medicina clásica contra la alternativa y en el medio la magia. ¿Cómo se sitúa usted frente a este debate?

–       Estoy más del lado de la magia que de la ciencia. En realidad me estoy yendo más del lado de la metafísica y estoy empezando a creer que mucho de los males que tenemos nos los creamos. Finalmente, la ciencia también es el acto de fe más grande que hay. Una fe en la capacidad de controlarlo todo, cuando la verdad es que hay fenómenos en la vida que no son comprobables. Las dos vidas de Floria es una novela muy espiritual Esta novela es muy espiritual, porque es la búsqueda por trascender, por ser feliz independientemente de las condiciones que tengas alrededor, por echar raíces, tiene muchas cosas como muy profundas. El año pasado estuve muy enferma y empecé a perder líquido cefalorraquídeo por el oído al parecer por una infección; a raíz de eso me pregunté por qué me pasa esto a mí, la metafísica muchas veces te dice que cuando estás mal de un oído es porque no quieres escuchar lo que te dicen y tienes que hacer un ejercicio, porque lo primero que dices es no. El cáncer es una gran frustración, un gran dolor, cuando ha habido mucho sufrimiento padeces cáncer, mi padre tuvo cáncer de próstata, cuando le dije a mi papá esto, obviamente, mi padre es la persona más feliz del mundo, entonces me dijo que no. Siento que con mucha gente que conozco el cáncer es resultado de grandes dolores no resueltos, entonces no es magia, no es superchería, pero sí siento que el control de la mente y tu posición ante la vida determina mucho las enfermedades que tienes y los logros que tienes también. Estoy trabajando en eso para no volver a enfermarme nunca más.

–       ¿Qué tan cerca estuvo de la muerte?

–       Cerca, cerca, porque parece ser que si la infección entraba un par de milímetros al cerebro sino era muerte, podía ser lesión cerebral grave, empecé a tener irritación meníngea, ya no podía mover el cuello.

–       ¿Se enteró luego de casos de personas que tuvieron enfermedades graves de la nada?

–       Sí, me he enterado. De hecho una amiga de mi marido tuvo lo mismo que yo y a las dos o tres semanas que mi marido me contó lo que le había pasado me pasó a mí, mi esposo me dijo que en la vida me volvía a contar nada, porque todo lo somatizo, fue una coincidencia.

“Me comunico mejor a través de la palabra escrita, porque disfruto cuando lo estoy haciendo”, dice la autora (Foto: Especial)

–       ¿Por qué es escritora?

–       Esa respuesta todavía no la sé. Sé y ahora intento hacer este ejercicio de pensar por qué soy escritora. Siento que ha sido causal, una serie de acontecimientos me han ido llevando hacia este momento, recuerdo siempre estar escribiendo, como que no es consciente. Por mis traslados teníamos a la familia siempre separada, el núcleo familiar eran mis hermanas y mis papás, ni primos, ni tíos, ni abuelos, muchas cartas, siempre muchas cartas, desde que era pequeña, siempre mi forma de comunicarme era a través de las cartas y constituía un ejercicio literario, porque intentaba hacerle sentir lo que yo sentía, no era sólo narrar fui, bajé, subí, sino que era algo más profundo. Llegué a hacer un diario literario y escribía en una máquina de escribir que me habían heredado que no tenía cinta para escribir, entonces en lugar de irme a comprar la cinta, que hubiera sido lo propio, ponía dos hojas blancas con una hoja de carbón en medio, entonces escribía sin leer hasta que ya la sacaba y veía, escribía casi que de memoria, igual que escribo ahora, nada más que uno no se da cuenta, pero escribes de cabeza. Luego tomaba un autobús para ir a la universidad y todo el camino iba inventado historias de la gente que iba sentada. Llegaba a mi casa y hablaba mucho y contaba lo que me había pasado en el autobús con un afán de historieta, de esto me doy cuenta ahora que la gente me pregunta, como que he hecho marcha atrás en mi memoria y me doy cuenta de que siempre he tenido esa facilidad,  como que era algo normal que desembocara en este punto, pero no fue una decisión consciente. Empecé a escribir, porque creo que me comunico mejor a través de la palabra escrita, porque disfruto cuando lo estoy haciendo, porque si no disfrutara creo que no lo haría, me sale muy naturalmente, es como el que cocina muy bien, que se mete a la cocina y hace una cosa hermosa y está el que va a clases de cocina y por más que lo intente no tiene esa gracia que tiene el otro, más o menos, por ahí me pasa.

–       ¿Ahora que está con su tercera novela se siente como una escritora profesional, puede vivir de esto que hace?

–       Empiezo a pensar que sí por la calidad de la prosa, siento que empiezo a tener voz propia, que las otras dos han sido como muy… la primera fue como un conejo saliendo de una chistera, salió de la manera más espontánea, de la manera más natural, sin ningún afán de incluso de publicarla. La hice porque me divertía, después la gente la leyó y me dijo que era publicable, pero hasta que alguien más me lo dijo, yo no lo había ni pensado. Salió y fue un muy buen libro, tiene frescura de la primera novela que no tiene mayores pretensiones y que disfruté muchísimo haciéndola y me divertí horrores, yo quería llegar a escribir porque era para mí un placer. La segunda novela está mejor trabajada, pero siento yo que es menos fresca, que quizás tenía mayor presión, no de los demás, sino mía. Con la primera vale, con la segunda ya tienes que demostrar algo y con la tercera me pasó que no pensé en nada más que en pasármelo bien, en contar esta historia que me parecía lindísima y que a medida que iba viendo como salía, sentía eso que tiene que no sé qué es.

–       ¿Se siente heredera de cierta literatura de mujeres mexicanas?

–       Siento que puedo llenar un nicho que ellas dejaron, no herederas de ellas como tal, siento que hay un nicho que ellas dejaron y la gente necesita. Ayer me decían que Las dos vidas de Floria es como un respiro en medio de toda la literatura que hay ahora de política, de narco, de autoayuda o de vampiros, sin menospreciar, pero esa literatura escrita por mujeres, que no para mujeres, que ahorita como que no hay nadie cubriendo ese nicho, entonces sí siento que puedo llenar ese lugar.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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