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Gerardo Grande

20/02/2016 - 12:02 am

Hablar de Huddie William Leadbetter…

Hablar de Huddie William Leadbetter es hablar de un pionero de varios ritmos utilizados en el blues y rock and roll; pero también es hablar de un alma sin techo.

Hablar de Huddie William Leadbetter es hablar de un pionero de varios ritmos utilizados en el blues y rock and roll; pero también es hablar de un alma sin techo. Un hombre violento y quizá oscuro con un campo de girasoles acompañando sus pasos. Huddie William, o simplemente Leadbelly, nació en Louisiana en 1888 en una plantación donde trabajaban a marchas forzadas los hombres de raza negra. A los cinco años comenzó a tocar el acordeón y poco tiempo después encontró su virtuosismo en la guitarra de doce cuerdas. Porque los tiempos así lo exigían, desde muy joven trabajó como jornalero y por las noches se dedicaba a tocar la guitarra interpretando canciones sobre campesinos y vagabundos. La música, la vida nocturna y la violencia de aquellos tiempos lo llevaron a involucrarse desde temprana edad en una serie de conflictos que lo arrojaron a la cárcel en más de una ocasión. En 1918 cayó preso por segunda vez, ahora para cumplir una condena de veinte años por asesinato; sin embargo, la fuerza de su música le ayudó y al ser escuchado por unos políticos fue liberado poco tiempo después. En uno de sus ingresos a prisión, Leadbelly grabó varias canciones infantiles, canciones paralelas a sus composiciones clásicas que hablan del desamor, los duros días en las calles salvajes y las noches sin techo a la orilla de un río fumando cigarrillos liados. Parece que Leadbelly fue el primer músico de raza negra en tocar para blancos; así como el primer músico del género folk en tocar en Europa. Este cantautor vaquero puso varios ritmos pilares para el día de hoy, tal es así que varios músicos famosos han hecho covers de él, músicos como Nirvana, Tom Waits, Bob Dylan, John Lennon y Litlle Richard.

Yo le brindo este poema que escribí a partir de su vida y obra.

Un tipo que va y hace el amor con 10 muchachas negras en la noche 11 muchachas incluyendo a la misma noche antes que se quede sin estrellas y cuando sale el sol toca un blues que cien años después seguirá sonando con la misma fuerza con la que Leadbelly atacó la vida 1908 Leigh Texas No crece su fama de músico endemoniado pero sí la reputación entre las chicas Lead se convierte junto a sus amantes en los ojos de luz de esa bestia que atraviesa la noche y regala alegría a quien sin pena ni miedo entrega la música que lo habita sólo para dar un poco de armonía al mundo como los dioses Cuando la palabra violencia se convierte en un país y en sus habitantes crece la semilla de una guerra que durará para siempre ¿a quién le importa la mucha música que puede hacer un negro con un campo de girasoles dentro? Toca en cualquier cantina Un cowboy lanza una botella para que se calle hay momentos para hacer música y hay momentos para matar piensa Leadbelly éste tiene que ver con el último una Smith &Weson limpia y alineada brilla brilla brilla como sólo puede hacerlo la sonrisa de la muerte la escena se congela El cantinero derrama whisky en la copa de un borracho que horas después vomitará su hígado Un perro amarillo detiene el vaivén de su cola los ojos se le llenan de tristeza después cenará hígado recién vomitado y los ojos se le caerán Las chicas se quedan con media falda arriba la boca de labios carmesí abierta como para que atraviese un tren furioso que va a ninguna parte pero va a destruir El joven Leadbelly aprieta el gatillo con la punta del dedo índice el mismo dedo que entra en el sexo de las mujeres y con suaves rápidos movimientos les pone los ojos en blanco lo único blanco que tendrán en vida tiempo negro negra la lluvia que va a caer negra el alma negro el blues benditamente negro el mismo dedo índice que rasga la guitarra (o ilumina a las mujeres a través del gatillo entre sus piernas) también aprieta ese otro gatillo que en un instante provoca la bala y vuela la cabeza para que el blues siga sonando

Gerardo Grande
Gerardo Grande (Ciudad de México, 1991). Poeta. Publicó La edad atómica (La Bella Varsovia, Córdoba, España, 2014), Fiesta brava (Neutrinos, Entre Ríos, Argentina, 2015), Seguir (Eloísa Cartonera, Buenos Aires, Argentina, 2016). Es co-compilador de Astronave, panorámica de poesía mexicana 1985-1993 (UANL-UNAM, México, 2015).

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