Alfonso Romo, principal asesor de negocios de Andrés Manuel López Obrador, dijo en una entrevista con Bloomberg queel candidato ha revisado la mayoría de los contratos petroleros licitados a operadores privados y ha encontrado que son beneficiosos para México.
Romo añadió que ni una sola compañía sería nacionalizada si el candidato gana la elección del 1 de julio.
Ciudad de México, 20 de febrero (SinEmbargo).– A dos años de prometer que de llegar a la Presidencia cancelaría todas las reformas creadas en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, el principal asesor económico de Andrés Manuel López Obrador aseguró que el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” respalda los contratos petroleros privados firmados con la Reforma Energética.
Alfonso Romo, principal asesor de negocios del tabasqueño, dijo en una entrevista con Bloomberg que López Obrador ha revisado la mayoría de los contratos petroleros licitados a operadores privados y ha encontrado que son beneficiosos para México.
“No habrá ninguna violación a la ley ni nada que interrumpa la confianza de los inversionistas”, declaró Romo al medio estadounidense. “Lo que hemos visto del proceso de licitaciones es que son muy buenas para el país, están bien hechas, y hasta ahora no tenemos quejas”.
López Obrador, quien hasta hoy es el candidato puntero en todas las encuestas, se ha mostrado flexible en algunos temas económicos que preocupan a los inversionistas, como el de las reformas.
Las críticas hacia la Reforma Energética generaron inquietud sobre si López Obrador cancelaría los proyectos petroleros cuyo valor total asciende a 153 mil millones de dólares en inversiones a largo plazo, de acuerdo con la proyección más optimista de la Secretaría de Energía, para los 91 contratos ya concedidos.
Romo, quien ha sido comisionado por López Obrador para abrir diálogo con el sector empresarial, dijo a Bloomberg que el candidato se ha moderado desde que prometió hace dos años poner fin a la histórica Reforma Energética. Insistió en que ha entendido la necesidad de inversión privada en el sector, incluyendo la posibilidad de asociaciones privadas para las dos nuevas refinerías que planea construir.
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Alfonso Romo, quien fue nombrado el pasado 15 de febrero como jefe del gabinete propuesto por López Obrador, explicó al medio que el resto de los contratos petroleros aún necesitan ser revisados porque fueron adjudicados muy recientemente, y esta revisión “se hará de buena fe”.
El pasado 18 de febrero, sin embargo, López Obrador repitió su promesa de parar la privatización de los bienes y servicios públicos, aunque nunca mencionó al petróleo entre los ejemplos que dio. También dejó fuera de su discurso otras posturas controversiales como el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
El abanderado de los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) insiste en mover el proyecto ya en marcha del nuevo aeropuerto con valor de 13 mil millones de dólares, a una nueva ubicación que, asegura, será más barata e impedirá que se cierre el actual aeropuerto de la Ciudad de México.
“López Obrador también deberá convencer a los inversionistas de que aún si se pierde dinero con el desmantelamiento de la construcción, se recuperará con un nuevo y más pequeño proyecto”, dijo Romo.
A cuatro años de la aprobación de la Reforma Energética, las cifras, la percepción y la realidad no coinciden con lo que se prometió en 2013. Ni para Petróleos Mexicanos (Pemex) ni para los hogares mexicanos.
En 2017, según el último reporte de Pemex, el 71.58 por ciento de la gasolina utilizada por los mexicanos fue importada. Hubo un total de 570.6 miles de barriles diarios traídos del extranjero, especialmente de Estados Unidos. La cifra es histórica: es un aumento de 12.96 por ciento respecto a 2016 y es la más alta desde que se tiene registro (2006).
De acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) el costo de las gasolinas en México de 2012 hasta el 29 de noviembre de este año se ha incrementado en un 60 por ciento.
México es el país con los mayores precios de energéticos de los 35 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con una variación anual de 16.2 por ciento, casi el triple del promedio que fue de 5.8 por ciento.