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Políticas fiscales contracíclicas aumentan deuda, pero estimulan la recuperación económica: CIEP

20/05/2020 - 8:45 pm

“Se requiere una política fiscal contracíclica que estimule la recuperación de la actividad económica”, recomendó el CIEP. Sin un aumento en el gasto, la deuda aumentará por mayores requerimientos financieros para compensar la falta de ingresos, pero sin salir de la crisis.

Ciudad de México, 20 de mayo (SinEmbargo).- El plan económico de México apuesta por la austeridad en el Gobierno. El sector empresarial requirió a la federación políticas fiscales para poder enfrentar la crisis económica que las medidas de distanciamiento social, por la pandemia de la COVID-19, dejará en la economía nacional. Como quiera que sea, cualquier medida que se tome, el saldo de la deuda aumentará.

“Si se mantiene la política de austeridad, el saldo de la deuda pública podría incrementarse 15 por ciento real respecto a 2019, alcanzando niveles históricos como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), llegando a 103 mil 549 pesos por persona. (…) Aplicando una política fiscal contracíclica, mediante un aumento del gasto público en 2.6 por ciento del PIB, el saldo de la deuda tendría un crecimiento real de 21 por ciento, llegando a 108 mil 653 pesos por persona”, explicó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

En el documento “Efectos del COVID-19 en la deuda pública”, el investigador del centro Carlos Vázquez Vidal delineó los factores que agravan la crisis económica que aceleró la contingencia sanitaria por la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. De forma directa, aumentará la necesidad de más financiamiento para cumplir con el ejercicio del gasto público.

De forma indirecta, el saldo de la deuda crecerá debido a el aumento de la deuda externa por la depreciación del peso. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro, Archivo.; a esto se suma un mayor número de transacciones compensadas de la deuda como la recompra de deuda, las permutas o la colocación de deuda encima o abajo de su valor nominal.

MENOS INGRESOS, MÁS GASTO

Las medidas de distanciamiento social han dejado un doble impacto en la economía nacional. El CIEP destacó que se contrajo la demanda agregada que derivó en la caída del consumo directo en los hogares.

Además, un choque en la oferta que resultó de la declaratoria de contingencia sanitaria, que paró las actividades productivas consideradas no esenciales. Este elemento disminuyó la importación de los bienes y servicios que México importa del extranjero, por una menor demanda de las industrias.

“La situación anterior lleva a una disminución de los ingresos que recauda el sector público por concepto de Impuesto Sobre la Renta (ISR), Impuesto al Valor Agregado (IVA), y en general, de los ingresos tributarios”, puntualizó Vázquez Vidal en el informe.

Por otro lado, también se registró una caída en la cantidad de ingresos que recibe el sector público por las ventas petroleras. Este factor ocurrió por una menor demanda internacional del hidrocarburo, que desembocó en una caída de los precios que anotaron, por primera vez en la historia, números negativos.

La estimación del CIEP, con base en datos de la Secretaría de Hacienda, es que los ingresos públicos caerán 317 mil 775 millones de pesos. Los menores ingresos requerirán de un financiamiento extra equivalente a 93 mil 200 millones de pesos, lo que significa un déficit primario de -0.4 por ciento del PIB.

“Lo anterior es sólo para cubrir el gasto público que se destina a programas sociales, salarios de trabajadores públicos e infraestructura, así como para las aportaciones a los estados”, siguió el análisis.

Sumando el pago de intereses y de la deuda el déficit presupuestario tendrá un incremento real de 96 por ciento respecto a 2019 (del -1.6 al -3.4 por ciento del PIB). Este dato equivale al 49 por ciento de todos los ingresos que se recaudaron en 2019 por concepto del ISR.

El Fondo Monetario Internacional informó que en el mundo algunos países, como Panamá, han aplicado medidas fiscales superiores al 2 por ciento de su PIB. En el caso mencionado, fue del 6.5 por ciento para implementar el Plan de solidaridad de Panamá, que requiere un aumento en el gasto para  construcción de hospitales, compras de suministros y equipos médicos, kits de prueba, materiales educativos, pagos a trabajadores informales y propietarios de pequeñas empresas.

Brasil, destinó 6 por ciento de su PIB a un paquete fiscal que se destinó a la incorporación de más de un millón de beneficiarios al programa Bolsa Familia -que apoya a los hogares vulnerables-; además de otorgar dinero en efectivo a trabajadores informales y desempleados; o bonos salariales a trabajadores de bajos ingresos. Sin embargo, requerirá que aproximadamente el 3 por ciento se registre en el déficit primario del país.

En el caso de México, las medidas económicas se basaron en un ajuste a presupuesto público, conocido como austeridad republicana. El movimiento supuso posponer acciones de gobierno con la excepción de 38 programas prioritarias, según el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, firmado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo con el CIEP las medidas para enfrentar la crisis sanitaria tienen el fin de mantener estable el saldo de la deuda al final de 2020.

“No obstante, en el futuro próximo se necesitarán recursos para reactivar la economía, así como para destinar al sistema de salud”, destacó el organismo.

En el caso de aumentar el gasto público, entre 0.6 y 2.6 puntos del PIB, el déficit presupuestario aumentará entre el 30 y el 91 por ciento, para cada caso.

Si se considera un aumento del gasto del 2.6 por ciento del PIB, “que es mayor al presupuesto que se aprobó en 2019 para el sector salud. Esto implica una cantidad de recursos suficientes para reforzar el sistema de salud pública, así como para poner en marcha la recuperación de la economía”.

PESO DEPRECIADO: MÁS DEUDA

“Los factores indirectos que incrementan el saldo de la deuda son aquellos que no dependen de las decisiones del sector público. No dependen del incremento en el gasto o si hay menores ingresos, ya que son ajenos a su operación”, explicó el investigador del CIEP.

Un ejemplo de estos factores externos es la depreciación del tipo de cambio, que golpeó al peso por la apreciación generalizada del dólar; así como el aumento de las transacciones compensadas de la deuda.

Hacienda informó que el tipo de cambio en 2019 fue de 18.95 pesos por cada dólar. Pero para este año el estimado es de 22 pesos por cada dólar, lo que significaría una pérdida del valor real de la divisa nacional del 16 por ciento, frente a su par estadounidense.

Si el peso se deprecia, el saldo de la deuda incrementa, porque está valuada en dólares. Así, al final de 2019, el saldo de la deuda externa fue el 34 por ciento del total, por lo tanto, “la depreciación del tipo de cambio implica un incremento equivalente a 2.5 por ciento del PIB en el saldo de la deuda externa”.

El aumento de 2 puntos porcentuales y medio sería superior al presupuesto aprobado en 2019 para el sistema educativo.

La Secretaría de Hacienda ha implementado operaciones con los instrumentos de la deuda pública (permutas, recompra de deuda y colocación de instrumentos a distintos plazos). Los movimientos se registran como deuda no presupuestaria porque no va directamente a financiar el presupuesto público, sino que cubre las transacciones compensadas.

Se espera que, a final de año, la deuda no presupuestaria se incremente a 1.1% del PIB, derivado principalmente de un aumento en las transacciones compensadas de la deuda pública, al pasar de 0.3% a 0.9% PIB, esto es, 219 mil 240 mdp, monto que equivale a 40% de los ingresos provenientes de Pemex en 2019.

LA DEUDA AL FINAL DE 2020

Si solo se considera la caída en los ingresos y los impactos de los factores indirectos, el saldo de la deuda aumentará 15 por ciento real frente al año anterior. Un dato histórico. Pero si se considera el gasto público entre 0.6 y 2.4 por ciento del PIB, la deuda aumentaría entre 17 y 21 por ciento, respecto a 2019.

“La diferencia entre aplicar una política fiscal contracíclica, mediante un aumento de 2.6 puntos del PIB en el gasto; respecto a la política de austeridad, es un incremento de 5 mil pesos por persona en el saldo de la deuda”, puntualizó Vázquez Vidal.

En cualquiera de los escenarios planteados por la Secretaría de Hacienda, la deuda aumentará en su total a niveles históricos en su representación del PIB. El último máximo fue de 48.7 por ciento del PIB, registrado en 2016.

“En un escenario con un déficit primario de -0.4 por ciento y un crecimiento de 0.1 por ciento del PIB, el saldo histórico llega a 51.6 por ciento del PIB”, afirmó en el estudio.

El Banco Mundial consideró que México y honduras son dos países de los que menos medidas han implementado para enfrentar la pandemia. Ante esto, el CIEP consideró importante el contexto de decrecimiento el PIB de 0.1 por ciento en 2019, pues México ligará dos años con caídas en sus ingresos.

“Se requiere una política fiscal contracíclica que estimule la recuperación de la actividad económica, lo que permita evitar que la disminución del gasto contribuya a la volatilidad macroeconómica y la caída de la inversión, así como el aumento del desempleo”, recomendó.

Debido a que la deuda es resultado de la política de gastos y de ingresos del sector público, también es una opción de financiamiento. “Tomando en cuenta que si estos recursos son destinados para estimular la demanda agregada y, por ende, el crecimiento económico, el nivel de endeudamiento será compensado con mayores ingresos presupuestarios en el futuro”.

En el caso contrario, sin un aumento en el gasto, la deuda aumentará por mayores requerimientos financieros para compensar la falta de ingresos, pero sin salir de la crisis sanitaria y económica que, entre más se prolonga, se profundizan los conflictos.

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