Todos somos todos

20/12/2014 - 12:03 am

Ya ni para qué escribir de todo lo que se sigue acumulando en el cajón de las vergüenzas nacionales. Y como no hemos logrado un cambio, escojo orientarme a las opciones de acción que tenemos en lo individual. La menos deseable, la menos útil, la patética, es la clásica “Sí, ¿pero qué puedo hacer yo?” Pues fíjese que mucho.

Como grupo, como comunidad, formamos la sociedad mexicana. Lo que tenemos en común es el país en el que vivimos y también -ni para qué hacernos weyes– los males que hoy hieren a la nación. Este núcleo social está formado por todos, incluso por usted -si es mexicano o si vive en México-.

En este sentido, el concepto “todos” nos incluye a usted, a mí, nuestros familiares, amigos, compañeros, conocidos y desconocidos, cercanos y lejanos. Y una práctica que hasta ahora no ha dado resultado ni en nuestra tierra ni en otra, es la de esperarnos a que alguien haga algo… que surja un líder mágico que cambie las normas de convivencia que nos rigen… que un héroe carismático se encargue de organizar a los demás y entonces, cuando el triunfo esté consumado, nos unamos a la facción triunfante.

Ningún cambio se ha dado así. Esa actitud sólo ha servido para perpetuar el estado de las cosas. ¿Es más cómodo tenerla? Pues sí, pero nomás un ratito. Igual es no hacer ejercicio ni cuidar la dieta: al principio qué padre, pero poco a poco la comodidad efímera va cobrando su factura y a largo plazo es mucho, mucho peor. Entonces, ¿qué puede hacer un mexicano de a pie?

  • Informarse. Busque las fuentes que difunden la verdad -no es difícil saber cuáles son- y asuma una postura ante los hechos.
  • Opinar. Usted puede influir difundiendo y defendiendo sus convicciones en sus círculos, y así esparcirá sus ideas. Así funcionan las redes sociales, que últimamente han refutado y tirado muchas versiones oficiales.
  • Participar. Se trata de llevar la solidaridad a la acción, que no quede sólo en discurso. La participación de uno más uno es lo que hace que las multitudes logren algo.
  • Vote. Abstenerse es quitarle su voto a la opción que usted considere la mejor. El no-voto termina por ser un engaño que beneficia a los manipuladores. En unos días comienza un año electoral.

Estas son las acciones individuales necesarias para cambiar nuestra realidad como país. Una convicción sin acción se queda trunca. Y las de usted tendrán un impacto social cuando sean fundamentadas, las explique a su círculo y las convierta en actos. Porque sus ideas cuentan, se suman a las de muchos otros y juntas construyen el destino de México.

Asumamos cada quién nuestra parte. Lo que haga usted, y también lo que deje de hacer, repercutirá en todos. Todos le necesitamos porque “todos” significa todos, incluso usted.

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