Economía

Cepal: México da los empleos más chafas a las mujeres, y apenas un puñado recibe seguridad social

20/12/2017 - 1:00 pm

Del total de mujeres económicamente activas en México, el 54.6 por ciento están en sectores de baja productividad y sólo el 6.4 por ciento cotizan o están afiliadas al seguro social, lo que deja sin protección al 98.1 por ciento restante, informó hoy la Cepal.

En el caso de los sistemas de pensiones, en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe existe una desigualdad en los niveles de cobertura y en los montos, que llegan a ser de hasta 20 puntos porcentuales. México es el segundo país con la mayor brecha: la diferencia en la proporción de personas que reciben pensiones es de 42 por ciento. Arriba está Paraguay, con un 44.4 por ciento.

Ciudad de México, 20 de diciembre (SinEmbargo).- Entre 2015 y 2016, los países de América Latina y el Caribe, tuvieron un aumento en la pobreza y pobreza extrema, luego de una década de reducción. En general, quienes más sufren esta condición son las personas que viven en zonas rurales, niños, jóvenes y mujeres. Está condición persistirá en 2017.

De acuerdo con el estudio “Panorama Social de América Latina” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2014 el 28.5 por ciento de la población, 168 millones de personas, eran pobres. El porcentaje para 2015 aumentó a 29.8 por ciento (178 millones) y para 2016, se situó en 30.7 por ciento (186 millones). Mientras que la población en pobreza extrema pasó de 48 millones a 61 millones de personas.

Durante la presentación de resultados, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, hizo hincapié en las brechas de género.

Actualmente, más de la mitad de las mujeres ocupadas está en sectores de baja productividad y sólo 1 de cada 5 cotizan en el sistema de pensiones.

Mucho del círculo virtuoso de erradicación de pobreza obedeció a programas de políticas redistributivas, sin embargo, en la región, del total de mujeres ocupadas, 51 por ciento están en sectores de baja productividad y sólo el 18.6 por ciento cotizan o están afiliadas a la seguridad social.

En el caso de México, del total de mujeres económicamente activas, el 54.6 por ciento están en sectores de baja productividad y sólo el 6.4 por ciento cotizan o están afiliadas al seguro social, lo que deja sin protección al 98.1 por ciento restante.

En la mayoría de los países se presenta esta desigualdad en los niveles de cobertura en los sistemas de pensiones y en los montos, que llegan a ser de hasta 20 puntos porcentuales.

México es el segundo país con la mayor brecha: la diferencia en la proporción de personas que reciben pensiones es de 42 por ciento. Arriba está Paraguay, con un 44.4 por ciento.

Alicia Bárcena señaló que para lograr una igualdad de género se requiere integrar medidas de reconocimiento del trabajo de cuidado no remunerado, como bonos de cuidado y compensación de tiempos de cotización, tasas de reemplazo, salarios de referencia acordes a trayectorias laborales de las mujeres y la ratificación y cumplimiento del Convenio 189 de la OIT para incluir la igualdad de condiciones a trabajadoras domésticas y a la seguridad social.

El sistema de pensiones, por los cambios demográficos, demandará más atención. Actualmente, la pobreza del adulto mayor con pensión es de 4.3 por ciento, sin pensiones serían de 24 por ciento.

En 2040, las personas de 60 años y más superarán a las de 0-14 años y en 25 años, el 60 por ciento del crecimiento poblacional se concentrará en personas de 60 años de edad.

Eso implicará una modificación en la demanda de cuidados, salud y pensiones y disminuirá la demanda en educación primaria y media además de salud materno infantil.

A nivel regional, 142 millones de personas económicamente activas no tienen cobertura contributiva y la proporción de trabajadores protegidos es menor en zonas rurales, por lo que la CEPAL concluye que el lugar en el que se vive sí importa y también el nivel educativo.

“Se deben consolidar los sistemas de pensiones universales. Eso generará igualdad de condiciones, ya que por más que ahorre toda mi vida no me alcanzará para vivir. Se deben reconocer los esfuerzos exclusivamente centrados en la capacidad de ahorro individual, que no responden a las demandas de cobertura de protección. Las reformas deben situar en el centro la solidaridad, beneficiando a los sectores de pensiones insuficientes, como el no contributivo desde la lógica de derechos universal”, comentó Bárcena.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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