Ciudad de México, 21 de ene (SinEmbargo).- Actualmente se gesta un movimiento dentro de la comunidad científica para crear reservas protegidas en otros planetas y lunas con el fin de mantenerlas intactas para las generaciones futuras. ¿Es realmente necesario prever una conservación de los mundos vecinos, incluso antes de su exploración a fondo?
Existe un viejo dicho que reza: “No heredamos la Tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos”. Si el sentimiento es similar entre algunos científicos, ese se extiende ahora a otros cuerpos celestes.
Actualmente un movimiento a lo largo de la comunidad científica internacional cree que los humanos necesitan colocar en los planetas un sistema similar al existente en el nuestro, relativo a parques nacionales, previo a la llegada de los humanos y su futura exploración robótica, con el fin de preservar intacto su valor ambiental.
La órbita terrestre parece ser un ejemplo claro a esto. El área espacial en donde la actividad humana ha tenido lugar está llena de residuos de nuestra presencia, y es sólo cuestión de tiempo que la exploración estelar ocurra en cualquier sitio del Sistema Solar bajo la supervisión estricta de una agencia espacial.
Lo anterior viene a colación debido a que actualmente ya existen mapas detallados de nuestros vecinos planetarios como la Luna y Marte. Tomando en cuenta este conocimiento se pueden conocer particularidades geológicas y áreas estratégicas científicas mediante las cuales podrían delimitarse ciertas zonas de interés en donde la exploración estaría prohibida o, al menos, restringida, según publicó el sitio Popular Science.
Actualmente, están registradas diversas regiones de interés científico en Marte, no sólo para estudios presentes, sino para futuras investigaciones.
De esta manera los científicos proponen mantener ciertas zonas fuera de los límites de las exploraciones terrícolas, así como crear lineamientos para mantenerlas alejadas del contacto de artefactos terrestres e, incluso de manera más rigurosa, aislarlos de contaminación microbial.
La restricción busca evitar (también) una exploración irresponsable, con el fin de prevenirla, adelantándose a cualquier tipo de intervención originada por obra humana.
