PROSA | “Volví a oír el mar en sus latidos, hacer malabares con sus piernas y hospedarme en su espalda”

21/03/2020 - 12:01 am

Nuevamente combiné el sexo con el amor, sus fluidos con mi saliva, la mariguana con su piel. Sus labios fueron el obstáculo con el que volví a tropezar. Su boca es un helado de limón, a las 3 de la tarde del día más caluroso de mayo.

Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).- Nuevamente he caído en el mundo de las drogas y he realizado una combinación peligrosa. He mezclado sus caricias con mis besos y sus dedos se han entrelazado con los míos. Ella ha vuelto a imponerme su religión y me ha puesto de rodillas durante una hora frente a un Dios en el que no creo, pero al cual le rezo fervientemente.

Sus labios fueron el obstáculo con el que volví a tropezar. Su boca es un helado de limón, a las 3 de la tarde del día más caluroso de mayo, en el que no existen más nubes que la parte blanca de sus ojos.

Volví a amar, volví a amarla. Volví a amarme.

No recuerdo cuándo fue la última vez que miré hacia mi interior. Pero estoy seguro de que necesito escoba y recogedor. O tal vez me baste un soplo de su aliento para acabar con todo el polvo que me cubre las entrañas.

Ese aliento que se transmite a través de los besos que se dan durante los recesos de la escuela o en la oscuridad de las salas de cine o en los aeropuertos durante una despedida. En alguno de esos besos que nacen en su boca y mueren en la mía para resucitarme.

Nuevamente combiné el sexo con el amor, sus fluidos con mi saliva, la mariguana con su piel. Volví a encontrarme dentro de su ombligo, a escuchar el mar en sus latidos, a hacer malabares con sus piernas, a hospedarme en su espalda con el cuerpo inundado de deseo.

Nuevamente estoy enamorado, la noto enamorada y, siendo sincero, nunca me había sentido tan vivo.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video