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El veneno de escorpión podría servir como medicamento para enfermedades neurológicas

21/11/2018 - 12:05 am

Una molécula pequeña proveniente de la clorotoxina podría ser capaz de transportar moléculas a través de la barrera hematoencefálica.

Por Alberto Iglesias Fraga

Ciudad de México, 21 de noviembre  (TICbeat/SinEmbargo).- El laboratorio de Péptidos y Proteínas del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) ha presentado en la revista Chemical Communications y recogida por DICYT, una molécula pequeña (un péptido) derivada de la clorotoxina, proveniente del veneno de escorpión (Giant Yellow Israeli scorpion), capaz de transportar moléculas a través de la barrera hematoencefálica.

Esta barrera evita el paso de sustancias tóxicas, pero al mismo tiempo dificulta la llegada al cerebro de muchos fármacos potencialmente eficaces para enfermedades neurológicas y tumores. “Hasta el 98 por ciento de los medicamentos que podrían ser útiles no se pueden usar porque no pueden traspasar esta barrera“, asegura el jefe del laboratorio, Ernest Giralt.

Los investigadores han hecho la síntesis química de la clorotoxina y de una serie de análogos, de menor longitud y más simplicidad, que mantienen la misma estructura del péptido original. Han evaluado la eficiencia en modelos celulares de barrera hematoencefálica que tienen en el laboratorio y han comprobado que el péptido denominado MiniCTX3 es capaz de transportar moléculas pequeñas y grandes “con gran eficacia” a través de la barrera del cerebro.

En estudios anteriores, habían demostrado que, a partir de un péptido del veneno de abeja, la apamina, después de varias modificaciones químicas, obtenían una lanzadera que era capaz de transportar fármacos a través de la barrera hematoencefálica.

Tras estos resultados positivos, el laboratorio quería saber si los venenos pueden ser una fuente universal de lanzaderas peptídicas. “Hay miles de venenos descritos que contienen millones de péptidos con el potencial de convertirse en lanzaderas. Elegimos la clorotoxina porque ya se había descrito que actuaba como toxina en el cerebro“, puntualiza Teixidó.

Este estudio es un ejemplo de que la investigación puntera encuentra en la naturaleza una fuente de inspiración, en este caso, una lanzadera más para hacer que los fármacos lleguen mejor al lugar de acción en el cerebro. El estudio ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia, a través de fondos FEDER, y la Generalitat de Catalunya.

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