DÍA MUNDIAL DEL AGUA: DRENAJE, SIN PAZ

22/03/2012 - 12:00 am


En la ciudad de México, cada día se generan cerca de 17 mil toneladas de basura; de éstas, aproximadamente el 30% se tira en la calle y termina en el drenaje, según datos del Gobierno del Distrito Federal (GDF).

Julio César Cú, único buzo del Sistema de Drenaje Profundo, considera que el 90% de las inundaciones es ocasionado por la falta de cultura del agua que redunda en arrojar nuestros desperdicios en las calles.

La afirmación del buzo ––el único de aguas negras en el mundo- es avalada por un dato de la Secretaría de Protección Civil y el Sistema de Aguas de la ciudad de México (SACM): el 50% de las inundaciones en la zona metropolitana es ocasionado por la basura en la vía pública.

En las coladeras se puede encontrar cualquier tipo de basura: llantas, bolsas de frituras, condones, madera. “Todo lo que se te ocurra lo encontramos aquí abajo. Hay pelotas, jeringas; es la contaminación del agua. Esta agua trae de todo, desechos de hospitales, industriales, fábricas”, asegura Julio Cú. “Si de por sí esta agua es mala, si le echamos todo lo que hay de basura es muy tóxica”, exclama.

En 2010, durante la temporada de lluvias, el GDF lanzó un programa para evitar el problema de la basura en el agua y en mayo del año pasado, el drenaje profundo fue rehabilitado. Sin embargo, para quienes están a cargo de este sistema, es necesaria la corresponsabilidad social para revertir el maltrato de las aguas negras.

“Tenemos que cuidar el agua y no tirar basura en la calle. Esta es la realidad, esta es la basura, esto es lo que nos ocasionan los problemas de inundación, no es que el sistema no sirva. Todo el tiempo está llegando basura, si nosotros no tiramos la basura, estos problemas no existirían, el bombeo de la ciudad sería fabuloso, no nos inundaríamos en ningún lado. Pero sí, ese es el problema: la basura”, insiste el buzo.

 

DRENAJE, DAÑADO POR FALTA DE CULTURA

Cuando se acerca la temporada de lluvias, es muy común atribuir el problema de las inundaciones al gobierno, a la falta de mantenimiento o a cierta incapacidad para realizar las cosas bien. Que si el agua no se va por las alcantarillas, que si no existe el mantenimiento adecuado en las calles.

Julio Cú asegura que no es sólo un problema de la presente administración.

“Mucha gente dice que el gobierno no trabaja, mentira. Aquí hay gente las 24 horas del día que están reparando fugas o, por ejemplo, como yo en las aguas negras”, afirma.

Con cierto tono de orgullo, el único buzo en su tipo,  dice: “El Sistema saca el agua de ocho millones de personas del Distrito Federal, y los más de 17 millones que viven en la zona Metropolitana. Es una construcción titánica. Una estructura como esta sólo existe en la ciudad de México, y es que en ninguna parte hay tanta gente como aquí, bueno sí, en China, pero sólo aquí hay tenemos un sistema así”.

BUCEAR EN LA BASURA

Julio César Cú Cámara siempre bucea en las aguas negras, en ocasiones en los colectores grandes de la capital. Dice que tomó varios cursos hasta que le ofrecieron este trabajo. Según él iba a durar poco tiempo limpiando las alcantarillas, pero ya lleva 28 años.

“Me da una gran satisfacción hacerlo, se oye mal, pero alguien tiene que hacerlo. A mí me da gusto saber que por una bomba que yo destape no se va  a inundar tanto la ciudad”.

El buzo ha sido entrevistado en diversas ocasiones por múltiples medios nacionales e internacionales debido a su trabajo único. Él se sumerge en los drenajes para destapar bombas obstruidas; la mayoría de las veces, por la basura que se tira en la calle.

 

AGUAS SIN PAZ

“El Sistema es muy bueno, es el mejor en muchos lugares, es el único, pero se hace obsoleto por la cantidad de gente, la cantidad de basura, la cantidad de problemas que hay, los asentamientos irregulares. Siempre ha habido problemas por eso. Lógicamente, entre más gente haya, más insuficiente será el sistema”, refiere Julio Cú.

En el valle de México, el riesgo de inundaciones siempre está presente. El buzo expone que si bien la época de lluvias es “la más pesada”, en estos momentos la probabilidad de desbordamientos es alta porque se han registrado algunas precipitaciones en el primer trimestre del año. Iztapalapa es la delegación más vulnerable porque “ha tenido más inundaciones (históricas) en época de lluvia y tiene demasiada gente y mucha basura. También se debe a la geografía del terreno”.

A principios de febrero del año pasado, lluvias históricas afectaron a los habitantes del oriente de ciudad de México y del municipio de Chalco, en el Estado de México. Los habitantes sufrieron las inundaciones por casi diez días. Ante esta situación, el presidente Felipe Calderón anunció que en el 2012 cesarían las “inundaciones catastróficas” en la ciudad de México y sus alrededores, gracias a la puesta en marcha de obras de infraestructura hidráulica.

El plan lo realizan la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el SACM. Se trata de la construcción del Túnel Emisor Oriente cuyo funcionamiento está previsto para octubre de este año. Es una obra hidráulica de casi 62 kilómetros de extensión y siete metros de diámetro, y la conformarán un portal de salida y 25 lumbreras con diversas profundidades.

El túnel está planeado para aminorar las inundaciones en 90 por ciento en el mediano plazo, pero el único buzo del drenaje profundo piensa que lo urgente es la cultura de cuidado del agua, una que en primer término reduzca la basura en las calles. Julio Cú ratifica: “No hay que echarle toda la culpa (al gobierno). Si nosotros tuviéramos la conciencia de no tirar basura, sí tendríamos  inundaciones, pero pequeñas o de pura agua que en cualquier momento con las máquinas rápido lo limpiamos, pero hay veces que es tanta la basura que ni con las mismas máquinas lo podemos quitar, entonces es cuando que hay hacerlo a mano. Yo, por ejemplo, lo hago adentro del agua”.

 


El Sistema de Aguas de la Ciudad de México ha realizado diversas campañas para promover una cultura sobre el cuidado del agua. A través de carteles, folletos, trípticos y videos se prevé aprovechar y cuidar este vital líquido.

Por Cultura del Agua se entiende una conciencia ciudadana sobre el manejo del agua dentro y fuera del hogar. Busca garantizar el acceso al agua como derecho humano de todos los mexicanos e incluye también la necesidad de una gestión de la demanda con un enfoque integral; prevenir la contaminación y mantener la salud de los ecosistemas; impulsar la participación ciudadana proactiva en el manejo del recurso y mantener una racionalidad económica en los usos de negocios privados, que permita la sustentabilidad y la equidad social.

Las campañas se han enfocado en las premisas de ahorro de agua, así como en no desperdiciarla; sin embargo, han omitido las consecuencias de contaminar el agua.

 


El drenaje profundo del Valle de México es una de las estructuras más sobresalientes del mundo. Está constituido por un túnel de 6.50 metros de diámetro que se puso en operación en 1975 y, actualmente, alcanza una longitud de aproximadamente 164 kilómetros.

Su estructura comprende 10 mil 240 km de tubería de redes secundarias y dos mil 87 kilómetros de redes primarias, 144 kilómetros de colectores marginales, 178 plantas de bombeo, canales a cielo abierto, ríos  entubados, presas de almacenamiento y  lagunas de regulación.

En la historia de la humanidad se han encontrado vestigios de sistemas de drenaje; sin embargo, la mayoría eran superficiales y no subterráneas. Las grandes civilizaciones han tenido que construir grandes obras hidráulicas para el drenaje de las aguas.

El Imperio romano construyó la Cloaca Máxima, que era un sistema de desagüe eficiente, pero pestilente. En París, Francia, se construyó la primera red de drenaje subterráneo en el Siglo XIX.

En México, entre 1440 y 1450, Nezahualcóyotl dirigió la construcción de un albarradón de 16  kilómetros de longitud y cuatro metros de ancho, para proteger a la Gran Tenochtitlan del azote de las inundaciones y para separar las aguas dulces provenientes de Xochimilco y Chalco, de las aguas saladas de Texcoco.

Durante la Conquista se abrieron boquetes en el albarradón para permitir el paso de las embarcaciones españolas. Treinta y cuatro años más tarde se realizó un primer proyecto para el desagüe del Valle de México.

En 1608, el Ingeniero Enrico Martínez comenzó la construcción del Tajo de Nochistongo –que culminó 150 años después-, la primera salida artificial de la Cuenca de México. Actualmente, esta obra va desde Huehuetoca hasta el Río Tula.

En 1803 y 1804, Humboldt decidió completar el plan de Enrico Martínez. Así, comenzó la construcción del Primer Túnel de Tequixpiac y el Gran Desagüe en 1865; ambos fueron puestos en operación en marzo de 1900 y aún están en funcionamiento.

En 1930 se terminó la primera red de drenaje, con un sistema de tuberías que descargaban al Gran Canal y al Lago de Texcoco; sin embargo, estas  obras fueron insuficientes debido al crecimiento demográfico y la expansión urbana, además de los problemas del hundimiento del suelo, cuestiones que motivaron la ampliación del Gran Canal y la construcción del Segundo Túnel de Tequixquiac, inaugurado en 1952.

Con el aumento en la población, y por lo tanto, la demanda de agua, se inició la perforación de pozos, lo que llevó a una aceleración en el hundimiento del suelo. A partir de los veinte fue construido el Sistema de Presas del Poniente y desde 1961 la del Interceptor del Poniente, para resolver el problema del agua.

 


El Sistema de Drenaje y Desagüe de la Cuenca  del Valle de México está conformado por tres grandes sistemas de conductos hidráulicos estratégicamente ubicados: el Interceptor-Emisor del Poniente, el Gran Canal del Desagüe y el Emisor Central del Sistema de Drenaje Profundo.

El Interceptor-Emisor del Poniente recibe las aguas del sur poniente del Valle de México. Está integrado por 36 presas, 18 en el Estado de México y 18 en el Distrito Federal. Inicia en Ciudad Universitaria y descarga en la Planta de Bombeo Río Hondo. El Emisor del Poniente recibe en su recorrido las aguas de los Ríos Tlalnepantla, San Javier, Cuautitlán, Tepotzotlán y otros ocho menos caudalosos, hasta llegar  a la Derivadora Santo Tomás.

El Gran Canal del Desagüe se inicia en Lecumberri, cerca del centro de  la ciudad y en su trayecto recibe las aportaciones de las zonas norte, centro y nororiente por la red de atarjeas, colectores y emisores, previo paso por las Plantas de Bombeo de la ciudad.

En su recorrido se incorpora el Río de los Remedios, con las provenientes  de la zona poniente de la ciudad de México y las excedencias de los Ríos Tlalnepantla y San Javier y  las aguas municipales de Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec y Nezahualcóyotl.  En el kilómetro 18.5 se incluye también el Canal de la Draga, que conduce los caudales de los Ríos de la Compañía y Churubusco. El Gran Canal del Desagüe continúa su trayecto a través del Valle de Cuautitlán para terminar su recorrido en las zonas de riego en el estado de Hidalgo.

El Sistema de Drenaje Profundo fue construido principalmente para desfogar los caudales pluviales fuera del Valle de México. El Emisor Central, de 6.50 metros de diámetro y 50 kilómetros de longitud y con lumbreras con profundidades que van de 25 hasta 220 m, consta de seis interceptores con diámetros que van de tres metros a cinco metros y profundidades de 20 metros a 48 metros. Los interceptores drenan diversas zonas  de la ciudad de sur a norte para descargar en la Lumbrera 0 del Emisor, en el límite de la Delegación Gustavo A. Madero, Distrito Federal, con el Municipio de Tlalnepantla, Estado de México y a través del portal de salida verter sus caudales en el Río de El Salto, fuera del Valle de México en la parte alta de la Cuenca del Río Pánuco.

Los interceptores son:

El Interceptor Centro Poniente que inicia en el Periférico y Constituyentes; capta los colectores de las Delegaciones Azcapotzalco y Benito Juárez y la obra de toma del Río de los Remedios. Capta las descargas del Interceptor del Municipio de Tlalnepantla.

El Interceptor Central que inicia en la colonia Narvarte y que capta los colectores del centro de la ciudad, del Río de la Piedad y los del Interceptor Centro-Centro en su trayecto a la Lumbrera 0.

El Interceptor Oriente inicia en el sur oriente de la ciudad captando las aguas de los colectores de la red de drenaje de las zonas Sur y Oriente, además de las tomas del Río Churubusco y del Interceptor Oriente-Oriente, para posteriormente captar las aguas del Interceptor Gran Canal. En su recorrido, el Interceptor Oriente capta las aguas de la toma del Gran Canal y antes de llegar a la Lumbrera 0 recibe las aguas de los Ríos San Javier y del Río Tlalnepantla.

El Interceptor Oriente-Oriente capta las aguas de los colectores de las zonas más bajas de la ciudad y en el trayecto las del Río Churubusco, rumbo hacia el Interceptor Oriente.

Los seis interceptores del Drenaje Profundo descargan sus aguas Emisor Central, que parte de la Lumbrera 0 en Tenayuca, cruza la Sierra Tezontlalpan y desfoga en el Río de El Salto, en Atotonilco, Hidalgo.

 

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