Sicólogos, analistas políticos y especialistas en rendición de cuentas hablan del gusto por los relojes caros del Gabinete Legal en este sexenio. Los expertos dicen que si la idiosincrasia de la clase política mexicana pudiera sintetizarse en un solo objeto, sería un reloj y de muy alto costo, una pieza catalogada como “joya” en sus patrimonios que no sólo es muestra de narcisismo y estatus, y que muestra además lo alejado que están los funcionarios federales más poderosos de la realidad de la mayoría de los mexicanos.
Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).– Sin mediar mayor palabra el sujeto armado se plantó frente aquel hombre que se disponía a pasar por el túnel que da al centro comercial Antara Polanco el 19 de enero del 2014. Quizá sin saber que se trataba de Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaria del Trabajo y Previsión, aquella tarde de domingo el ladrón pidió un solo objeto, su reloj: un reloj Patek Philippe.
La perdida del objeto de alrededor de 300 mil pesos fue denunciada a Rodolfo Ríos Garza, Procurador General de Justicia de la Ciudad de México, quien confirmó el incidente a los medios de comunicación dos días después. Versiones de ese reloj portadas por el actor Brad Pitt o Nicolás Sarkozy, ex Presidente de Francia, han llegado a valuarse en 3 millones de pesos.
El percance no habrá sido casualidad. El reloj perdido no es el único reloj del Secretario del Trabajo, aficionado a estos objetos. En su declaración patrimonial presentada este viernes admite tenerlos, pero no especifica cuántos, ni la marca; en cambio sí detalla que su valor de operación fue de 600 mil pesos y que los tiene desde el 2005.
Al menos a 14 de los 16 secretarios del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto se les ha visto en un evento público portando relojes llamativos, pero sólo dos funcionarios incluyeron en su declaración patrimonial la propiedad de estos “símbolos de estatus” para la clase política, como los califican expertos en temas de sicología del poder.
Los funcionarios presentan su declaración patrimonial y la mayoría incluye sus relojes dentro del concepto de “joyas” sin detallar su valor, que más que económico, de acuerdo con expertos consultados, representan una forma de mostrar su poder o imponerse.
Para la psicóloga Blanca Esther Verdugo Aripes, egresada del Instituto de Salud Mental de Nuevo León, la necesidad de mostrar estos objetos, junto con otras joyas, es una característica de las personalidades narcisistas, que en muchos casos tienen los políticos.
“No sólo es una forma de distinguirse, sino de mantener un control y transmitir una imagen de poder económico. No todos los ciudadanos de a pie llegan a sentir que los políticos se imponen, pero sí algunos”, dijo.
La clase gobernante, refirió, estaría basada en un modelo aspiracional. Uno que proyecta la imagen de que la política es un medio directo hacia la bonanza económica.
Para la investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, Ivonne Acuña Murillo, el uso de este tipo de accesorios es para los políticos un símbolo de estatus, pero al mismo tiempo de “insensibilidad”.
Al hacer un poco de historia, comenta que con la llegada de los gobiernos tecnócratas, en 1982, cambió el perfil de los altos funcionarios mexicanos. Pasaron de ser egresados de universidades públicas a personajes formados en instituciones de educación privadas o del extranjero.
Ya no se trataba de políticos que, desde abajo, empezaron a subir en la escala social, sino, en la mayoría de los casos, de los hijos de estos políticos que fueron criados y educados de manera privilegiada.
La exhibición constante de símbolos de estatus, como en este caso los relojes, hablan de un alejamiento de la gente, destacó Acuña Murillo. Mientras en el país más de la mitad de la población vive en la pobreza, la mayoría de los políticos de cierto nivel no sólo se exhibe uno, sino, varios relojes, añadió.
El último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) refirió que el número absoluto de mexicanos en pobreza aumentó de los 53.3 millones en 2012 a 55.3 millones en el 2014, un aumento de casi 2 millones de personas.
“Es un mensaje de insensibilidad de cómo están gastando su dinero los políticos, esto habla de un alejamiento de la gente. Ellos deberían de hacer una lectura porque desde afuera la población está haciendo su propia lectura y es que este tipo de símbolos representan un agravio y deberían de tener la sensibilidad para entender lo que dijo Lorenzo Meyer: ‘La pobreza no hace revoluciones, los agravios sí’, entonces lo que para ellos es normal, para la gente es un agravio”, expresó.
Estos comportamientos se consolidan mediante la idiosincrasia de una clase política en constante interacción y cambio. “Para mí es un gran símbolo de insensibilidad [usar estos objetos], pero para ellos, al estar rodeados de otros personajes que también buscan estatus, puede ser, inconscientemente, una competencia”.
Juan Reyes del Campillo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dijo que también puede tratarse de regalos, ya que los obsequios han sido de una larga tradición en la política, sin embargo, su sola posesión genera suspicacias.
“Pueden ser regalos, pero también estar prohibidos. Los políticos normalmente tienden a esconder. Muchas veces, creo yo, son regalos que obtienen por algún servicio como político, por parte de alguna prebenda que ellos entregaron”, dijo Reyes.
SECRETARIOS CON GUSTO POR RELOJES
Uno de los secretarios que enlista entre sus propiedades este “símbolo de poder” es Rafael Pacchiano Alamán, titular de la cartera de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) :
Posee cuatro relojes: un Rolex Submariner, de un precio no menor a los 100 mil pesos; un Rolex GMT Acero, que cuesta 117 mil pesos; un Audemars Piguet Royal, de 106 mil pesos, y un Panerai Luminor Marina, con un costo de 75 mil pesos, de acuerdo con la plataforma de relojes de lujo Chrono24.
Por su parte, Miguel Ángel Osorio Chong, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), no declara ser dueño de ningún reloj. Sin embargo, en reuniones de Gabinete, se ha podido apreciar en su muñeca derecha uno que, según un experto en la materia, podría ser un Hublot, cuyo modelo más barato rebasa los 98 mil pesos.
El mismo experto señala que en algunas fotografías se detecta que el responsable de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el General Salvador Cienfuegos Zepeda, usa un IWC, reloj que en el mercado online se puede comprar en precios que van desde los 36 mil pesos hasta los 3 millones 500 mil pesos. En su declaración patrimonial, el General Cienfuegos reporta cuatro casas y terrenos, pero no menciona ningún tipo de joya dentro de sus bienes muebles.
Ildefonso Guajardo Villarreal, titular de la Secretaría de Economía (SE), reporta dentro de sus bienes muebles: obras de arte, esculturas, tapetes, oleos y grabados, pero no menciona ninguna joya. De acuerdo con distintas imágenes, el funcionario federal utiliza en su muñeca izquierda un reloj de la marca Montblanc, con un valor aproximado a los 885 mil pesos, según el experto consultado por SinEmbargo.
Luis Videgaray Caso, quien encabeza la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), tampoco registra relojes en su declaración patrimonial. Sin embargo, sí incluye dentro de sus bienes muebles un menaje de casa de 3 millones de pesos, obras de arte por 2 millones de pesos y joyas valuadas en 3 millones de pesos.
¿QUÉ HORA ES?
El tema de los relojes, no ha pasado desapercibido para los partidos de oposición.
El 25 de octubre de 2015, José Antonio Meade Kuribreña, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), salió a desmentir las acusaciones del líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, quien le acusó de portar un reloj con un valor de 3 millones de pesos.
“Es absolutamente mentira. Es una pena que se quiera hacer política con inventos y con calumnias”, expresó. En su declaración patrimonial no manifiesta la posesión de algún reloj.
A los secretarios de Educación, Aurelio Nuño Mayer; de Salud, José Ramón Narro Robles; de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles Berlanga, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Calzada Rovirosa, también se les ha visto en eventos con relojes.
Mientras que Nuño Mayer se la visto portar un llamativo reloj rojo, Robles Berlanda ha mostrado en distintos eventos un reloj verde. El experto relojero consultado por este diario digital destacó que en estos casos es probable que se trate de relojes de cuarzo/pila, y no de alta gama.
¿Y SI NO DECLARAN?
La experta en rendición de cuentas María Marván Laborde consideró que los funcionarios corren un riesgo al omitir declarar en declaración patrimonial: tener que continuar con el ocultamiento de bienes por no poder justificar la adquisición de un objeto.
“Digamos va en contra de ellos mismos el no declarar todo lo que tienen. En un caso hipotético, alguien que no declara y después se hace de un cuadro, no sé, de más de un millón de pesos, es que se va enfrentar con que no tiene manera de demostrar que lo tenía antes de tomar el cargo y que por lo tanto que el objeto no era suyo”, explicó Marván.
En el caso de los relojes es común que políticos encubran estos artículos bajo el pretexto de que son un regalo.
–¿Qué tan prohibido es para un político recibir un objeto?
–Lo que pasa es que hasta los regalos y las herencias tienen que justificarse. Es decir, sí de pronto alguien que es funcionario o funcionaria , su padre le da un reloj de medio millón de pesos, tendría que aclararlo. Evidentemente si es de su padre o su madre puede ser aceptable, pero si el regalo es de un contratista, pues no lo es. Además, como funcionario público tiene una prohibición expresa de recibir regalos de ciertos montos.
La especialista explicó que contar con un reloj de un millón de pesos no es un delito, si se es posible explicar su compra con el salario.
“Hay funcionarios –y eso es perfectamente legítimo y válido– que tienen empresas. Entonces, tendrían que decir: ‘este año a mi empresa le fue lo suficientemente bien y aquí están las cuentas’”, expuso.
No obstante, la simple aparición de funcionarios en eventos públicos con supuestos relojes ostentosos que no aparecen en sus declaraciones patrimoniales ameritaría una indagación de la Secretaría de la Función Pública (SFP), afirmó. Y de no hacerlo caería en omisión de sus responsabilidades.
“La cuestión es definir legalmente que es lo evidente de investigación y que no”, añadió Marván.
La independencia para fiscalizar de la SFP ha sido duramente criticada en el pasado, y durante este sexenio el caso de la “casa blanca” de la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto la puso en evidencia: la dependencia exoneró al Primer Mandatario de cualquier conflicto de interés con el empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de Grupo Higa.
