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Adrián López Ortiz

22/09/2018 - 11:59 pm

El mal cálculo de protección civil de Sinaloa

A las 00:47 horas de la mañana del jueves 20 de septiembre, la cuenta de Twitter de @Conagua_clima alertaba de “tormentas puntuales torrenciales de 150 a 250 mm en Sonora y norte de Sinaloa”. A las cuatro de la mañana ya hablaba del “ciclón tropical” y todavía a las 7:09 horas decía: “Se prevén tormentas torrenciales en #Sonora e intensas en Sinaloa…”.

El reclamo de los damnificados es legítimo: nadie nos dijo nada. Foto: Cuartoscuro.

A las 00:47 horas de la mañana del jueves 20 de septiembre, la cuenta de Twitter de @Conagua_clima alertaba de “tormentas puntuales torrenciales de 150 a 250 mm en Sonora y norte de Sinaloa”. A las cuatro de la mañana ya hablaba del “ciclón tropical” y todavía a las 7:09 horas decía: “Se prevén tormentas torrenciales en #Sonora e intensas en Sinaloa…”.

Sin embargo, apenas a las 5.20 de la mañana del mismo día, la cuenta de Protección Civil de Sinaloa @PC_sinaloa tuiteó: “#SMNmx informa que esta mañana la depresión tropical DIECINUEVE-E se debilita a Baja Presión Remanente a 90 km al este de Guaymas, son. Ocasiona tormentas puntuales torrenciales (150 a 250 mm) en sonora y en el norte de Sinaloa #Prevenir es vivir.”

Es decir, Protección Civil replicó la información de CONAGUA casi cinco horas después de que esta informara del potencial de las lluvias esperadas.

Ante esa información, el usuario Javier Fong respondió con una pregunta obvia a las 7:02 am: “¿Habrá clases para primarias en Culiacán?”. No tuvo repuesta.

Pero a las 7:32 am la cuenta se activó de nuevo y ya con las lluvias arreciando, Protección Civil de Sinaloa recomendaba tomar precauciones al salir de casa y conducir con cuidado. Eso sí, con un gráfico muy bonito.

Las clases se habían suspendido para el norte del estado pero no así para el centro, por lo que en Culiacán y Navolato la gente salió a trabajar y a dejar a sus hijos en las escuelas con normalidad. Muchos de ellos lo pagaron caro.

Hoy, tras la devastación que dejaron las inundaciones en Sinaloa sabemos que Protección Civil y resto de las autoridades locales equivocaron terriblemente el cálculo. Debieron suspender clases y alertar con mayor firmeza a la población.

Es cierto, llovió casi como hace cinco años con el huracán Manuel, pero desde la madrugada del jueves sabían, o debieron saber, la magnitud de la tormenta que ni siquiera alcanzó a ser bautizada con nombre propio.

El saldo de la tragedia hasta ahora son 4 personas muertas, tres mujeres desaparecidas; 2,500 personas en albergues, 300 mil viviendas afectadas y miles de hectáreas agrícolas dañadas. En suma, 10 municipios en declaratoria de desastre.

Es cierto, llovió mucho, pero el reclamo de los damnificados es legítimo: nadie nos dijo nada.

Hace cinco años pasó lo mismo con el huracán Manuel y no aprendimos la lección, se inundaron las mismas zonas de Culiacán sin que hubiéramos hecho nada en ese lapso de tiempo para evitar una tragedia similar.

La colonia Valle Alto de Culiacán ha sido la víctima recurrente de la naturaleza. La gente que vive allí volvió a perderlo todo y por oportuna que resulte la ayuda futura, habrá que empezar de nuevo a reconstruir su patrimonio.

Falta además dimensionar las severas afectaciones a las poblaciones de Guasave y Ahome. Ese saldo está todavía por calcularse, pero a juzgar por los testimonios y los registros periodísticos, estamos ante pésimas noticias.

Nunca sabremos si una mejor reacción de Protección Civil (cuyo titular Francisco Vega Meza, insiste en excusarse que no tenían información), y del resto de las autoridades de Sinaloa, hubiera evitado las muertes confirmadas de cuatro personas o la desaparición de tres mujeres –Rosa, Andrea y Carmelita– en Culiacán, quienes fueron arrastradas por un arroyo mientras intentaban ponerse a salvo. Pero es un hecho que la tormenta tomó por sorpresa a la población del centro del estado.

En fin, ahora son tiempos para la solidaridad. Muchos sinaloenses necesitan quien les eche una mano para limpiar su casa y no dudo que ahí cerca habrá vecinos, familiares y conocidos para apoyar.

También es fundamental que la reacción de las autoridades sea coordinada, rápida y, sobre todo, efectiva. Ojalá esta vez aprendamos la lección y las autoridades responsables asuman el costo de sus decisiones y omisiones para que una tragedia similar no se repita, o al menos nos tome preparados.

#FuerzaSinaloa es el lema en redes bajo el cual miles de mexicanos se organizan para apoyar al estado y paliar con donativos los estragos de la tragedia. Sinaloa saldrá adelante con el trabajo de las instituciones responsables pero, sobre todo, con la fuerza de sus ciudadanos.

Los sinaloenses lo vamos a lograr como lo hemos logrado antes: con las autoridades o a pesar de ellas.

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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