En rueda de prensa en el Hotel de la Reconquista, donde se alojan todos los premiados, aseguró que “podemos decir que hay menos pobres en el mundo, sobre todo si pensamos en personas con menos de un dólar y medio al día para sobrevivir”.

Apuntó que esto se ha dado en países como India y China, México no es el caso, pero se ha avanzado a nivel global, “y lo que nos gustaría es que se erradicara de todo”.

Duflo ganó el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2015 por sus innovadoras y decisivas contribuciones a la economía del desarrollo y al estudio de las políticas contra la pobreza.

La investigadora ha aplicado con originalidad métodos experimentales para evaluar la eficacia de las políticas contra la desigualdad económica y social, especialmente en África, Asia e Iberoamérica.

Los resultados de su investigación han renovado profundamente el diseño de estrategias en los ámbitos de la educación, la salud, las microfinanzas y el empleo.

Para Duflo, “no hay receta mágica para resolver la pobreza mundial, y aunque algunos dicen que el comercio es la respuesta y por tanto es necesario lograr acuerdos comerciales, otros opinan que cada país, viviendo su propia vida en una burbuja, podría lograrlo”.

Asimismo, dijo, se habla de la necesidad de ayuda de países ricos, aunque esto también puede verse como un problema.

“Todos estos puntos de vista son simplistas, porque no hay una sola característica de la pobreza, hay muchas facetas, como la mala educación, la mala salud, la incapacidad de mujeres para conseguir trabajos o para pedir préstamos e iniciar una empresa”, expuso.

Insistió en que para cada uno de estos aspectos hay posibles soluciones, pero otras soluciones están aun por inventar.

“Hay que tener paciencia y abordar las cosas problema por problema, velar porque los niños aprendan mejor en la escuela”, hizo hincapié.

Duflo, cofundadora y codirectora del Laboratorio para la Acción contra la Pobreza del Instituto Tecnológico de Massachussets, una de las mayores redes de investigación mundial para el fomento del desarrollo, se refirió al papel de la Organización de las Naciones Unidas en la lucha contra la pobreza.

“El papel de la ONU es poco, si quieren una respuesta honesta, y a nivel general la ayuda internacional ocupa un papel muy escaso en la lucha contra la erradicación de la pobreza”, aseveró.

“La cantidad de dinero que se pone para la ayuda exterior es muy poco, pero si se duplicara, triplicara también sería poco”, sostuvo.

Resaltó que los propios países deben saber qué es lo que va a funcionar para ellos teniendo en cuenta el dinero que hay para apoyar a los pobres y de hecho una de las sugerencias que se han hecho para los nuevos objetivos del desarrollo sostenible ha sido definirlos para subgrupos poblacionales.

Por último, habló sobre la corrupción en sus investigaciones para poder erradicar la pobreza e indicó que se tiene todo un programa de investigación sobre gobernanza, votación, elecciones y también sobre ese problema.

Sin embargo, añadió, “me gustaría llamar la atención sobre un excesivo pesimismo sobre este aspecto”.

Aseguró que algunos investigadores consideran que si se encuentra la fórmula adecuada para combatir la pobreza, de cualquier manera no se aplicaría por la corrupción.

Manifestó que “la corrupción impone límites a lo que queremos hacer pero no debería impedirnos hacer cosas, es algo que tenemos que tener en mente cuando intentamos diseñar programas.

“La corrupción es un problema, pero no hay que pensar que por este problema no se pueda hacer nada”, concluyó.