¿Qué Michoacán no lo vale?

Redacción/SinEmbargo

22/11/2013 - 12:00 am

¿Qué Michoacán no lo vale?

Toda la información que llega desde Michoacán es terrible: muertos, enfrentamientos, terror, crisis en el gabinete de Fausto Vallejo y crisis entre las principales fuerzas políticas. En la frontera con Jalisco movieron un poco de tierra y ya van decenas de cadáveres, ¿alguien se imagina la cantidad de muertos que habrá sembrados por toda la entidad, la […]

Toda la información que llega desde Michoacán es terrible: muertos, enfrentamientos, terror, crisis en el gabinete de Fausto Vallejo y crisis entre las principales fuerzas políticas. En la frontera con Jalisco movieron un poco de tierra y ya van decenas de cadáveres, ¿alguien se imagina la cantidad de muertos que habrá sembrados por toda la entidad, la primera en ser azotada por esa plaga de sangre que desencadenó la guerra de Felipe Calderón?

Ayer, el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado anunció una iniciativa que permita la posible desaparición de poderes en Michoacán. Quieren remover a Vallejo. “Se necesita hacer una reforma para que con la ley en la mano esa modificación permita generar una Junta de Gobierno nombrada por el Senado de la República y que esa Junta de Gobierno asuma los poderes en Michoacán y pueda restablecer la paz y la tranquilidad que está necesitando en este momento nuestros hermanos michoacanos”, dijo el líder parlamentario del blanquiazul, Jorge Luis Preciado Rodríguez.

Lo del PAN no suena mal. Michoacán está realmente muy, pero muy mal. Sin embargo hay una nube negra que oscurece la propuesta del PAN. Se llama Luisa María Calderón Hinojosa. Ella terminó muy mal la campaña política por la gubernatura (en la que, por cierto, iba aliada con Elba Esther Gordillo); hizo berrinche, lanzó acusaciones y se tomó personal el enfrentamiento con Vallejo. Se veía gobernando el estado y ahora es muy fácil que todo lo que diga sea descalificado por el PRI bajo el argumento, además creíble, de que “habla por la herida”.

La crisis política michoacana se siente no sólo allá. Ha afectado la relación de priistas y panistas a nivel nacional, y esto tiene como consecuencia que los ciudadanos están abandonados a su suerte mientras que los criminales siguen robando, matando, secuestrando, cobrando derecho de piso y cuanto dinero quieren.

Pero, otra vez: la propuesta del PAN no parece caminar hacia ningún lado porque está anclada a la figura de la hermana del ex Presidente.

Fausto Vallejo no es un jovencito. Su salud está más que lastimada aunque salió bien de la operación. Es muy probable que su carrera política no vaya a más; es decir, que termine ahora que ya probó la gubernatura. Es un hombre, dicen, de dinero. La pregunta es, entonces, ¿para qué mantenerse en el cargo? Su salida no resuelve ciertamente el problema de inseguridad, pero da paso a un gobierno de consenso que resolvería el abismo político que se vive en ese estado.

Vallejo debería pensar en sacrificar su posición en aras de generar estabilidad política que acabe con la anarquía y ponga a todos los sectores a trabajar en la búsqueda de la paz.

Vallejo será recordado como él quiera: su obstinación no dejará un buen legado porque es con cargo a un Michoacán que sufre. Pero un gesto político podría colocarlo con nobleza delante de la Historia. ¿Por qué no renunciar?

Junto con la renuncia de Vallejo debería acompañarse otra: la de Luisa María Calderón. No es una buena idea que el PAN promueva decisiones tan serias y tajantes (acabar con un gobierno) anclado a ella. Cualquier iniciativa que huela a revancha será rechazada por Vallejo, por el PRI y por cualquiera que conozca de política.

La Senadora Calderón, que ha sido valiente –nadie lo niega– y ha puesto temas fuertes sobre la mesa, debería pensar en sacrificar su posición en aras de generar estabilidad política que acabe con la anarquía y ponga a todos los sectores a trabajar en la búsqueda de la paz.