La violencia que se vive en la sierra de Sinaloa ha provocado que familias enteras de varias comunidades del Estado, incluso de otras entidades, emigren a la ciudad de Mazatlán. Así lo dijo el Alcalde Alejandro Higuera Osuna al periódico Noroeste. Estima que del año pasado a la fecha han llegado a vivir a ese puerto entre mil 800 y 2 mil 500 familias, provenientes de este y otros estados de la República, como Durango o Chihuahua, que junto a Sinaloa conforman el Triángulo Dorado del narcotráfico.
El problema, destacó, es que la ciudad de Mazatlán no cuenta ni con viviendas ni reservas territoriales para ofrecerlas a esa gente, por lo que urgió a crear un programa emergente para atender las necesidades de los desplazados por la violencia.
"Tenemos aquí muy cerca comunidades del municipio de Concordia que han quedado prácticamente abandonadas, ojalá y (se dé) todo el apoyo del Gobierno municipal de Mazatlán para que se arme un programa en la zona serrana y se pueda apaciguar la delincuencia que está organizada, que anda en convoyes, que ha tomado este territorio como tierra de ellos y bueno, no hay que tapar el sol con un dedo, hay una realidad", explicó Higuera Osuna al diario.
"No estamos preparados en materia urbana, (ante) la migración que se ha estado dando no se ha previsto un plan, no existe un plan, donde podamos no solamente en materia de vivienda sino de atención sicológica, el shock sicológico de las personas, de los niños; estamos superados en materia de capacidad de la autoridad el poder ofrecer una alternativa a esta gente. El 'mea culpa' es de los tres niveles de gobierno, se requiere un programa que atienda mínimamente las necesidades de vivienda que en nuestro caso es problema de la migración por inseguridad", agregó.
Uno de los temas que abordará con el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, en una reunión que hoy sostendrán en la Ciudad de México es solicitarle recursos para dotar de servicios a la gente que viene a vivir a Mazatlán, no solamente desplazada por la violencia; también por la sequía que se padece en otros estados como Durango.
"Traemos una fuerte migración de gente de Durango que se ha venido a buscar la vida a Mazatlán y esa gente no tiene familiares. En Villa Unión nos está creciendo mucho esto porque se adapta al campo, se convierten en jornaleros agrícolas, estamos habilitando la guardería de Villa Unión para darle espacios a sus hijos", describió, de acuerdo con Noroeste.
