Brasileño que ofrecía proyectos para el Mundial 2014 sería socio de “El Chapo”, según investigaciones en EU

23/02/2014 - 7:10 pm

Ciudad de México, 23 de febrero (SinEmbargo).- Un empresario brasileño, radicado en Florida, de nombre Daniel Fernandes Rojo Filho, podría ser uno de los socios de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos, según documentos desclasificados del gobierno de ese país.

Los documentos, citados por el diario brasileño Publica señalan que Fernandes Rojo Filho opera desde su casa en Boca Ratón, Florida, una red de empresas ficticias descubiertas en 2008 durante una investigación realizada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), el Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés), y de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

El informe también señala que desde el 2012 fue ubicado como un “componente financiero del Cártel de Sinaloa”, lo que le valió ser acusado por la DEA de conspirar para traficar y distribuir drogas en territorio estadounidense.

Daniel Fernandes Rojo Filho, de 45 años de edad, se autopromociona como el “Canciller de Brasil para Estados Unidos” y a través de su página de Internet ofrece opciones de inversión en infraestructura para el Mundial de futbol de Brasil 2014, la Olimpiada de 2016 e incluso proyectos con Petrobras, la petrolera estatal.

También se codea con figuras importantes a nivel mundial como el ex piloto de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi.

La oficina de la DEA en Phoenix, Arizona, considera que es la cabeza de una red de tráfico de drogas y operaciones de lavado de dinero en Estados Unidos.

Según los registros de la División de Corporaciones de la Florida, en 2002 Rojo Filho comenzó a trabajar con empresario de origen español de nombre Germán Cadrona, y otra persona de nombre Heriberto Pérez Valdés, entre otros, para crear un grupo de empresas ficticias cuyas operaciones reales nunca se han demostrado.

Entre 2002 y 2008, al menos 34 empresas fueron creadas por el grupo en Panamá, Bélgica y la Florida. Muchas de ellas comparten la misma dirección virtual y las demás están registradas con la dirección de un motel en una zona turística de Orlando, también en Florida, propiedad del socio de Rojo Filho, Pedro Benevides.

En mayo de 2006, Rojo Filho creó la empresa AGFC Capital Management, cambiando el nombre poco después a DWB Holding Company. La compañía ofreció inversiones en los mercados de materias primas como granos, semillas, metales preciosos, petróleo, minerales y azúcar.

En febrero de ese mismo año, Pedro Benevides creó la empresa Sky View Aviation, cuyo vicepresidente era Rojo Filho. Las dos compañías serían la parte neural de la operación de tráfico de drogas y lavado de dinero descubierta por la DEA.

LA RELACIÓN CON EL CÁRTEL DE SINALOA

“El DWB Holding Company opera desde una posición financiera de gran alcance que hace realidad el negocio”, dice el material promocional de la empresa. “Ya se trate de comercio mundial o la negociación de transacciones financieras internacionales complejas, DWB Holding Company opera con la habilidad de una de las redes financieras más influyentes del mundo”. La compañía dejó de operar en 2012, pero la investigación del gobierno sobre sus negocios continúa.

En agosto y septiembre de 2008, la DEA y el IRS solicitaron a la Corte de Distrito de Arizona aprobar la confiscación de tres cuentas bancarias a nombre de DWB Holding Company que estaban relacionadas a una investigación en curso sobre tráfico de drogas y lavado de dinero.

El juez dictaminó que había pruebas suficientes para bloquear las cuentas; una en el M&I Bank tenía 24.3 millones de dólares, otra en el Whitney National Bank con 200 mil, y la última en el Regions Bank con 100 mil reales brasileños [unos 42 mil dólares].

“… El análisis de los registros bancarios confirmó que las ganancias del tráfico de drogas fueron depositadas en esta cuenta (M&I Bank) y que estos fondos estaban siendo invertidos”, dijo Noel F Martinez, de la unidad de delitos financieros del IRS, en un testimonio bajo juramento ante un tribunal de la Florida y que fue retomado por la publicación brasileña-

La compañía respondió presentando una demanda para recuperar el dinero, pero no pudo, y el año pasado los recursos fueron confiscados por el sistema de justicia.

En 2009, el gobierno estadounidense confiscó 56 cuentas bancarias más que habían sido abiertas por Rojo Filho, Pedro Benevides y su red familiar, junto con 294 barras de oro y 9 vehículos de lujo. Los activos congelados fueron avaluados en más de 200 millones de dólares.

Cuatro años después del inicio de la investigación del gobierno de Estados Unidos sobre Rojo Filho y Pedro Benevides, el Pentágono y el centro de investigación de la Casa Blanca, el Instituto de Análisis de la Defensa (IDA, por sus siglas en inglés), publicó el informe “Investigación de amenazas financieras: Modelo de componentes financieros de la organización criminal trasnacional de Sinaloa”, encargado por el Comando Norte del Departamento de Defensa.

El documento del IDA, con fecha de abril de 2012, identifica a Rojo Filho, a Benevides y a las empresas que crearon y manejaron, como “agentes financieros” del Cartel de Sinaloa. Según las investigaciones, las operaciones de lavado de dinero de Rojo Filho, Benevides, y Pérez Valdés Cardona, funcionaron como un esquema Ponzi [que implica el pago de intereses a los inversores de su propio dinero invertido o del dinero de nuevos inversores] y por medio de proyectos fraudulentos de energía renovable. A través de este esquema estafó a miles de personas en Estados Unidos, Bélgica, Canadá, Austria, España, Francia, Panamá y Europa del Este.

El esquema de Ponzi utilizó la compañía Evolution Market Group (EMG), creada en Panamá por German Cardona en 2007, bajo el nombre de Forex Finanzas. El fraude en la inversión en energía renovable fue a través de la empresa Green Power Systems, en Florida, y las empresas belgas Rosalus Invest y Daro Invest, todas empresas conectadas con Rojo Filho y Benevides y DWB Holding Company y Sky View Aviation.

En menos de un año trasladaron al sistema bancario por lo menos 213 millones de dólares, mezclando el dinero de las inversiones fraudulentas con el del tráfico de drogas para dificultar el rastreo de los orígenes de los fondos. Estas transacciones por lo menos pasaron por 14 bancos estadounidenses, como Bank of America, Wells Fargo y Wachovia, los cuales tienen un amplio historial de lavado de dinero de los carteles mexicanos.

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