SISTEMA DE SALUD: EL IMSS Y EL ISSSTE, EN ALERTA FINANCIERA (5 de 6)

23/07/2015 - 12:00 am

En medio de la crisis del sistema de salud en México, la alerta de una posible privatización de la salud ha causado controversia entre los ciudadanos, sobre todo cuando se habla de que los dos sistemas de procuración del servicio más importantes del país –el IMSS y el ISSSTE– podrían estar al borde de una crisis financiera.

Esto, de acuerdo con especialistas, es un rumor con el objetivo de privatizar la salud para adoptar el modelo anglosajón, en el que la población es la que compra paquetes de seguros médicos.

Pero si estas dos instituciones no están en situación crítica, como lo han manifestado algunos legisladores, especialistas y funcionarios, ¿entonces qué provoca que no los mexicanos no reciban un servicio de primer nivel?

Para los expertos, los cambios en la esperanza de vida, la falta de políticas de prevención y la corrupción podrían ser las principales causas de que el sistema en México no esté funcionando como debería. 

IBM anunció así su alianza con Apple, Johnson & Johnson y la firma de dispositivos médicos Medtronic para crear una nueva división dedicada al análisis de datos relacionados con la salud. Foto: Especial
La alerta crisis financiera de ISSSTE e IMSS es para que se adopte un modelo anglosajón, dicen especialistas. Foto: Especial

Por Xanath Lastiri y Daniela Barragán

Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).– El Sistema de Salud en México no ha cambiado mucho durante los últimos tres sexenios y lo que lleva el actual, el del Presidente Enrique Peña Nieto. El acceso a la salud está limitado y cada día se va deteriorando la imagen de las instituciones encargadas de procurar este sector.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2010 alrededor de 38 millones de personas presentaban carencia de acceso a la salud.

En ese contexto, el Gobierno de Peña Nieto ha intentado instaurar una Reforma de Salud que universalice los servicios sanitarios a los mexicanos con la inclusión de participaciones privadas en dicho sector.

Así el Gobierno federal busca rutas de universalizar la salud mediante convenios de intercambio de servicios entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Seguro Popular y alianzas con el sector asegurador, pese a que las demandas sociales están encaminadas a mejorar los servicios, ampliar el catálogo de los mismos y reducir la negligencia médica.

Con un presupuesto que no ofrece ampliar el servicio a la población para garantizar su derecho a la procuración en este materia, el Presidente propuso que Ley General de Salud fuera modificada con el objetivo de crear un Sistema Universal de Salud para lograr un fondo único de financiamiento con recursos del la Secretaría de Salud, del IMSS e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) .

Dicha reforma con posibles modificaciones al Artículo 4 Constitucional pretende también homologar y reducir las prestaciones de salud y seguridad social y lograr que las 284 intervenciones del Catálogo Universal de Servicios Esenciales (Causes), sean las mismas que determina la Secretaría de Salud, lo que significa que se tendrán que homologar las atenciones que ofrece el Seguro Popular.

El IMSS tiene finalidad de garantizar el derecho a la salud, asistencia médica, protección de los medios de subsistencia y servicios sociales, y el otorgamiento de una pensión que está garantizada por el Estado.

El instituto realiza en un día más de 486 mil consultas médicas, de las cuales más de 330 mil son de medicina familiar, más de 79 mil son de especialidades, 58 mil son atenciones por urgencias y alrededor de 19 mil son consultas dentales.

Además, diariamente se registran poco más de 5 mil 500 egresos hospitalarios y 4 mi 100 cirugías. También se atienen más de mil 200 partos.

De acuerdo con el Sistema de Información Médico Financiero (SIMEF), en 2014, 5.2 millones de derechohabientes al ISSSTE utilizaron los servicios de salud del Instituto, esto es el 40.8 por ciento de la población amparada.

Quienes más utilizaron sus servicios fueron las personas de entre 50 y 59 años de edad. Es en los estados de Zacatecas y Nuevo León, donde se registra más actividad y el Estado de México y el Distrito Federal en los que menos.

Entre las principales causas de hospitalización están las causas obstétricas, y la colelitiasis y la colecistitis, seguidos por la diabetes, insuficiencia renal y las enfermedades isquémicas del corazón.

Se registraron 25.4 millones de consultas en 2014, siendo las primeras causas de atención el control de hipertensión y diabetes. En seguida, se registraron las infecciones de vías respiratorias superiores y la consulta dental.

Son la diabetes y la hipertensión, la principal causa de mortalidad en el Instituto y son una carga para la atención hospitalaria y de consulta externa.

En ese contexto, dice el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), si se quiere hablar de universalizar los servicios de salud en México deberíamos empezar por unificar paquetes de salud, hacer el gasto en salud más eficiente y evaluar si éste debería aumentar y finalmente disminuir considerablemente el gasto privado.

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ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO

El acceso a los servicios de salud es un derecho establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo proveer de estos servicios a toda la población requiere de un reto para los gobiernos, pues implica valorar el modelo que  se adoptará, así como el nivel de gasto destinado a este fin, considerando el gasto público y el privado.

Actualmente, el modelo mexicano tiene características de los sistemas Bismark (utilizado en Alemania) y el Beveridge (establecido en Inglaterra). Mientras el primero no pretende dar servicios médicos a toda la población y se financia a través de cuotas y pagos complementarios, el segundo sí tiene ese objetivo de cubrir a todos los ciudadanos por medio de impuestos.

México tiene características de ambos, pero se asemeja más al modelo Bismark, debido a que cuenta con tres sectores que proveen servicios de salud: instituciones de seguridad social, sector público [Secretaría de Salud] y sector privado.

El financiamiento en nuestro país se realiza  través de cuotas que cubren los trabajadores y empleadores (IMSS, ISSSTE, etcétera) y pagos complementarios como es el caso del Seguro Popular para aquellos deciles de la población mayores ingresos.

Sin embargo,  de acuerdo con el CIEP, no es posible afirmar que los niveles de satisfacción de los pacientes son parecidos a los niveles de satisfacción que reportan los pacientes en Alemania. De igual manera, es sabido que el tiempo de espera para recibir atención médica en México es considerable y no comparable con lo reportado en el modelo Bismark.

Alejandra Macías Sánchez, investigadora del CIEP, opina que “lo ideal sería que pudiéramos tener un esquema de seguridad social como el de Inglaterra, pero para ello necesitamos que las finanzas públicas sean más fuertes, pero el gasto se reparte en varias políticas que sólo van hacia la salud”.

Datos de la OCDE muestran que el gasto público en salud en Alemania se ubicó entre el 8.3 y 9 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2012, por su parte, Reino Unido gastó 7.8 por ciento en el mismo periodo. Respecto a gasto privado, el primero ascendió a 2.7 por ciento del PIB, mientras en el segundo fue de 16 por ciento; es decir 1.5 por ciento del PIB.

En México, el gasto público en 2012 fue de 3.1 por ciento del PIB y el privado se ubicó en la misma cifra, lo que corresponde al 50 por ciento del gasto total dirigido a servicios de salud.

El presupuesto en salud en 1982 era del 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Para la administración del Presidente panista Vicente Fox Quesada (2000-2006), el porcentaje cayó a 2.7 por ciento.

El gasto que México destina a salud, dice el CIEP, está muy por debajo del promedio que los países mas desarrollados gastan en este rubro. En Alemania, que tiene un gasto en salud más alto, la proporción del gasto privado es poco menos de la mitad de lo que se gasta en México de manera privada.

Tan sólo el 11 por ciento de los gastos administrativos en el sector salud mexicano, representan el triple del promedio entre los países de la OCDE.

Al respecto, Alejandra Macías comenta: “Partamos que el 50 por ciento del gasto en salud del país es privado: ya hay instituciones públicas privadas que otorgan el servicio, habría que esperar cual es la propuesta del Ejecutivo, porque una cosa es cómo se propone y cómo se opera”, aunque reconoció que sí significaría un problema para los usuarios.

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LA UNIVERSALIZACIÓN

El Gobierno federal ha mantenido un discurso de proveer a la población mexicana con servicios de salud de manera universal. En 2003, se llevó a cabo la Reforma de Salud que dio paso a la creación del Sistema de Protección Social en Salud (Seguro Popular) con el que se logró afiliar a cerca del 100 por ciento de la población a alguna institución de salud, lo que no se tradujo en acceso efectivo para toda la población a atención médica.

Aunque el Seguro Popular constituye un avance importante para mejorar el acceso a la salud de los mexicanos, según datos la consultora PricewaterhouseCoopers México (PwC) hasta 2013 el 20 por ciento de la población aún no estaba afiliada a esta modalidad de servicio. Mientras que 13 por ciento del padrón está duplicado con población derechohabiente del IMSS o del ISSSTE.

Hasta ahora, sólo el 2.8 por ciento de la población se atiende en instituciones privadas.

En ese contexto, un tema de discusión entorno a las reformas y que ha generado especulación sobre una posible privatización del sector salud es la llamada “universalización” de los servicios.

En septiembre de 2014, la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, dio a conocer que el gobierno federal trabajaba para crear un sistema universal donde los tres principales organismos de salud ofrecieran un servicio convergente.

El investigador de la Universidad Autónoma de México (UAM), Gustavo Leal Fernández, considera que “esta propuesta camina justo en el sentido opuesto de estas demandas de la sociedad. Se pretender modificar el Artículo 4 para degradar el derecho a la salud”. Además detalla que las principales demandas de la sociedad son mejor atención y que el Estado las garantice.

Información de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, indica que siete de cada 10 usuarios de consultorios privados están afiliados a un servicio de salud; 39 por ciento al Seguro Popular y 29 por ciento a la seguridad social.

El organismo detalló que el 79 por ciento de las medicinas las pagan las personas y que el gasto de bolsillo para pagar consultas particulares, medicamentos o tratamientos representa el 44 por ciento del total.

Para el especialista de la UAM, la Secretaría lo que quiere es que el Estado se comprometa sólo atender a un grupo de padecimientos y que se hagan explicitas las garantías que éste cubra.

“Pero resulta que estas garantías son sólo las que se abarcan los paquetes básicos del Seguro Popular, que no cubren, como una aseguradora privada lo que nos enferma y nos mata, es decir las 288 intervenciones de (causes) de servicios esenciales”, precisa.

Leal Fernández agrega que “lo que el gobierno nos quiere ofrecer es una póliza de gastos médicos menores cuando lo que demanda es una de gastos mayores”.

Este hecho respalda las especulaciones sobre una supuesta quiebra financiera del IMSS y el ISSSTE que desembocaría en la privatización de las instituciones de salud y en la intención de que se adopte el modelo anglosajón para que los mexicanos gasten más en este sector.

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¿ISSSTE E IMSS EN QUIEBRA?

Tras la entrega de los Informe sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS 2014-2015 y el Informe Financiero y Actuarial 2015 del ISSSTE, el Diputado perredista Miguel Alonso Raya advirtió del riesgo que tienen de sufrir una quiebra financiera y comentó que “intencionalmente o no están dejando que ambas instituciones se deterioren, que pierdan el apoyo social y la confianza, para más tarde justificar la necesidad de reformarlas por inviables”.

El legislador precisó que tanto la nueva Ley del Seguro Social, que entró en vigor el 1 de julio de 1997, como la Ley del ISSSTE, en vigencia a partir del 1 de abril de 2007 no garantizan una mayor cobertura de la seguridad social, una mejor atención médica, pensiones dignas y la viabilidad financiera de estas instituciones.

En respuesta a una supuesta privatización del instituto, el encargado de la Dirección General del ISSSTE, Luis Antonio Godina Herrera, dijo que era un “rumor de redes sociales”.

El presupuesto para el IMSS este año es de 497 mil 695 millones de pesos; es decir tuvo un aumento de sólo 4.2 por ciento respecto a 2014, debido a que es la institución de seguridad social con más ciudadanos inscritos: 71 millones 151 mil 867 personas al cierre de 2014, el 59 por ciento de la población total.

En el informe financiero se establece que la situación financiera del IMSS continúa bajo presión por la demanda creciente de servicios de salud, por lo que ha tenido que recurrir a la generación de ingresos propios.

Los niveles de déficit de operación se han mantenido desde 2012.

En 2014, los ingresos de operación fueron de 332 millones 227 pesos y el gasto fue de 331 millones 955 pesos. El costo neto del periodo para el ejercicio de 2014, ascendió a 764 millones 208 mil pesos.

La perspectiva para el cierre de 2015 no es muy alentadora en cifras. Se proyecta que los ingresos sean de 522 millones 129 mil pesos y un gasto de 524 millones 187 mil, es decir, un déficit de poco más de 2 millones de pesos.

El IMSS prevé un crecimiento basado en ingresos propios que son de 305 millones 538 mil pesos  y en la eficiencia en la administración de recursos.  También un crecimiento de 5 por ciento anual por el incremento de los ingresos, ya que en comparación con 2013, sólo tuvo un crecimiento de siete décimas.

Esto sería generado por un crecimiento superior en el número de trabajadores asegurados (0.3 por ciento anual en 2015-2041).

Pero si los niveles de empleo, así como las mejoras en el salario no mejoran, hay un efecto negativo también en el IMSS.

Por su parte, el presupuesto del ISSSTE es de 208 mil millones de pesos.

Los ingresos del año, sin considerar las transferencias del Gobierno Federal, ascendieron a 88 mil 317 millones de pesos. Estos ingresos presentan un incremento de 4.88 por ciento respecto a 2013, derivado del incremento de 3 mil 214 millones de pesos, en la recaudación de cuotas y aportaciones y al aumento de 2 mil 232 millones de pesos en la venta de servicios otorgados por TURISSSTE.

Sin embargo, de los nueve fondos se registraron gastos y pérdidas por más de 22 mil millones de pesos.

El total de costos y gastos alcanzó un importe de 101 mil 108 millones de pesos. Este resultado fue mayor en 8.18 por ciento respecto al ejercicio anterior.

En cuanto a las transferencias del Gobierno Federal al ISSSTE, estas disminuyeron 10.30 por ciento, pasando de 14 mil 570 millones de pesos en 2013 a 13 mil 70 millones de pesos en 2014. Dichos ingresos se aplicaron para disminuir los déficits de operación del ejercicio en cinco de los nueve fondos del Instituto. Finalmente, el Estado de Actividades presentó un ahorro de 279 millones de pesos.

En cuanto al ahorro del presupuesto, de 2013 a 2014 es notoria un disminución drástica, ya que pasaron de los 5 mil 310 millones de pesos a sólo 279 millones de pesos, lo que refleja un financiamiento que si bien no muestra adeudos, se encuentra al límite. Lo mismo ocurre con su indicador de solvencia –que indica el importe de activos del Instituto para hacerle frente a las obligaciones del mismo– que se ubicó en 1.84 pesos , después de estar en 2.06 pesos en 2013.

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POSIBLES CAUSAS DEL DETERIORO

Los institutos han intentado justificar que parte de dicha baja en sus finanzas se debe a las enfermedades crónico degenerativas y el aumento en la esperanza de vida, además por los montos que se destinan al pago de pensiones de los trabajadores, sin embargo, especialistas en el sector salud y economía coincidieron que se trata de un “problema integral y estructural” .

Gustavo Leal explica a SinEmbargo que “la situación financiera que enfrentan los Institutos tiene que ver con la privatización que hizo Ernesto Zedillo con la Ley del Seguro Social de 1995 , cuando le quitó al IMSS su suporte de ingresos principal que eran las pensiones y las colocó en el sistema privado que hoy conocemos como afores”.

El IMSS expuso en su reporte que el déficit se debe, entre otros factores, al descenso de la fecundidad y una disminución en la mortalidad, que se ha detectado ya desde hace tres décadas, es decir, un incremento en la esperanza de vida y también, en un progresivo proceso de envejecimiento de la población, lo que tiene como consecuencia, una mayor demanda de servicios de rangos más altos de complejidad y costos.

Y por lo tanto, también disminuye la población en edad de cotizar en relación con los pensionados. De esos ingresos, gran parte se toma para financiar los gastos médicos de los pensionados actuales.

Esta situación también ha frenado la inversión en infraestructura, ya que para los siguientes cinco años sólo se destinaron 27 millones 219 mil pesos. En este rubro, para 2016 y 2017 se estima un déficit  de 15 y 16 millones de pesos respectivamente, por lo que será necesario utilizar reservas del seguro de enfermedades y maternidad .

El déficit que se estima para 2018 es de 21 millones 152 mil pesos y también sería atendido por el mismo fondo, que en ese año se agotaría. El IMSS estima que para el cierre de este año, las reservas serán de 13 millones.

De acuerdo con el reporte del IMSS, durante 2014, el 26.6 por ciento del gasto en el seguro de salud se concentró en cinco enfermedades crónicas: cáncer, daños cardiovasculares, hipertensión arterial, problemas renaces y diabetes. Esto significó el uso de 6 mil 336 millones de pesos.

En cuanto a créditos personales, se otorgarán en 2015, 24 mil millones de pesos.

En el último año, se registraron un total de 25 millones de consultas, se realizaron 251 mil cirugías, 363 mil hospitalizaciones. Se invirtieron mil 359 millones de pesos en infraestructura.

Los subsistemas públicos están golpeados también por el pago de pensiones. Sólo en el ISSSTE este rubro representa 60 por ciento de su presupuesto.

De acuerdo con su informe, durante 2014 el número de trabajadores afiliados al ISSSTE tuvo un incremento de 4.3 por ciento. Para ese año, la mayor parte de los trabajadores y pensionados del IMSS registró una edad promedio de entre 50 y 54 años y en menor medida, de 40 y 44 años.

En ese panorama, para 2050 se contará con 1.95 trabajadores activos por cada pensionado, por lo que el ISSSTE prevé modificaciones para atender a una población más longeva y por lo tanto, a las enfermedades que esta padezca.

El desabasto de medicamento es otro de los problemas que un derechohabiente debe librar. Se estima que 33.6 por ciento el gasto de bolsillo que realizan los pacientes, tiene que ver con la compra de medicina que no surten las farmacias del sector público.

El Diputado perredista Antonio Sansores Sastre, integrante de la Comisión de Salud, menciona que “el IMSS cada año tiene más personal y hay más trabajadores que van cumpliendo con la edad necesaria para retirarse […] además que la esperanza de vida ha crecido y los beneficios que otorga de manera universal abarcan hasta los hijos de los pensionados” .

Por otra parte considera que “el Sector Salud invierte mucho en atender las enfermedades crónico degenerativas, cuando se pueden prevenir como el caso de la diabetes”.

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