Economía

Economist: “Hay buenas razones” para que AMLO explore con Pemex, pero la corrupción es un riesgo

23/09/2019 - 5:32 pm

La revista The Economist publicó un artículo sobre las razones por las que podría ser bueno que el Presidente Andrés Manuel López Obrador explore con el petróleo para impulsar la economía nacional . “El petróleo puede ayudar a impulsar el crecimiento y llenar la hacienda pública. Pero lo está haciendo de una manera diferente a su predecesor, Enrique Peña Nieto, quien abrió el petróleo y el gas a la inversión privada, pero dejó a Pemex, la compañía petrolera estatal, endeudada y atropellada por la corrupción”, dice la publicación inglesa.

Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– La influyente revista The Economist dice en un amplio artículo (titulado: “Por qué la izquierda de América Latina ama la economía petrolizada”) que la corrupción es un riesgo, pero hay buenas razones para que Andrés Manuel López Obrador explore con el petróleo después de que Enrique Peña Nieto dejó a Petróleos Mexicanos (Pemex) endeudada y saqueada.

“Hay buenas razones para que AMLO quiera explotar al máximo los recursos naturales de México. El petróleo puede ayudar a impulsar el crecimiento y llenar la hacienda pública. Pero lo está haciendo de una manera diferente a su predecesor, Enrique Peña Nieto, quien abrió el petróleo y el gas a la inversión privada, pero dejó a Pemex, la compañía petrolera estatal, endeudada y atropellada por la corrupción”, dice la publicación inglesa.

El texto de The Economist inicia con una cita de Vladimir Lenin en 1920: “El comunismo es energía soviética más electrificación”. Y un siglo después, agrega, “la metodología de Andrés Manuel López Obrador para la redención de México es su conferencia de prensa matutina, más petróleo. Quiere aumentar la producción de petróleo a casi la mitad y está listo para construir Dos Bocas, una refinería de 8 mil millones de dólares que será la más grande de su país. López Obrador defiende esto como un impulso a la seguridad y soberanía energética de México”.

The Economist dice que Jair Bolsonaro, el Presidente de extrema derecha de Brasil, afirma que el ambientalismo es un complot de izquierda. “El entusiasmo de los izquierdistas latinoamericanos por las refinerías de petróleo sugiere lo contrario. En Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de 2003 a 2011, ordenó a Petrobras, la compañía petrolera controlada por el estado, que construyera cuatro de ellas. En Ecuador, Rafael Correa realizó una actualización de 2.2 mil millones a una refinería. Ollanta Humala de Perú comenzó una actualización similar de 3.5 mil millones”.

En mayo, agrega, “el Gobierno de AMLO anunció que ningún postor privado había cumplido los términos para la construcción de Dos Bocas. Ahora será manejado, opacamente, por el estado. Está arrojando dinero público a Pemex sin requerir su reforma. En privado, los funcionarios admiten preocupación. Dos Bocas es una ‘pendejada’, admite una [funcionaria]. México no tiene problemas para importar gasolina de refinerías en la costa del Golfo’, dice David Shields, un consultor de energía en la Ciudad de México. El dinero se gastaría mejor en reparar refinerías existentes ineficientes o en expandir las redes de distribución de electricidad y gas natural”.

The Economist plantea que un asesor de AMLO para el proyecto es José Alberto Celestinos, de 90 años, quien estuvo a cargo de la construcción de refinerías para Pemex en la década de 1970. “El petróleo es un símbolo nacional fundamental en México”, cita la revista a Lorenzo Meyer. “Pensar en políticas de energía limpia como en Europa es un lujo que los mexicanos no pueden darse”.

“Y, por supuesto, los grandes proyectos estatales ofrecen a muchos la oportunidad de ganar dinero. Pocas personas esperan que Dos Bocas alcance con ese presupuesto. La única de las refinerías de Lula que se completó costó 20 mil millones, nueve veces su estimación original. La mitad de los 5 mil millones que el gobierno de Correa gastó en proyectos petroleros fue robado, según su sucesor”.

En términos energéticos, dice The Economist, “América Latina no puede ser acusada de ser una región sucia. Tiene la matriz de energía más limpia del mundo, en gran parte debido a sus grandes represas hidroeléctricas (aunque en México, con menos ríos grandes, proporcionan menos de un cuarto de electricidad en comparación con alrededor de la mitad de la región en su conjunto). La mayoría de las emisiones de carbono de América Latina provienen de los cambios en el uso del suelo y el transporte, a medida que las clases medias en crecimiento se suben a los automóviles. Podría contribuir al mundo deteniendo la deforestación y adoptando vehículos eléctricos”.

Algunos países latinoamericanos “han alentado las tecnologías renovables no convencionales, como la eólica y la solar, cuyo precio ha caído abruptamente”, agrega la revista inglesa.
“En México –concluye The Economist–, Peña realizó tres rondas de subastas para productos no convencionales. AMLO ha cancelado la cuarta ronda […]. Esto se debe en parte a que las subastas involucran inversión privada, de las que desconfía de AMLO, en parte porque la energía eólica y solar son intermitentes, y en parte porque la naturaleza ha proporcionado a México una gran cantidad de hidrocarburos. Pero si AMLO mira alrededor del mundo, verá que el petróleo rara vez es combustible para un desarrollo libre de corrupción, y que en poco tiempo puede ser tecnológicamente redundante”.

PROYECTO ESTRELLA

El pasado 18 de marzo, en su conferencia matutina, el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaria Rocío Nahle anunciaron el inicio del proceso competitivo de la nueva refinería en el Puerto de Dos Bocas, Tabasco, que tendrá una capacidad de 340 mil barriles por día. Especificó que el crudo será más pesado que el utilizado en las seis refinerías con las que cuenta el país.

La Titular de la Secretaría de Energía (Sener) informó que de acuerdo con el balance del sector, es necesario aumentar la producción ya que se está importando el 80 por ciento de los combustibles, razón por la cual se contempla la construcción de la séptima refinería del Sistema Nacional de Refinación.

También informó que se tienen 704 hectáreas de terreno, propiedad federal, y ya se está trabajando en el acondicionamiento del sitio con estudios topográficos y geotécnicos, estudios hidrológicos, ambientales y sociales y el mejoramiento masivo del suelo. Además, se aprovechará e impulsará las capacidades tecnológicas de Petróleos Mexicanos Pemex (Pemex) y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).

Explicó que la nueva refinería tendrá una infraestructura externa: enlace con la terminal marítima de Dos Bocas, gasoducto, accesos carreteros, vía de ferrocarril, acceso al muelle, vía de transmisión eléctrica, obras hidráulicas y de saneamiento y telecomunicaciones.

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