La Reforma Energética cambió la estructura del mercado y la operación de cada industria relacionada con el sector petrolero en México. La apertura de áreas de hidrocarburos al sector privado implica tener una nueva infraestructura de almacenamiento para quienes decidan recurrir a la libre importación a través de intermediarios o de manera directa.
Por Mayra Martínez Medina
Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo/EconomíaHoy).– La Reforma Energética evidenció la necesidad de acelerar inversiones en la construcción de nueva infraestructura de almacenamiento para petrolíferos como gasolina, gas natural, gas LP o turbosina. En algunos casos la capacidad de almacenamiento es “para unas horas”, admitió la Secretaría de Hidrocarburos, Lourdes Melgar.
Con la apertura para la libre importación de hidrocarburos que permite la reforma energética a partir del 1 de enero de 2016, los inversionistas demandarán la disposición de más terminales de almacenamiento, ductos, gasoductos, poliductos o quizá domos salinos donde almacenar los hidrocarburos.
La reforma energética va un paso más allá de un mercado abierto en el cual se observará la incursión de nuevas marcas para la venta de petrolíferos o electricidad, o bien de la sociedad entre empresas privadas con Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad. La apertura también implica tener una nueva infraestructura de almacenamiento para quienes decidan recurrir a la libre importación a través de intermediarios o de manera directa.
Aunque la subsecretaria de Hidrocarburos mencionó en un foro que la capacidad de almacenamiento es para apenas unas horas, existen terminales en el país donde la capacidad de reserva equivale entre dos y máximo seis días.
En días anteriores, la comisionada Montserrat Ximénez expuso que los poliductos (la infraestructura a través de la cual se transporta la gasolina y otros petroquímicos) operan al 90 por ciento de su capacidad. La gravedad de que el sistema de poliductos opere a “límite” radica en que ante cualquier contingencia el escenario más cercano es el desabasto de combustibles como ocurrió los primeros meses del año en Puebla, Guadalajara, Chihuahua, Tlaxcala y recientemente en Tabasco.
Ciudades de estas entidades se vieron afectadas por la falta de gasolina. En su momento Pemex Refinación explicó que algunas tomas clandestinas instaladas en la red de poliductos del Centro-Occidente afectaron la presión de los poliductos y con ello la distribución de combustibles.
Al no llegar la gasolina de los ductos hasta las terminales de almacenamiento fue imposible llevar el combustible a las estaciones de servicio.
Para los empresarios gasolineros fueron días complicados y de pérdidas económicas ya que el combustible se les distribuye “al día” porque no existe la infraestructura de almacenamiento donde reservar combustible que les permita echar mano de éste en contingencias como la mencionada.
¿CUÁNTO COMBUSTIBLE ES DE IMPORTACIÓN?
De acuerdo con la presentación de la comisionada Ximénez, la capacidad de reserva para combustibles en las 77 Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR) existentes en el país varía entre los 2, 5 y 6 días. En las TAR de Acapulco (Guerrero), Salina Cruz (Oaxaca), Pajaritos y Veracruz (Veracruz), La Paz (Baja California), Progreso (Yucatán) y Madero (Tamaulipas) la capacidad de reserva equivale al consumo de 6 días. En otras 28 terminales el almacenamiento es el equivalente a 5 días y en el resto para el suministro de dos días.
La encargada de la subsecretaría de Hidrocarburos expuso que con la reforma energética cambió la estructura del mercado y la operación de cada industria relacionada con el sector petrolero.
En la industria de los petrolíferos habrá “una transición y apertura en diferentes etapas. Ahora con el nuevo modelo ya no podemos descansar en el monopolio para tener el suministro” de combustibles, por lo tanto urge la implementación de una política que asegure el abasto en el país. “En la Secretaría estamos definiendo la política de suministro hacia 2016”, aseguró Melgar.
Las acotaciones de la comisionada de la CRE y de la subsecretaria de Hidrocarburos tienen sentido cuando se revisa las estadísticas de importación de combustibles.
De acuerdo con Lourdes Melgar, para atender el total de la demanda de los distintos tipos de combustibles en México se importa el 75 por ciento de petroquímicos, 53 por ciento de las gasolinas, 38 por ciento del diésel, 34 por ciento de turbosina, 35 por ciento de gas LP y 40 por ciento de gas natural.
Las nuevas importaciones autorizadas con la reforma energética representan un “momento de gran transformación” de cara a cumplir con el nuevo modelo de franquicia y es que los empresarios que inviertan en estaciones de servicio tendrán la opción de comprar los combustibles a Pemex o bien a un tercero.
MÁS IMPORTACIONES
Una de las apuestas de la reforma energética es la baja en las tarifas eléctricas. Sin embargo, el precio de las tarifas está indexado al costo de los combustibles. Según la Comisión Federal de Electricidad, en lo que va del año, durante 10 meses consecutivos las tarifas eléctricas se han comportado a la baja, en su comparativo anual.
Para diciembre se estima que la reducción de la tarifa comercial sea de 31% y en el caso de la tarifa industrial de 28.7%. La CFE informó que para continuar con esta tendencia disminuyó el consumo de combustóleo y aumentó el de gas natural.
Así es que para 2019 la importación de gas natural aumentará a 9,000 millones de pies cúbicos diarios a fin de suministrar las plantas de generación eléctrica, adelantó la subsecretaria. Para ello se está trabajando en del desarrollo de nueva infraestructura de ductos e interconexiones en el norte del país.
“La ley de hidrocarburos marca que la licitación de gasoductos estratégicos y sociales debe llevarse a cabo por las empresas productivas del Estado o por el Cenagas (Centro Nacional de Control del Gas Natural) a partir de agosto de 2016 y pueden ser desarrollados por terceros, no necesariamente por Pemex o CFE”, detalló Melgar.
LA TRANSFORMACIÓN INDUSTRIAL
La funcionaria Lourdes Melgar dijo que con la libre importación además de cambiar la estructura del mercado ocurrirá una transformación industrial. Para llevar el combustible a Baja California se recurre al transporte por barco que parte de la terminal de Salina Cruz rumbo a Ensenada, pero “podemos visualizar que habrá desarrollo de ductos en la frontera” para bajar el gas.
A la Secretaría de Energía han llegado inversionistas interesados en proveer de petrolíferos al mercado mexicano y en adelante será responsabilidad de esta dependencia garantizar que exista abasto de combustibles “no incurrir en desbasto” para lo cual se requiere de más infraestructura.
