Armand Mattelart cuestiona la función social y democrática de las tecnologías

24/02/2014 - 8:20 am

Valladolid (España), 24 feb (EFE).- La función mediadora y correctora de desequilibrios que se le supone a las nuevas tecnologías, en especial a su versión en las redes sociales, ha palidecido al ceder como un “instrumento de control” por parte del poder, ha insinuado hoy el sociólogo Armand Mattelart.

“A través de las redes hemos llegado a una democracia global sin haber reflexionado sobre las contradicciones y apuestas de las nuevas tecnologías. Las redes prosperan en un mundo productivista y consumista contrario al aumento de las desigualdades sociales”, ha explicado hoy a la Agencia Efe.

Ello no significa que el mundo avance “hacia un totalitarismo”, sino sólo que las democracias “se encuentran en crisis”, por lo que “hace falta una reflexión más profunda” sobre las potencialidades, los riesgos de las nuevas tecnologías como “instrumento de poder”, ha añadido Mattelart (Bélgica, 1936) antes de presentar en Valladolid (centro) su último libro, “Por una mirada-mundo”.

Este especialista, catedrático emérito en la Facultad de Ciencias de la Información y de la Comunicación en la Universidad París VIII, ha abominado del “tratamiento mesiánico” que la sociedad actual ha conferido a las nuevas tecnologías, sin tener en cuenta el riesgo de desequilibrio que puede comportar este enfoque.

Ha abogado, en este sentido, por el replanteamiento de las tecnologías “en el marco de las desigualdades sociales”, especialmente visibles estas a partir de la gran recesión económica originada desde 2008 de forma global.

En el marco de la UE, Mattelart ha reprochado a la UE que haya orientado sus esfuerzos hacia una “tendencia economicista”, en vez de “reflexionar y construir herramientas para entender el mundo”.

Esta proclividad es fruto del convencimiento de que “quien comunica es quien progresa”; es decir, “se ha sustituido el concepto de progreso por el de comunicación”, de ahí que este sociólogo haya planteado como reto el de resistir a esta última ecuación: “pensar también la comunicación como una ayuda para levantar nuevas relaciones sociales”.

Desde el inicio de la última gran revolución tecnológica, la informática, allá por los años setenta del siglo XX, “se lanzó una idea de interacción y participación” que en su opinión “ha evolucionado lejos de una reflexión sobre el contexto social”.

“¿Quién controla los conceptos? ¿Quién construye los conceptos”, se ha preguntado este investigador, que, junto a su esposa, Michelle Mattelart, será investido próximamente como doctor honoris causa por la Universidad de Valladolid, a propuesta de la Facultad de Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de Comunicación, ubicada en el campus de Segovia.

La sociedad de la información, epicentro de la mayor parte de sus estudios durante su trayectoria académica y docente, “se ha apartado de las preguntas mayores sobre el orden o desorden social”, ha añadido.

Y en medio de todo esta composición, ha concluido, la esfera política “vive el presente, el día a día sin tener en cuenta ni el pasado ni el futuro”, razón por la cual desde los años noventa han emergido movimientos sociales “en medio de un periodo de desierto” por parte del pensamiento.

Entre globalización, más próxima a las necesidades e intereses del mercado, y “mundialización”, Mattelart se ha decantado por este concepto que conecta “con la idea de solidaridad”. EFE

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