Alimentos de diseño: más ricos, más grandes, ¿más saludables?

24/02/2017 - 12:05 am

Desde huevos fortificados y papas con genes de zanahoria hasta jitomates bellísimos y con un sabor único. De cereales en caja fortificados a dietas completas basadas en proteínas en polvo. La tendencia de los alimentos de diseño no logra todavía un consenso sobre si sus beneficios son mayores a los de los comestibles naturales, si son los salvadores de las tierras desgastadas de tanto cosechar o una simple treta de la industria para hacer parecer alimentos industrializados más saludables de lo que son.

Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).– “Es un alimento que consumimos en la vida diaria, pero se le adicionan algunas vitaminas específicas, antioxidantes, fibras o probióticos que los hace tener una cualidad que nos da un beneficio a la salud, no solamente a nivel de alimentación, sino de prevención o tratamiento”, es como define la nutrióloga Sayuri Ramos, docente de la Escuela de Administración de Instituciones (Esdai) de la Universidad Panamericana, pero acepta que existe todavía mucha confusión alrededor de esta concepción.

El concepto es de reciente creación, no así la práctica, sólo basta recordar los anaqueles de los supermercados desde hace años para que las frases “fortificado con hierro”, “adicionado con ácido fólico”, “enriquecido con vitaminas A y C”, suenen conocidas en cientos de paquetes de productos industrializados, como la leche, el cereal, las galletas, el chocolate en polvo, por ejemplo.

 

En algunos casos, se les llama también alimentos funcionales, pues tienen características específicas para prevenir y tratar enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el colesterol alto y mejorar la flora intestinal. Pero, ¿son estos ingredientes de laboratorio una mejor opción que los que da la naturaleza?

Para Ana Larrañaga Flota, coordinadora de Proyectos de Nutrición en Fundación Mídete, “un alimento de diseño te puede aportar ciertos nutrimentos, pero cualquiera en su estado natural puede hacerlo, ahí la cuestión es poder balancearlos. Una alimentación saludable no necesita llevar una marca para serlo, simplemente necesitas consumir una variedad de frutas, verduras, leguminosas, alimentos de origen animal”, dice en entrevista.

Sayuri Ramos, egresada de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, opina que “la alimentación es muy cambiante, el crecimiento de la población y la disminución en las tierras fértiles y su capacidad de transmitir los nutrientes a los alimentos es cada vez más baja, posiblemente sí nos convenga hasta cierto punto alimentarnos de productos diseñados para mejorar la salud. No solamente basarnos en barritas, cereales y papitas con fibra, porque definitivamente eso es más mercadológico, pero si nos basamos en tomar un vaso de leche con calcio o más vitamina B es mejor que consumir una leche normal, lo mismo que pasa con el huevo adicionado, que va a tener mejores propiedades que uno normal. Nos tenemos que fijar en qué alimentos de diseño sí nos conviene comprar y cuáles nos conviene que sean orgánicos, se han dado cuenta que los alimentos orgánicos tienen alrededor de 36 por ciento más de vitaminas y minerales que los que no lo son, una dieta complementaria de alimentos orgánicos y de diseño en buenas cantidades puede ser benéfico”.

LAS MANOS DE LA INDUSTRIA

Los cereales empacados necesitan fortificarse para poder llamarse “cereales”. Foto: Facebook (KelloggsMexico)

La experta del Esdai menciona que la industria alimentaria se ha dado cuenta de lo complicado que es para las personas cambiar sus hábitos y con las reglas de comercio y salud cada vez más endurecidas, ha tenido que transformar los productos que se comen comúnmente para que los consumidores tengan más beneficios y sobre todo, poder escapar un poco a la regulación. “Por ejemplo, si la gente está comiendo más papitas fritas, a esas papas les añaden cereales integrales o un alto porcentaje de fibra, para que al menos tengan un requerimiento de fibra un poquito mejor que las tradicionales. Y esto va a generar un ligero cambio en la alimentación o en el centro de saciedad de las personas”, dice.

Por su parte, la nutrióloga de la asociación civil la señala como una tendencia definitiva a la alza “que se utilice la suplementación para hacer parecer un producto como más saludable de lo que es, porque evidentemente van a resaltar sus cualidades, dirán que tiene vitamina A pero quizá no digan cuántos gramos de azúcar tiene.

Podemos pensar que un alimento de diseño es un polvo con suplementos alimenticios o una leche fortificada, por ejemplo. Muchas veces este tipo de alimentos se tienen que adicionar con vitaminas y minerales porque los pierden durante el proceso que llevan para realizarse, por eso hay que recordar la importancia de los alimentos en su estado natural, porque si estamos consumiéndolos de manera natural, ya no necesitan la fortificación. Todos los cereales de desayuno, sabemos que no es un alimento que se encuentre en la naturaleza, entonces evidentemente tiene que estar fortificado con varias cosas para poder llamarse un cereal”.

EL DISEÑO PARA COMBATIR LA OBESIDAD

Ysonut es uno de los laboratorios líder en “nutrición medicinal” y desde un tiempo a la fecha promueven en México su dieta de aporte protéico, un tratamiento basado en alimentos de diseño que promete bajar de peso de manera rápida (entre siete y 10 kilos al mes) para así evitar las consecuencias del sobrepeso y obesidad.

“Es un tratamiento en el cual se van a utilizar proteínas que se consideran biológicamente puras, o sea, que han sido diseñadas en un laboratorio europeo con la mejor calidad para que se absorban al 100 por ciento al músculo, mientras se elimina la masa amarilla”, explica la doctora Eugenia Gaytán Molina, médico dormador de Laboratorios Ysonut a Mundano.

“Son suplementos que cuando nosotros los empezamos a ingerir vamos a estar utilizando proteínas que parecen lo que son pero en realidad no son, porque tenemos omelettes, huevos, crepas, galletas, barras, chocolates, un sinnúmero de productos y bebidas. Son alimentos, nada más que vienen en un sobre o una caja ya empacados y algunos de esos tienen que ser hidratados y preparados antes de comerse. Pero cada uno de los alimentos vienen con sus indicaciones específicas al grado de que puedes estar comiendo una cosa que parece crepa y que sabe crepa pero con la gran diferencia de que no le vas a meter un millón de calorías, sino una caloría biológicamente pura que se va a convertir en músculo”, continúa.

La doctora explica que a diferencia de los productos milagro, este tratamiento no es de venta libre y debe ser prescrito por un médico. Y sobre todo, va dirigido para las personas con más de ocho kilos de sobrepeso.

Para Larrañaga, “no hay ninguna guía de alimentación de organismos científicos, a nivel internacional o nacional, que recomiende este tipo de alimentación, ya sea para bajar de peso o para tener un estilo de vida saludable, las recomendaciones siempre son incorporar a la alimentación diaria una variedad de alimentos naturales y con eso obtener toda la energía y los nutrimentos necesarios. No hay recomendación, ni sociedades académicas o médicas que sí recomienden este tipo de prácticas”.

Menciona que la razón principal es porque no llevan al consumidor a realizar un cambio profundo de estilo de vida, sino que le prometen una salida “rápida” para una enfermedad como la obesidad.

“Este tipo de alimentos puede que no contengan ninguna sustancia dañina, algún tóxico o un químico que sea nocivo para la salud, pero tampoco son parte de una alimentación saludable. Pueden contener proteínas de alto valor biológico porque lo que caracteriza a los alimentos de diseño es que incorporan nutrientes, dicen ser saludables porque pueden aportar ciertas vitaminas o minerales pero hay que recordar que eso es lo mismo que hace un alimento, realmente su función es exactamente la misma.

La otra es que suelen ser muy caras, prometen algo al consumidor pero tienen un costo elevado que si se hace el comparativo de cuánto cuesta una alimentación saludable yendo a un mercado a comprar frutas y verduras para un mes, en comparación con un mes de este tipo de tratamientos, es mucho más caro. No podemos decir que esa es una solución en un país como México, si uno de nuestros problemas también es la pobreza.

Puede que sí te hagan bajar de peso pero porque estás cambiando radicalmente tu alimentación, de una que puede ser también inadecuada, pero pasar únicamente a licuados, alimentos en polvo o proteínas sí hace bajar de peso pero no es la forma saludable, porque no podemos vivir de estos suplementos, en algún momento tenemos que volver a comer una dieta normal y en ese momento muchos pueden pasar rebote, no ofrece una solución a largo plazo a un problema de salud, porque si en ese mes no aprendiste a cambiar hábitos o no adquiriste cómo llevar una alimentación balanceada con alimentos normales, no sirve”, dice la nutrióloga.

EXPERIMENTACIÓN

Ante la duda, el equipo de Mundano asistió a la sede de los laboratorios en la colonia Polanco de la Ciudad de México, en donde Juan Carlos Estrella se encargó de dar la demostración y hablar más a fondo de este tratamiento.

“Cada uno de los productos, así de compactos y pequeños como se ven ya es una porción, una comida completa”, dice. Y sí, los productos son muy compactos, una ración de, por ejemplo, crema de champiñones, viene en un sobre de 30 gramos.

El menú constó de una torta de huevo a las finas hierbas, de buen sabor para haber salido de un sobre y su preparación fue muy rápida. “Se usan cuatro tipos de proteína: de huevo, de soya, de leche y de chícharo”, dice Juan Carlos, “son muy parecidos en el aspecto físico porque en el nutricional tienen una composición muy particular que los hace ricos en proteína de alta calidad y bajos en carbohidratos”.

Sólo se trata de hidratar el polvo, agitar la mezcla y cocinar en el sarten. Foto: Mundano, SinEmbargo

“Pueden ser considerados suplementos, pero los promovemos como alimentos porque a pesar de que están hechos en un laboratorio, están hechos con componentes naturales, no tienen químicos, diuréticos, hormonas, medicamentos. Son alimentos hechos de alimento y en el esquema de tratamiento que se diseña, es una dieta. Tienen que saber manipularlos y tratarlos como tal, se tienen que refrigerar cuando ya estén preparados, con agua purificada, se puede degradar como un alimento normal”, continúa Estrella.

“La empresa le dice a los de fábrica, ‘vamos a desarrollar un totopo de maíz’, hacen pruebas, ponen texturizado de soya o de girasol, de los mismos ingredientes van formando el totopo sin trigo y sin harina, que sería el componente de carbohidrato. Los frutales, como los yogurts, tienen sólidos de leche o proteína de soya y fruta deshidratada.

Muestra de otros productos del laboratorio francés. Foto: Mundano, SinEmbargo

El menú continuó con una barrita de toffe, yogurt de pera, una bebida de chocolate blanco, un chocolate y una galleta. Algunos empaquetados, otros en barra, en polo, listos para servirse. Todo ellos lucían como su alimento “real”, pero no lo eran.

“Los resultados son muy rápidos, comparado con una dieta convencional en la que el nutriólogo te ponen a contar porciones, pesar la pechuga y contar las uvas, etc, es muy lento. Alcanzas una pérdida de peso que va en torno a los dos kilos por mes cuando bien te va, porque si no te estancas o aburres. No es que no sea buena la dieta convencional, para la mayoría de las personas debería de ser el tratamiento de primera elección, lo nuestro es el plan B, para las personas que se aburren, se cansa de los tratamientos largos, que no tiene apego, no tienen tiempo, aquí es más práctico”, acepta Juan Carlos.

La doctora Eugenia Gaytán menciona que “lo que sucede con la alimentación natural que estamos en este momento recibiendo es que ya se sabe que nuestras tierras en México están muy trabajadas, ya no contienen ni las vitaminas ni los minerales que antes absorbían las frutas y las verduras. Por otro lado, las personas estamos viviendo una época en la que a nivel infantil y adolescente, los chicos dejan de consumir vegetales y frutas porque no les gustan, pero es tan poca la cantidad que están ingiriendo que ni siquiera una persona que come tres o cuatro veces al día un aporte de verduras y frutas está cubriendo sus requerimientos necesarios, así es que de todos modos es importante suplementar y estos alimentos de alguna manera están cubriendo muchos de estos requerimientos, será mucho mejor que yo me consuma una proteína de esta calidad a que a veces consumo una ración de proteína animal como puede ser pescado, pollo, salmón o carne, en el que solamente esa proteína me va a proporcionar el 65 por ciento al músculo pero el 100 por ciento de toxinas y hormonas”.

Larrañaga conluye, por su parte, con un consejo para los lectores: “Si desean perder peso, háganlo de manera saludable, acérquense a un especialista: un nutriólogo, un médico o un endocrinólogo que esté certificado y que tenga ética profesional, un buen médico no va a recomendar ninguna marca, recomendará una alimentación variada, la salud no tiene marca”.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas