México
Fotografía con fecha del 28 de noviembre del 2016, que muestra a ganado vacuno durante época de sequía en la comunidad ejidal Matamoros, municipio de Galeana, en el estado de Nuevo León, (México). Foto: Miguel Sierra, EFE

Piden un uso moderado

El “bombardeo de nubes” que usó NL contra la sequía genera dudas entre expertos

24/04/2022 - 10:25 pm

En México, la técnica ha sido más utilizada en los últimos años sobre todo en los estados del norte del país, que son más áridos, sin embargo aún es relativamente nueva, por lo que poco (o nada) se sabe de los efectos que podría tener en el largo plazo. Parte de este poco conocimiento se debe a que aún no hay exploración suficiente en el tema de las nubes debido a su complejidad. 

Ciudad de México, 24 de abril (SinEmbargo).- Ante la sequía que azota al estado de Nuevo León desde mitad de marzo de 2022, las autoridades locales recurrieron a la estimulación artificial de la precipitación, conocido coloquialmente como el “bombardeo de nubes“, medida por la cual los científicos han alertado sobre hacer un uso moderado de la misma, ya que al ser relativamente nueva aún no se conocen los efectos a largo plazo que pueda generar en la tierra y en la salud de las personas.

El pasado 14 de abril, el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, emprendió el plan de bombardeo de nubes con la intención de poder mitigar un incendio en la sierra de Santiago, además de buscar aliviar la falta de agua en la región. Para llevar a cabo el plan se solicitó el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Fuerza Aérea Mexicana y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

En la acción, una aeronave del Ejército mexicano roció durante una hora 100 litros de yoduro de plata para tratar de lograr la caída de agua en la Presa La Boca y la Sierra Madre Oriental. Según el director del proyecto de bombardeo de nubes, Alejandro Trueba, la operación fue todo un éxito pese a que no se tenían las condiciones adecuadas para que así sucediera.

“No había condiciones hoy, no había manera. Las nubes estaban muy planas. Y sin embargo respondieron al reactivo. Fue excelente”, aseguró.

Sin embargo, la incertidumbre de si habrá algún efecto negativo por el uso de esta técnica cada vez se hace más latente, y es que es una técnica que se comenzó a popularizarse y emplearse hace apenas 40 años, por lo que aún hay un espacio sin explorar que deja en la incertidumbre si hay daños o no en esta práctica.

El doctor e investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, Guillermo Montero, dijo a SinEmbargo que si bien el compuesto de yoduro de plata es tóxico, las cantidades en las que se es utilizado por metro cuadrado en la siembra de nubes es mínima, por lo que se considera que no es peligroso.

Aún así no consideró que sea del todo una práctica inofensiva, ya que hay evidencias científicas que señalan que incluso en mínimas cantidades, este compuesto puede causar daños en sistemas acuáticos.

“Si revisamos sus características físicas y químicas, el yoduro de plata es peligroso por su toxicidad, sin embargo las cantidades que se emplean, o al menos las que se declara que se emplean, son mínimas. […] No es decir que no causa ningún problema porque hasta ahora no hay estudios que permitan verificar cual es la toxicidad de la técnica empleada, y dependiendo de la metodología que se ocupe, es decir si se utilizan aviones o si se utilizan equipos que emitan este compuesto desde la tierra, es como varía la cantidad aplicada de yoduro. Si utilizas un transmisor desde la superficie utilizas mucho más material que si lo haces desde una plataforma aérea. No hay algo que verifique cual sería el daño, pero dadas las características lo que se puede determinar es toxicidad en la salud, porque es un compuesto que cuando lo manejamos en laboratorio se debe tener cuidado porque es un compuesto tóxico, pero las que se utilizan en laboratorio serían mayores a las que emiten por metro cuadrado cuando se emplea en la atmósfera”, explicó.

De acuerdo con un comunicado de prensa de la Sader, un equipo de expertos de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) realizó dos vuelos en total para acelerar la precipitación de las nubes, el primero se realizó el jueves 14 y el siguiente el lunes 18 de abril. En total se realizaron cuatro horas de acción y cien litros de reactivo en cada sesión, que se dispersaron sobre las nubes para generar la precipitación.

La Conaza estableció un polígono de estimulación de lluvias de 400 mil hectáreas, el cual fue suficiente para sofocar el incendio registrado en la Sierra de Santiago y generar recargas en mantos acuíferos de Monterrey, principalmente, con los escurrimientos pluviales. Esto último se espera que permita almacenar agua de escurrimiento en las tres presas que surten a la Zona Metropolitana de Monterrey, en la parte oriental de la Sierra Madre Oriental.

En el documento de la Secretaría se añadió que la Fuerza Aérea Mexicana incorporó dos aeronaves más en el proyecto de estimulación, el cual emplea tecnología amigable con el ambiente, sin embargo no se especificó qué tipo de tecnología se utiliza.

El doctor Montero dijo en entrevista con este medio que sí hay otras sustancias a las que se puede recurrir en el bombardeo de nubes, pero que el emplear otro compuesto también modifica la técnica que se ocupa y el tipo de nube a la cual se quiere intervenir.

El especialista señaló que se puede utilizar sales hidroscópicas, que son sales de sodio o de magnesio, las cuales son solubles, o utilizar hielo seco, que es el dióxido de carbono en su forma sólida, y funcionan alterando la precipitación de las nubes, aún así, el investigador de la UNAM recalcó que el método utilizado de yoduro de plata es el más estudiado, y hasta ahora con un alto porcentaje de efectividad.

“Las nubes tienen un proceso muy complejo y la cantidad de agua que cae es muy variable. Lo vemos en la climatología: un año puede caer cierta cantidad de agua y al siguiente año puede caer más o menos. Digamos que el aumento de agua que espero que caiga por la siembra de nubes está dentro de esa misma variabilidad climática, entonces eso lo hace más difícil y por otro lado es el proceso y la técnica que se ha estudiado más y que tiene mayor validación por parte de la comunidad científica, además de que es donde se entiende un poco mejor lo que pudiera suceder”, comentó.

En México, según el investigador de la UNAM, se ha recurrido a otra técnica para provocar lluvia. Se trata del uso de antenas ionizadoras, pero es una técnica en la que la comunidad científica no ha encontrado un principio físico que sustente que es un método funcional, pero aún así hay personas que recurren a esto.

Pese a que el terreno de la siembra de nubes aún se camina bajo la incertidumbre, el diario El País aseguró que México apuesta por ella con mayor frecuencia y reportó que tan sólo en 2021 se invirtieron unos 35 millones de pesos en esta técnica.

Cada vez es mayor el número de veces en las que México recurre al método de sembrado de nubes. En 2021 cuatro aviones bombardearon los cielos de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Torreón, y la Conaza aseguró en aquel momento que las precipitaciones incrementaron en una media cercana al 40 por ciento, contribuyendo al aumento de las presas, la extinción de los incendios y con ello también beneficiaron beneficio de la agricultura y la ganadería.

El ingeniero Alejandro Trueba es quien está a cargo de hacer llover, ya que el Gobierno mexicano ha contratado a su empresa para el bombardeo de las nubes sobre nueve millones de hectáreas. De acuerdo con el diario español El País, el equipo de Trueba efectuó en 2021 alrededor de 80 vuelos desde principios de junio y se tenía previsto que terminaran en el mes de septiembre. El director de la Conaza, Ramón Antonio Sandoval, afirma que el 98 por ciento de los vuelos han provocado precipitaciones. Según los resultados preliminares del año anterior, se calculó que en Sonora, “donde menos impacto ha tenido la práctica”, la lluvia se ha incrementado en un 30 por ciento; mientras que en Chihuahua y Sinaloa incrementó un 55 por ciento y un 60 por ciento, respectivamente. Estas lluvias han producido que “millones de metros cúbicos escurran hacia las presas”, calculando que su volumen se ha incrementado entre un 30 por ciento y un 40 por ciento.

“El yoduro actúa a -22 grados y las nubes en México andan por los 25 grados. Los aditivos conservan la refrigeración del producto, que sale sobreenfriado y listo para reaccionar con la humedad de la nube”, explicó Trueba al periódico español.

Pero el sembrado de nubes ha provocado quejas, ya que aunque beneficia a algunos, otros se quejan de que “les están robando el agua de los cielos”, y aunque no funciona exactamente de esa manera, en ocasiones ocurre que una nube intervenida en un lugar pasa de largo y precipita en otro sitio.

En ese sentido, el investigador de la UNAM Guillermo Montero resaltó una vez más la incertiumbre e ineaxtitud que se tiene en la intervención de nubes.

EXIGEN REGULACIÓN 

En 2020 la Diputada de Morena María Guadalupe Castañeda Ortíz presentó una iniciativa para que el bombardeo de nubes sea prohibido o regulado, ya que aseguró que en muchas ocasiones las empresas recurren a este método para inhibir las lluvias. El método se utiliza en mayor medida como un “controlador del clima” en el que se vierte el yoduro de plata en las nubes para así provocar que llueva en días previos a lo que el reporte meteorológico apunta.

La legisladora indicó que el avance científico y tecnológico creó el proceso del sembrado de nubes o bombardeo de nubes, el cual, a partir de su descubrimiento en 1945, varios países han implementado para hacer que llueva o que deje de llover y subrayó que actualmente existen diferentes posturas sobre si es bueno alterar un ciclo natural o es malo, o si científicamente produce los efectos deseados.

En México la gran mayoría de los estados ha recurrido al sembrado de nubes o para hacer llover y poder ayudar a los agricultores, pero Castañeda Ortíz denunció que hay empresas privadas que utilizan este sistema para inhibir la lluvia con la finalidad de proteger sus productos por la caída de granizo, lo cual afecta gravemente al campo mexicano y a los campesinos que esperan la lluvia para poder cultivar sus tierras de temporal.

“En nuestra nación como en otras, ha generado conflictos sociales entre los propios agricultores, ya que algunos están a favor de utilizar este método y otros en contra, ya que argumentan que el inhibir las lluvias trae como consecuencia pérdidas en la producción de cosechas”, precisó la Diputada, quien por ello solicitó que realicen estudios sobre los efectos y las consecuencias meteorológicas, medioambientales y en la agricultura derivadas del uso de artefactos de manipulación del clima en todo el país, específicamente del bombardeo de nubes con avioneta para inhibir la lluvia.

Sesión Ordinaria en la Cámara de Diputados. Imagen ilustrativa.
La iniciativa de regulación del “bombardeo de nubes” se presentó en 2020 por la Diputada morenista María Guadalupe Castañeda Ortíz. Foto: Graciela López, Cuartoscuro.

Asimismo, pidió que, con base en los resultados, se emitan los lineamientos y la reglamentación específica para prohibir o regular esta actividad en todo el territorio nacional.

Como ejemplo, en Puebla hubo manifestaciones a mitad de 2021 debido a que había empresas privadas que bombardeaban con cañones desde el suelo, en este caso para modificar la nube de tal forma que inhibiera la lluvia. Los inconformes aseguraron que algunas firmas automovilísticas conjuraban de esta forma el granizo para que no dañara los miles de automóviles que acumulaban para su venta.

Sobre el tema, el doctor Guillermo Montero aseguró que son mínimos, sino es que nulos, los casos en los que se busque inhibir la lluvia, pero aquellos que sean existentes deben tomar a consideración todo lo que implica intervenir el cielo y que por la imprecisión que hay en el experimento, se debería trabajar con mayor ética y responsabilidad, y utilizarse sólo en casos que beneficie a la población de forma “pareja” y no sólo a unos cuantos.

Valeria González Cervantes
Es feminista y Comunicóloga por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una gran afición por la lectura de ficción. Comenzó su carrera en La Hora Nacional.
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