La UNAM informó que científicos mexicanos participaron en el hallazgo de la mitad de la materia ordinaria. Este hallazgo ayuda a corroborar la teoria del Big Bang y así poder resolver otros enigmas del Universo.
México, 24 de julio (EFE).- Científicos mexicanos participaron en el hallazgo de la mitad de la llamada “materia ordinaria”, que compone parte del Universo, un descubrimiento que refuerza la teoría del Big Bang, informó hoy la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tras 12 años de investigación, un grupo formado por 21 científicos de seis países encontró entre las galaxias la mitad de la materia ordinaria que, según la UNAM, compone “todo lo que vemos, incluidos los seres vivos”.
“No sabíamos dónde estaba la mitad de la materia ordinaria, no se podía haber desintegrado y tendría que estar en algún lado”, explicó el astrónomo Yair Krongold.
Según el científico del Instituto de Astronomía de la UNAM, la investigación publicada recientemente en la revista Nature “fortalece la teoría de la Gran Explosión o Big Bang, que predice cuánta materia ordinaria debió formarse durante el surgimiento del Universo”.
Además de Krongold, por parte de México participaron Divakara Mayya y Daniel Rosa González, ambos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
Krongold explicó que el Universo se estructura en una telaraña formada por hilos de gas muy calientes y entremezclados para crear galaxias. La parte de materia ordinaria encontrada fueron dos filamentos de “material muy caliente y tenue”.
“Es importante avanzar hacia otros objetos porque así podremos entender además cuál es el estado físico de esta materia. Eso nos da una pista sobre cómo han sido los procesos de formación de las galaxias”, sostuvo el astrónomo.
De acuerdo con los investigadores, apenas el cuatro por ciento de la masa del Universo está formada por materia ordinaria, mientras que el 23 por ciento está formado por materia oscura y el 73 por ciento por energía oscura, ambas indetectables todavía.
Para detectar la mitad de la materia ordinaria, los astrónomos recurrieron al Gran Telescopio Canarias, situado en España, en un proyecto conjunto entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA).