México

“Asesinato de Garza Sada fue una tragedia; no queríamos matarlo”, dice Elías Orozco, ex guerrillero

24/09/2019 - 10:00 pm

Entrevista con Los Periodistas, Elías Orozco Salazar, integrante del comando que intentó secuestrar Eugenio Garza Sada, dijo que su grupo quería intercambiar al empresario por presos políticos. 

Ciudad de México, 24 de septiembre (SinEmbargo).– Elías Orozco Salazar, integrante del comando que intentó secuestrar a Eugenio Garza Sada, reiteró que la intención de su grupo no era terminar con la vida del empresario regiomontano.

“Sucedió una tragedia. Ocurre un enfrentamiento cuando la intención era secuestrar al señor para pedir que se liberaran a presos políticos, y que se publicara un manifiesto en los medios de comunicación más importantes”, dijo Orozco Salazar en entrevista para Los Periodistas, programa conducido por Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela en Grupo Radio Centro.

“Queríamos que se dieran a conocer los motivos de una generación de jóvenes que se había organizado después de la lucha social. Era una época en la que los jóvenes nos veíamos arrinconados por la violencia del Estado mexicano. Entiéndase Estado mexicano como los políticos, los poderes y los cuerpos armados. La prensa de ese tiempo nos linchaba permanentemente. Los empresarios pregonaban un anticomunimo feroz, entre los representantes más importantes estaban en Monterrey, uno era Eugenio. Se escoge por su perfil político”, explicó el ex guerrillero.

El asesinato de Eugenio Garza Sada ocurrió el 17 de septiembre de 1973 por parte de integrantes de la Liga Comunista 23 de septiembre.

“En Monterrey no respetaban la revolución mexicana. Tenían un sindicalismo blanco que lo controlaba todo. Ahí corrían a un trabajador por intentar hacer una huelga, y quedaba fichado. Había mucho control. Eran anticomunistas”, explicó Elías Orozco en Los Periodistas.

“El 11 de septiembre del 73 mataron a Salvador Allende. El grupo de Monterrey colaboró con millones con Pinochet, llevaron contenedores para armas”, expuso.

–¿Cómo planearon el secuestro? ¿Qué pasó?– cuestionaron a Orozco Salazar.

–Hubo presiones y prisas, las cuales contribuyeron al fracaso. No se terminaba de preparar el operativo, que era complicado, llegamos… Siempre lo esperaban a las 9 de la mañana. Dio la vuelta en Villagrán y ahí estábamos. Brinqué para amagar a su chofer, con pistola en mano. No se dejó. Don Eugenio iba de copiloto. El chofer nos recibe a balazos. Compañeros caen fulminados.

–¿Quién disparó a Garza Sada?

–Se hizo el peritaje. No se sabe quién dio el tiro a Garza Sada. Cuando yo voy, él sale lentamente hacia afuera. Corro a levantar a don Eugenio. Él traía una pistola en la mano. Yo se la quité y la aventé. Se desvaneció. Es una impresión. El señor se desvanecen. Me dijeron que lo dejara. Yo lo abracé, lo levanté. Lo dejé vivo. Llegaron a auxiliarlo.

Elías Orozco Salazar fue aprehendido en Amecameca, después de un enfrentamiento en el que murieron dos de sus compañeros.

–¿Considera que fue acto de jóvenes valientes?

–Depende en lo que entiendan por valiente. Yo entiendo que el valiente, a pesar de sus miedos, los va venciendo. El pueblo tiene derecho a rebelarse ante un Gobierno injusto. Eso nos obligó a los jóvenes a que dejáramos la comodidad del hogar.

–¿No le da tristeza que hoy haya miles y miles armados por una causa idiota que es el dinero y las drogas?

–Es parte de la descomposición del Gobierno que nos gobierna. Gobernantes y politicos están corrompidos. Es una traición contra el pueblo de México. Los más peligrosos eran los que estaban gobernando. Fox, Calderón, Peña, Zedillo, parece que hacían competencias para hundir al país.

Después de que una publicación de Pedro Salmerón fuera criticada por llamar “valientes” a los que participaron en el intento de secuestro de Garza Sada, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) señaló que no reivindica la lucha armada ni hace una apología de la violencia, pero que sí busca dar a conocer la historia que no se conoce.

Más tarde, Salmerón dejó su cargo en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

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