93 años sin Amado Nervo: un poeta entre el dilema de la vida y la muerte, siempre en busca de la paz espiritual

24/05/2012 - 12:00 am

El famoso poeta y prosista mexicano Amado Nervo, cuyo nombre verdadero fue Juan Crisóstomo Ruíz de Nervo y Ordaz, falleció hace 93 años, dejando tras de sí una obra imperecedera que le ha valido ser considerado uno de los pilares del Modernismo.

Su obra, contiene meditaciones acerca de la existencia humana, sus problemas, conflictos y misterios, así como el eterno dilema entre la vida y la muerte. Al principio de su carrera, su lírica se vio innegablemente influenciada por Rubén Darío, además de dejarse llevar por sus intuiciones y raíces religiosas de la juventud.

Originario de Tepic, Nayarit, Nervo nació el 27 de agosto de 187. En su juventud asistió al Seminario Conciliar de Zamora, donde permaneció cinco años. Al final dejó inconclusos sus estudios eclesiásticos para trasladarse a la Ciudad de México, donde empezó a relacionar con personajes del periodismo y las letras.

Nervo empezó a conseguir fama a través de su oración fúnebre a la muerte de Manuel Gutiérrez Nájera en 1895 y la publicación de su novela “El bachiller”, y luego comenzó a colaborar con varios periódicos que le publicaron poemas, cuentos, crónicas, semblanzas, críticas de libros y teatro.

Su agilidad y talento como periodista derivó en la responsabilidad de ser enviado a París por el diario El Imparcial, como corresponsal para cubrir la Exposición Universal de fin de siglo.

Durante su estancia de dos años en Europa desarrolló una gran amistad con personajes como Rubén Darío y otros escritores del llamado “Modernismo”. En el "viejo continente" adoptó los principios y filosofía del Parnaso, grupo que intentó reaccionar contra la poesía utilitaria y declamatoria, así como contra el romanticismo lírico.

Ana Cecilia Luisa Dailliez fue el amor de su vida, la conoció en París y pasó su vida con ella de 1901 a 1912, representando su muerte un doloroso episodio en la vida de Nervo, del cual se valió para escribir los versos de “La amada inmóvil”.

En 1906 ingresó en el servicio diplomático mexicano y fue encargado de diversas tareas en Argentina y Uruguay. Finalmente fue designado como secretario segundo de la Legación de México en España.

En 1918 recibió el cargo de Ministro Plenipotenciario de Argentina y Uruguay, y falleció en la habitación N° 42 del Parque Hotel, en Montevideo, el 24 de mayo de 1919, a causa de una enfermedad renal crónica.

Con información de Notimex

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