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¿Crees que tus diálogos transmiten el “alma” de tus personajes? Diez consejos para conseguirlo

25/02/2019 - 12:00 am

La función del diálogo es doble. Por una parte, hacer más ligera la lectura. Por otra, caracterizar a los personajes y lograr con el lector una corriente de empatía.

Por Amalia Sánchez, creadora de Hera Ediciones y del Método Tu-Yo de Escritura

Ciudad de México, 23 de febrero (Culturamas/SinEmbargo).– ¿Eres capaz de aportarles a tus diálogos el formato adecuado? ¿Crees que transmiten el “alma” de tus personajes, o que definen bien la acción?

No hay duda de que tu libro debe llegar a tus lectores. Por tener una buena trama o tratar temas interesantes, y también por contar con personajes que lleguen al corazón del lector. Eso solo lo conseguirás a través de los diálogos.

La función del diálogo es doble. Por una parte, hacer más ligera la lectura. Por otra, caracterizar a los personajes y lograr con el lector una corriente de empatía.

Ahora que ya tenemos este punto claro, ¿qué te parece si hacemos un repaso por algunos consejos rápidos que te ayudarán a escribir buenos diálogos?

Vamos allá.

DIEZ CONSEJOS: 

1- El diálogo tiene que servirte para algo, tanto a ti como tu lector.

Ya sea para exponer el carácter del personaje o explicar el contexto y la situación en que se produce.

Es decir, debes evitar los diálogos vacíos de contenido.

Por ejemplo, hablar del tiempo en un diálogo escrito es tan vacío como hablar del tiempo en un ascensor. Evítalo.

¿Por qué no optas porque tus personajes hablan de qué les sucede, de qué sienten o de qué piensan?

2- Utiliza los diálogos para hacer avanzar la trama en función de los personajes y los contextos o acciones.

No te alargues con saludos o despedidas. Como te decía, en los diálogos debe haber “acción”, han de ser concretos.

No divagues con temas que no servirán para caracterizar a tus personajes.

3- Apuesta por diálogos ágiles y dinámicos.

Evita los parlamentos excesivamente largos que conviertan el diálogo en una sucesión de monólogos.

4- Todo diálogo tiene que resultar natural y creíble.

Para ello, el truco consiste en adecuar el lenguaje al personaje según su edad, nivel socio-cultural, profesión, estado de ánimo, etc.

Por ejemplo, si los personajes que están dialogando son una dama y un caballero del Siglo de Oro, no tendrá sentido que utilices expresiones como “guay”, “rollazo” o “salir de fiesta”. Mientras que si en el diálogo participan dos muchachos de 15 años, nunca deberás poner en su boca expresiones como “vuesa merced”.

5- El diálogo te debe servir para diferenciar y caracterizar a los personajes.

Tienes que conseguir que cada uno de los protagonistas cuente con una forma de hablar única.

Debe servir para que el lector lo reconozca. Solo así lograrás generar la empatía de la que antes te hablaba.

6- No abuses del verbo decir, sustitúyelo por sinónimos que aporten más matices.

Por ejemplo, afirmar, señalar, indicar, convenir, etc.

7- Evita la monotonía de intervenciones en las que solo se alterna la pregunta y la respuesta.

Algunos trucos que puedes usar para evitar esto son: responder con una respuesta que no corresponde a la pregunta formulada, responder con otra pregunta, repetir parte de las palabras del otro interlocutor, utilizar silencios o gestos, etc.

8- Usa el estilo directo sobre el indirecto, ya que aporta realismo.

No es lo mismo decir “Ella le miró con desgana y afirmó: – Déjame, hemos roto para siempre, que “Ella le miró con desgana y dijo que la dejase, que habían roto para siempre.”

9- Debes tener en cuenta que en el estilo directo se emplea un lenguaje coloquial.

Cada personaje tiene voz propia y debe reflejar el lenguaje real para dar veracidad al diálogo. Mientras, en el estilo indirecto puedes utilizar un registro culto, ya que las palabras van matizadas por el narrador.

10- Es importante que uses incisos que expliquen la situación y describan la acción, el tono de voz del personaje, sus gestos, etc. Así el lector podrá comprender la situación en toda su extensión.

Por ejemplo, “Ella le miró con desgana y afirmó: – Déjame, hemos roto para siempre.- A partir de ese momento, unas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas (inciso).

– No, Ana, esto no puede ser cierto- dijo Adam, mientras sus ojos se volvían vidriosos.”

Ya no tienes excusas para no escribir buenos diálogos con los que tus lectores disfruten y con los que lleguen a tu corazón.

Soy Amalia Sánchez, soy periodista, asesora y coach literaria. Desde hace más de 10 años ayudo a publicar y a llegar a editoriales autores exigentes, comprometidos, que están dispuestos a aprender, que tienen en cuenta los detalles y la calidad, que quieren saber qué hacen bien y qué deben mejorar al escribir, que buscan crecer como escritores, que han invertido tiempo y esfuerzo en su libro y desean continuar trabajando para ser reconocidos y estar en las librerías. ¿Tú quieres esto? Te ayudo a conseguirlo.

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