Las Chivas se coronan en la Liga de Campeones de Concacaf y viajarán al Mundial de Clubes

25/04/2018 - 10:55 pm

Las Chivas se convirtieron en campeones de la Liga de Campeones de Concacaf tras vencer al Toronto en penales. Con el triunfo, el “Rebaño Sagrado” se convierte en el representante del área en el próximo Mundial de Clubes a disputarse en Emiratos Árabes Unidos el próximo mes de diciembre.

Las Chivas vencieron al Toronto y se convierten en campeones de la Concacaf. Foto: Especial.

Ciudad de México, 25 de abril (SinEmbargo).- Las Chivas vencieron en penales al Toronto y se proclamaron campeones de Liga de Campeones de Concacaf, 56 años después de su último título.

Con el triunfo, el “Rebaño Sagrado” se convierte en el representante de la Concacaf en el próximo Mundial de Clubes a disputarse en Emiratos Árabes Unidos el próximo mes de diciembre.

El duelo inició con el despliegue que una enorme bandera con los colores y el escudo del Guadalajara. Con el silbatazo, Toronto se lanzó con todo en busca del primer tanto del partido.

Las Chivas aguantaron y fue a través de una jugada individual de Rodolfo Pizarro, donde obtuvo el aire necesario para dar el primer grito de gol de la noche, cortesía de Orbelín Pineda.

Toronto resintió el golpe, sufrió; pero logró contener el impulso rojiblanco y colocar la paridad en el marcador, tras un disparo de Jozy Altidore.

El empate no cayó bien en el conjunto rojiblanco, las dudas volvieron y antes del final del primer tiempo, al 43’, Giovinco, dio la ventaja en el marcador a favor de Toronto.

El 1-2 en el marcador forzaba el partido a los penales. Ambos equipos apretaron los dientes, metieron la pierna y buscaron un gol que significara el fin del sueño par el rival.

Toronto pudo llevarse la victoria, pero el delantero del equipo campeón mandó la pelota a las nubes.

El pitazo del árbitro marcaba el final del tiempo y el inicio de los penales.

Oswaldo Alanís tomó la pelota y la puso al fondo de las redes. Giovinco empató la serie.

En la segunda serie, Jesús Godínez se paró con la personalidad de un veterano y marcó el segundo para lo rojiblancos. La presión dele estadio hizo que el jugador del Toronto lo fallara.

Alan Pulido anotó el tercero. Toronto la mandó al fondo para seguir con vida.

Pero Ángel Zaldívar puso el último clavo en el ataúd. Mismo que Michael Bradley mandó a volar.

Y mientras le pelota se iba a las tribunas, la afición y el equipo rojiblanco explotaba en felicidad. Las Chivas eran campeonas y coleccionaban su quinto trofeo en la era de Matias Almeyda.

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