#MetaDatos | La estrategia en Internet de José Antonio Meade Kuribreña fue una de las más sofisticadas y agresivas de esta elección, caracterizada por un esfuerzo, casi siempre sin éxito, por desligar al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI). A pesar de la inversión millonaria, las redes sociales fueron el espacio más hostil para el también ex Secretario de Hacienda, pues los colores del tricolor y su liga directa con los priistas que hoy gobiernan México, comenzando por el Presidente Enrique Peña Nieto, echara por tierra la estrategia que lideró Alejandra Lagunes, quien fuera coordinadora de Estrategia Digital Nacional del Gobierno federal.
Los efectos de la millonaria campaña de Meade Kuribreña entre los usuarios de redes sociales fueron mínimos, y si acaso sirvió para mantener el llamado “voto duro” de la militancia tricolor. Tras la salida de Enrique Ochoa Reza de la presidencia nacional del partido también se relanzó la campaña de Meade, pero los intentos por repuntar se vieron opacados por los tropiezos mediáticos que tuvo el propio candidato, como no poder recordar el título de su propio libro, estar a punto de caer de una silla durante un evento, abucheos en foros con público supuestamente “a modo”, entre otros episodios que generaron daño en su imagen.
La Unidad de MetaDatos de este diario digital realizó una revisión similar a la de Meade [ayer fue Jaime Rodríguez Calderón] en los siguientes días. Se trata de una evaluación técnica de sus intentos –exitosos o fallidos– por trascender en las redes sociales, y cimentar en esos ya importantísimos foros sus mensajes de campaña.
SEGUNDA DE UNA SERIE
Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo).– José Antonio Meade Kuribreña termina la campaña electoral en una aparente calma, pero con una estrategia en redes sociales marcada por la confrontación, los ataques y señalamientos en contra de sus adversarios. Al igual que sus tres oponentes en esta contienda, Meade Kuribreña apostó por obtener la mayor proyección posible en la Internet. Desde el posicionamiento en varios sitios, hasta el uso de Twitter para sostener acusaciones y señalamientos a sus oponentes, el candidato de “Todos por México” fue uno de los más agresivos en las redes sociales en más de un aspecto.
Por ejemplo, hasta el 17 de junio el candidato de “Por México al Frente” reportó un gasto ante el Instituto Nacional Electoral (INE) por 67 millones 165 mil 73 pesos en propaganda electoral. El equipo de estrategia de la coalición integrada entre el PRI, PVEM y Panal apostó por la diversificación y el uso de todos los espacios posibles en la Red para llegar a la mayor cantidad de usuarios posible, lo que implicó un gasto millonario y aún pendiente de reportar en varias áreas.
Algunas estrategias fueron más visibles que otras y con resultados contrastantes como es el caso del posicionamiento de en Twitter, que no tuvo alcance fuera de la militancia, y contrasta con el pago de pautas a través de Google Ads para promocionar el sitio Meade.18.com, estrategia que llamó la atención de medios de comunicación por la controvertida compra de los nombres de sus adversarios para desviar las búsquedas sobre ellos hacia su sitio. La campaña digital de Meade dejó claro su objetivo: promocionarse las 24 horas del día y en todos los canales, donde Google, YouTube, Twitter, Facebook, y Twitter fueron los más recurrentes.
A lo largo del proceso, la Unidad MetaDatos de SinEmbargo realizó una revisión en particular sobre dos estrategias en Twitter del candidato de “Todos por México”: sobresalió el intento fallido de irrumpir en este espacio y generar interacción a través de hashtags como #YoMero y #AvanzarConTigo, y el uso de las plataformas digitales como canales de una sola vía, en donde un solo emisor comunica a un público segmentado. Cuando las estrategias para invitar a la interacción fallaron, Meade recurrió al uso de las redes sociales como si se tratara de la televisión o la radio, donde el espectador sólo recibe el mensaje.
Como ejemplo queda el tono deliberativo de muchas acciones que tuvieron lugar en Twitter, como el llamado a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) para que investigara a los responsables de las llamadas masivas en contra de Andrés Manuel López Obrador, lo que contrastó con la difusión de la serie “La decisión de Bety”, promovida por el Panal con formato de telenovela y que se difundió en redes sociales.
YouTube fue otro fracaso en el aprovechamiento del formato de las plataformas digitales por parte de la coalición “Todos por México”, pues buscó la promoción masiva a través del pago de pautas y cerró la opción de comentarios para ocultar las muestras de rechazo. Con esto, Meade cerró un canal más de interacción con el electorado.
No obstante, el candidato del PRI-PVEM-Panal aprovechó mejor las redes sociales por medio del ataque directo a sus adversarios, sobre todo en el caso de Andrés López Obrador y la candidata Nestora Salgado, candidata al Senado de la República por Morena. Como parte de esta estrategia, la coalición “Todos por México” sostuvo en todo el periodo de campaña el hashtag #AsíNoAndrés con el que generó varias tendencias en Twitter para acusar por diversas acciones al candidato de “Juntos haremos historia”. La confrontación incrementó la interacción, pero no le aportó en la obtención de votos.
Sobresalen tres aspectos en particular: el uso de las redes sociales como una plataforma de propaganda, el intento fallido de irrumpir en este espacio y generar interacción con otros usuarios, el uso de la misma plataforma para atacar al adversario, además de un marcado retorno a las estrategias de comunicación de una solo vía.
En redes sociales, la campaña de Meade se caracterizó por el posicionamiento entre grupos de simpatizantes que contaron con la participación de líderes priistas, entre ellos Javier Lozano Alarcón y Aurelio Nuño Mayer. En las primeras semanas también participó el ex dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza.
EL RELANZAMIENTO
Tras la salida de Enrique Ochoa de la presidencia del partido, José Antonio Meade buscó relanzar su campaña y tomar impulso de nuevo, este episodio se caracterizó por el retorno del color rojo característico del PRI en eventos de campaña y propaganda, y por un mayor acercamiento del candidato con la militancia de este partido. Esta reafirmación priista tuvo lugar en mayo después de que el partido atravesara una crisis por la renuncia de 150 líderes seccionales en Aguascalientes y las controversias en las que se vio involucrado el ex dirigente, Enrique Ochoa, entre estas el episodio en que llamó “prietos” a los desertores del partido que se integraron a Morena.
Al finalizar mayo, la brecha en popularidad entre el candidato puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade se incrementó. Una encuesta de Reforma dió a AMLO el 52% de las preferencias, incrementó la crisis del candidato de “Todos por México”. Ese mismo mes Meade enfrentó uno de sus peores momentos al protagonizar el bochornoso episodio cuando no pudo recordar el título de su libro en una entrevista para Milenio.
El impacto que causó en redes sociales la desmemoria del candidato creó un climax de burla y la inevitable comparación con el Presidente Enrique Peña Nieto, quien ya presidenciable tuvo un episodio similar al no poder citar el título de tres libros que marcaron su vida, durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Ese y otros episodios, como el accidente que tuvo en la Tercera Cumbre Ciudadana en el Palacio de Minería, al estar a punto de caer de una silla, aportaron material para que se hablara sobre él en las redes, pero a partir del escarnio.
El candidato del PRI-PVEM-Panal llegó al tercer debate con una denuncia que provino desde la coalición “Por México al Frente”. Voceros de Ricardo Anaya implicaron al candidato priista en el caso Odebrecht, tema en el que también señalaron a Peña Nieto. Las acusaciones fueron desmentidas por el candidato. No obstante, la relación entre el PRI, Peña Nieto y Meade fue una constante de la cual no pudo zafarse en las redes sociales, y esta conexión fue el principal detonante del repudio masivo que caracterizó a la respuesta del electorado en estos espacios.
Este lunes, Meade inició la semana con una discusión que involucró 618 mil 562 tuits, en la segunda red social de más uso en México con 35.8 millones de usuarios activos.
El hashtag #AsíNoAndrés –que el candidato en varias ocasiones empleó para confrontar a AMLO– concluye sin un impacto trascendente en el electorado. De acuerdo con cifras de la agencia Metrics, entre el 18 y 22 de junio este hashtag tuvo un alcance de 101 mil 25 personas. La etiqueta sólo tuvo eco entre los seguidores del candidato y el grupo de usuarios identificados con la coalición. Pero desapareció de la conversación tan pronto concluyeron las coyunturas generadas en el periodo electoral. Sin embargo, el hashtag #MeadePresidente, uno de los más empleados en la cuenta del candidato, sostiene un alcance mayo con 2 millones 91 mil 843 personas en el mismo periodo.