Las calcetas del Presidente de la casa blanca

25/08/2015 - 12:02 am

La única vez que fuimos capaces de herir de verdad el orgullo y la vanidad del Presidente Peña Nieto fue cuando le dijimos que se había puesto al revés las calcetas que usó para correr aquel maratón en el que, dicho sea de paso, también quiso demostrarnos que no estaba enfermo como todos creíamos.

El Presidente, entonces, hizo un comunicado para informar que sus calcetas (de una marca propia de los corredores profesionales) no estaban al revés sino que así era la estampa de ese modelo que había elegido.

El Presidente fue, por primera vez, contundente en su aclaración y el tema de las calcetas al revés hizo que toda la concurrencia mexicana volviera a su banquillo con la cola entre las patas.

“Ándenle, pues”, seguramente dijo nuestro presidente.

Pocos días después de este jonronazo, y aprovechando que el terreno estaba preparado para lluvias, el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade Martínez, declaró que en el tema de la Casa Blanca del presidente y de su secretario de Hacienda no había ningún tipo de conflicto de interés con la empresa Grupo Higa, por lo que quedaban exonerados de todo cargo.

Lo que no dijo Virgilio Andrade, quien fuera un cercano colaborador de Luis Videgaray a su vez, como se sabe, cercano colaborador del presidente Peña Nieto,  es que hubiera un evidente conflicto de interés entre él y los exonerados, sus jefes, porque la Ley, siempre que tiene que aplicarse al presidente o a cualquier otro funcionario de alto nivel, tiene lagunas infranqueables que hay que interpretar como mejor convenga.

Esto es: con impunidad.

Mientras el asunto de las calcetas al revés y la Casa Blanca se aclararon de un plumazo, el gobierno federal ha sido incapaz de aclarar los terribles crímenes de Ayotzinapa, Tlatlaya, Apatzingán y Ostula, más todos los homicidios cometidos contra la libertad de expresión.

México ha llegado a un clima de tal indignación e impotencia ante tanta burla por parte de la clase política que la única respuesta acorde es la risotada.

Porque ningún Estado así –ni dentro ni fuera de México- puede tomarse en serio.

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@rogelioguedea

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Rogelio Guedea
Abogado criminalista y doctor en Letras. Es autor de la “Trilogía de Colima”, publicada por Penguin Random House e integrada por las novelas Conducir un trailer (2008/Premio Memorial Silverio Cañada 2009), 41 (2010/Premio Interamericano de Literatura Carlos Montemayor 2012) y El Crimen de Los Tepames (2013/Finalista del Premio “Películas de Novela”). Su má reciente libro es La brújula de Séneca: manual de filosofía para descarriados (Grupo Almuzara, 2014). Por su trayectoria como escritor y académico, fue incluido en El mundo en las manos. Creadores mexicanos en el extranjero (2015), publicado por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Actualmente es jefe del Departamento de Español de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda).
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