Capitalinos reviven época del trueque a favor del reciclaje

03/06/2012 - 6:02 pm

México, 3 Jun. (Notimex).- Como en tiempos antiguos, habitantes del Distrito Federal –antes Tenochtitlán– revivieron la milenaria y casi extinta práctica del trueque, pero en vez de granos de cacao, la divisa de cambio fue la basura, como parte de un programa para fomentar el reciclaje.

Antes de las 8:00 horas la fila ya era bastante larga sobre el empedrado conocido como la Calzada de la Juventud Heroica, que va de la Fuente de la Templanza a “Los Leones”, bordeando el Castillo de Chapultepec, en la Primera Sección del bosque del mismo nombre.

Las primeras personas llegaron entre las 06:00 y 07:00 horas, con carritos metálicos repletos de cajas de cartón rotas, periódicos, revistas viejas, botellas de vidrio o cargando enormes costales, tan ligeros como estorbosos, llenos de envases plásticos.

Un joven que llevaba en una gran bolsa llena de latas de cerveza aseveró que las había juntando durante varias semanas, “no es que fuera alcohólico o que haya tenido una buena fiesta la noche anterior”.

A final de cuentas su intención era intercambiarlas por frutas, verduras y otros alimentos orgánicos en el Mercado del Truque, que desde marzo organiza la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal el primer domingo de cada mes.

Los organizadores reconocieron que en ocasiones anteriores quedaron rebasados ante la nutrida asistencia, por eso en esta cuarta edición aplicaron un sistema de control por medio de fichas para limitar el acceso de asistentes a tres mil personas; las fichas se acabaron.

La espera en la fila fue de aproximadamente de una hora y media, pues el personal de la secretaría y los voluntarios debían pesar y clasificar la basura de cada uno de los asistentes, para después entregarles los “billetes” que intercambiarían en el mercadito, como si se tratara de una kermés escolar.

Cada persona podía llevar al menos mil gramos de material reciclable o un máximo de 10 mil, tomando en cuenta que no todos los desechos valdrán lo mismo: un kilogramo de cartón vale tres puntos, igual que el de vidrio, mientras el de papel vale cuatro y el de fierro, dos.

Lo más valioso es el politetrafalato de etileno (PET por su abreviatura en inglés), es decir los simples envases de plástico, que valen 24 puntos por kilo; le siguen el aluminio, de 16 puntos, y el tetrapak que equivale a 15 puntos.

También es posible reciclar los aparatos electrónicos viejos, excepto monitores de televisión, discos compactos o casetes de audio y video, debido a que sus cintas magnéticas contienen plomo y la radiación contaminan más el ambiente al ser reciclados, que al dejarlos como están: descontinuados y anacrónicos.

Ya en el mercado, el kilogramo de tetrapak se convierte en un kilogramo de jitomate –que vale 14 puntos– más una pieza de nopal que cuesta un punto; o por un manojo de espinaca –11 puntos– más otro de cilantro con valor de cuatro puntos.

Este sistema de puntos suena complejo, pero no lo es tanto una vez que se entra a la vendimia. El sistema de billetitos de distintas denominaciones es eficaz y sencillo, igual que los precios cerrados y sin decimales de los productos, traídos de las zonas rurales de Distrito Federal.

De acuerdo con la secretaria local de Medio Ambiente, Martha Delgado, a los productores se les paga una parte con el dinero obtenido de las empresas de reciclaje y otra con presupuesto de la dependencia, aunque omitió dar cifras precisas del monto, pues explicó que varía de acuerdo al precio comercial de los productos.

En el Mercado del Trueque hay aproximadamente 60 productos en venta, lo malo es que la oferta de cada uno no es la misma y para realizar una compra variada se debe llegar muy temprano, antes de las 08:00 horas, cuando inicia la entrada al tianguis.

Aunque un poco fastidiados por la espera y la “poca variedad” de los productos, los asistentes coincidieron en que esta iniciativa gubernamental es buena y debe mejorarse, llevarla a cada demarcación y mejorar su atención.

Por su parte los cooperativistas provenientes de Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac, así como del estado de Morelos, aplaudieron la iniciativa y se manifestaron dispuestos a llevar más productos para vender, ya que les conviene.

Este día los madrugadores volvieron a sus casas con quesos, lechugas, mole, rábanos, jitomates maduros, hierbas de olor, flores, cebollines y duraznos, mientras los últimos en llegar se conformaron con jitomates más verdes y unos cuantos manojos de espinaca y cilantro.

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