Estudio revela ventajas de tratamientos contra cáncer de próstata

04/06/2012 - 9:44 pm

Chicago, 4 Jun (Notimex).- Muchos hombres con cáncer de próstata metastizado pueden vivir más tiempo con una terapia continua hormonal de privación de andrógeno que con la actual terapia intermitente, dijo una investigación de 17 años de la Universidad de Michigan.

La investigación, denominada prueba clínica de fase III SWOG-9346, fue coordinada por Maha Hussain, del Centro Integral del Cáncer de la UM.

Según estadísticas, más de 240 mil hombres en Estados Unidos tendrán este año un diagnóstico de cáncer de próstata, y más de 28 mil morirán por esta enfermedad.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer y explica que el diagnóstico de cáncer de próstata metastizado habitualmente implica una castración quirúrgica o medicamentos para suprimir la producción de las hormonas masculinas que dan ímpetu al cáncer.

El tratamiento puede ayudar a contener temporalmente la enfermedad, pero en la mayoría de los pacientes el mal reincide y llega a la muerte.

Sin embargo, la ventaja entre ambas soluciones es que mientras la castración quirúrgica es permanente una "castración médica" proporciona a los hombres la ventaja potencial de recibir temporalmente la terapia.

El nuevo estudio confirmó que a la pausa en este tratamiento le sigue, con el tiempo, un aumento en los niveles de tetosterona que ofrecen una mejoría en la calidad de vida, pero no mayor supervivencia.

Los científicos descubrieron que el tratamiento intermitente de privación de andrógeno puede demorar la recurrencia del cáncer, pero no es tan efectivo como una terapia hormonal continua, la cual puede resultar en un vida más prolongada.

El equipo internacional que condujo el estudio en más de 500 sitios, involucró a 3 mil 40 hombres con cáncer de próstata, sensible a las hormonas y metastizado, entre 1995 y 2009.

Todos los hombres tuvieron un curso inicial de tratamiento de privación de andrógeno por siete meses, dijeron los investigadores.

Del total de pacientes, 1, 535 hombres fueron asignados al azar para pausas en la terapia, o terapia intermitente, y terapia continua.

El primer grupo tuvo una suspensión de su tratamiento y posteriormente inició siete meses de terapia de privación de andrógeno, continuando con este ciclo de terapia y pausas.

Los hombres con terapia intermitente tuvieron un promedio de supervivencia de 5.1 años, y el 23 por ciento sobrevivió por lo menos diez años desde el momento en que fueron asignados al azar para el segmento de terapia intermitente.

Pero los pacientes en terapia continua registraron una media de supervivencia de 5.8 años a partir del momento de la distribución al azar, y el 29 por ciento de ellos sobrevivió por lo menos diez años.

Un análisis adicional mostró que los hombres con "enfermedad mínima", no extendida más allá de los nódulos linfáticos o los huesos de la columna vertebral o la pelvis, tenían un resultado significativamente mejor con la terapia continua.

Pero los de "enfermedad extensa", propagada más allá de la columna vertebral, la pelvis y los nódulos linfáticos a los pulmones o el hígado, mostraron resultados similares con cualquiera de los dos métodos de tratamiento.

El tiempo general medio de supervivencia para los que tenían enfermedad mínima fue de 7.1 años con la terapia continua de privación de andrógeno comparado con solo 5.2 años para los pacientes con la terapia intermitente.

Los hombres con enfermedad extensa tuvieron períodos generales medios de supervivencia de 4.4 años con la terapia continua y de 5 años con la terapia intermitente.

"En el pasado cuando se llegó al punto de usar la terapia hormonal con esta enfermedad, los médicos adoptaban un enfoque de 'una talla se ajusta a todos´”.

Sobre la base de las conclusiones de este estudio parece que una talla no se ajusta, necesariamente, a todos, expresó Hussain.

La medición de calidad de vida tuvo puntajes más altos en el segmento que recibió la terapia de privación intermitente de andrógeno que el de privación continua de andrógeno durante los quince primeros meses después de la distribución aleatoria de los pacientes.

Esto incluyó las mediciones de la función sexual (impotencia y líbido), la función física y emocional, y el nivel de energía.

En este aspecto los investigadores encontraron una función sexual mejorada en los hombres que recibieron la terapia intermitente en comparación con los que tuvieron la terapia continua.

"Esto es parte de los beneficios potenciales en la calidad de vida que ofrece esta terapia”, añadió el estudio.

Pero mostró que es inferior en lo que se refiere a la supervivencia general, aspecto que debería ser la consideración primordial cuando se aconseja a los pacientes, y en particular a los que tienen enfermedad mínima.

Los investigadores insistieron en los períodos generales de supervivencia que ofrecen ambas terapias como el gran valor del descubrimiento del estudio.

Esto es, la terapia de privación intermitente de andrógeno ofrece mayor calidad de vida pero menos posibilidades de seguir vivo más tiempo que la de privación continua de andrógeno.

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