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Redacción/SinEmbargo

26/03/2012 - 12:00 am

La sombra de Maciel domina visita papal

Durante los tres días en que el Papa Benedicto XVI estuvo en México, y más allá de los vítores de su grey y del gobierno mexicano, la sombra de los abusos sexuales contra niños y adolescentes cometidos por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo manchó una visita que, para las […]

Durante los tres días en que el Papa Benedicto XVI estuvo en México, y más allá de los vítores de su grey y del gobierno mexicano, la sombra de los abusos sexuales contra niños y adolescentes cometidos por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo manchó una visita que, para las víctimas y para muchos católicos, era la oportunidad de, al menos, pedir perdón, dar consuelo y reconciliarse con quienes fueron víctimas de esos actos de pederastia clerical y con quienes, por desgracia, la siguen padeciendo aún ahora.

Maciel, quien falleció en 2008 a los 87 años, fue denunciado por abusos sexuales a menores y mantuvo una doble vida con dos mujeres y varios hijos.

El sábado, el Papa dirigió un mensaje a los niños en la ciudad de Guanajuato, donde evitó hacer referencia a las denuncias de pederastia que se han producido en diversas partes de México y de víctimas que ahora radican en Estados Unidos. En la Plaza de la Paz sólo se limitó a decir: “Deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger y cuidar a los niños para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y mirar al futuro con confianza.

Casi al mismo tiempo, en la ciudad de León, donde el Sumo Pontífice pernoctó durante tres días, el investigador Fernando M. González y el ex sacerdote Alberto Athié Gallo, presentaron su libro La voluntad de no saber, donde plantearon que Joseph Ratzinger, durante los 24 años que estuvo al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por la misma naturaleza de su cargo, tenía la obligación de conocer los actos de pederastia cometidos por Marcial Maciel.

Sin embargo, dijeron guardó “un silencio cómplice” junto con el Episcopado Mexicano y tanto él, en su visita a México, como las autoridades eclesiásticas “actuaron como si Maciel, los Legionarios y las víctimas fueran de un lejano país o de otro planeta”, ya que jamás se realizó un proceso canónico contra Maciel, ni se les ha hecho justicia a quienes fueron víctimas de sus abusos sexuales.

Benedicto XVI, quien hoy se va de México para continuar su gira en Cuba, perdió con ello la oportunidad de redimir a su Iglesia y, además, hacer un poco de justicia para los afectados. Los analistas exponen que con este silencio la Iglesia católica pierde de nuevo su credibilidad, más en un país donde otros cultos han ido ganando terreno con el paso de los años.

 

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El principal representante de la República Amorosa, Andrés Manuel López Obrador, quien también estuvo presente en la misa que el Papa Benedicto XVI ofreció ayer en Silao, Guanajuato, también pareció contagiarse con los mensajes de paz que pulularon en México durante el fin de semana pasado.

En una entrevista con el diario español El País, el candidato de las izquierdas a la Presidencia de la República, dijo que ya perdonó al ahora presidente Felipe Calderón Hinojosa por lo que, en su calidad de candidato, hizo en 2006: “Perdono a todos, le perdono a él (Calderón) en particular, a todos”.

Sin embargo, AMLO no todas las palabras del candidato amoroso contuvieron miel. También hubo hiel, pues acusó al mandatario de ser no sólo corrupto sino también deshonesto: lo que “es peor porque la corrupción es quedarse con dinero, pero la deshonestidad es quedarse con dinero y además no ser consecuente. Limpiaremos al gobierno como a las escaleras, de arriba abajo”, expuso en la entrevista realizada por Luis Prados y Salvador Camarena.

Los periodistas le preguntaron si investigará las elecciones de 2006 si llega a ser Presidente de México.

–No, porque ya hay un juicio.

–¿El juicio de la historia?, le insistieron los corresponsales del diario.

–Sí, es el más importante.

 

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Y para quienes aún dudan de quien manda en el Partido Nuevo Alianza (Panal), su lista de candidatos a obtener un escaño en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores les ofrece respuestas contundendetes

Ahí figura la hija de Elba Esther Gordillo Morales, Mónica Tzasna Arriola Gordillo, quien aspira a una senaduría por la vía plurinominal; actualmente, ella funge también como secretaria general del Panal.

A su vez, el nieto de la “maestra”, René Fujiwara Montelongo –quien tiene 28 años y es hijo de la hija mayor de Gordillo Morales, Maricruz Montelongo Gordillo– pretende alcanzar una diputación federal por la vía plurinominal.

Por si fuera poco, el yerno de la lideresa, quien es esposo de Maricruz Montelongo, Fernando González Yáñez, está en busca de una curul en el Senado, por el estado de Sinaloa.

Pero también están los incondicionales, los cuates cuates: Héctor Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y la maestra Lucila Garfias Gutiérrez, diputada local y dirigente del Panal en el Estado de México.

Con que, al menos estos cinco se cuelen al Congreso, la “maestra” se dará por bien servida, pues con su candidato a la Presidencia, Gabriel Quadri de la Torre, el Panal no tiene la menor opción e incluso podría perder el registro como partido político; aunque, claro, eso no le quitaría las posiciones plurinominales en el Senado y Diputados, y tampoco le llevaría a desaparecer las regidurías, diputaciones locales y alianzas que aún mantiene con gobernadores.

 

 

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