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Gustavo de Hoyos Walther

26/04/2022 - 12:02 am

El estilo autoritario de gobernar

“Al final, el populismo autoritario de nuestros días no tiene futuro porque está fundado en la sinrazón y en la ilegalidad. Esta última, de hecho, ha sido la bandera de López Obrador desde que sabemos de él”.

“Hace poco volvió a sugerir que la Ley no importaba. Esto, sobra decir, puede tener consecuencias nefastas para el país”. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro

El populismo autoritario del siglo XXI es una tentativa por convencer a una parte sustancial de la ciudadanía de que al llegar al poder los líderes populistas velarán por el interés de los más desfavorecidos. Esto, por supuesto, resulta al final ser un espejismo. Históricamente lo que sucede es que los regímenes populistas benefician a una parte de la élite que se pliega a sus políticas y objetivos. Vladimir Putin en Rusia aniquiló a los empresarios que no se acomodaron a sus deseos pero favoreció a otros empresarios que no se le rebelaron.

En Estados Unidos, durante el Gobierno de Donald Trump, se calcula que las 500 empresas del S&P conectadas con el trumpismo obtuvieron ganancias hasta del 3.7 por ciento, lo que se tradujo en 2.5 billones de dólares.

Esta especie de capitalismo de cuates que caracteriza a los populismos contemporáneos entraña, muchas veces, que el líder actúe, no en favor de los intereses de las empresas, sino a partir de sus propios intereses.

En México, el Presidente López Obrador ha seguido el guión populista como lo hicieron Putin y Trump. Para nadie es un misterio que el Presidente ha presionado, de diversas maneras, a empresarios para que inviertan en sus proyectos favoritos, aunque estos no respondan a un análisis costo-beneficio o sean rentables en el mediano y largo plazo. Todos conocemos los ejemplos: de la refinería en Dos Bocas al Tren Maya, del aeropuerto en Santa Lucía al caso de la Cervecería Constellations Brand.

Este último caso es ilustrativo. El Gobierno de López Obrador privó a Baja California de una inversión importante que redundaría en miles de fuentes de empleos y en crecimiento económico en la región. También obligó a una empresa a sacrificar una enorme cantidad de recursos y tiempo que ya había invertido. Lo peor del caso es que esto no se hizo por razones estrictamente económicas, sino políticas. Como sabemos, hace poco se anunció que Constellations Brand planea invertir mil 300 millones de dólares en una planta cervecera en Veracruz, que se inaugurará en 2024. Más allá de si esto le convendrá a la empresa Constellations Brand que, hasta donde se sabe, tenía planes para vender cerveza en el mercado estadounidense, lo que vale señalar aquí es el estilo autoritario de un Presidente que decide todo de acuerdo con lo que le beneficia a él y a su movimiento, sin consideraciones que impliquen el beneficio general. Al final, el populismo autoritario de nuestros días no tiene futuro porque está fundado en la sinrazón y en la ilegalidad. Esta última, de hecho, ha sido la bandera de López Obrador desde que sabemos de él. Hace poco volvió a sugerir que la Ley no importaba. Esto, sobra decir, puede tener consecuencias nefastas para el país.

Las buenas noticias es que, como lo confirma la votación en el Congreso sobre la Reforma Energética, la sociedad civil junto con los partidos están fortaleciéndose cada vez más. El futuro, a pesar de todo, será verdaderamente democrático.

Gustavo de Hoyos Walther
Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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