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Ernesto Villanueva

26/06/2020 - 12:01 am

El mundo al revés. ¿Qué hacer frente a los cibercrímenes?

El primer aspecto que debe cuidarse es las vías de comunicación por Internet, la más popular, pero también la más vulnerable, es WhatsApp.

l primer aspecto que debe cuidarse es las vías de comunicación por Internet, la más popular, pero también la más vulnerable, es WhatsApp. Foto: Magdalena Montiel, Cuartoscuro.

El desarrollo de las tecnologías de la información ha traído facilidades para la vida cotidiana, pero ha generado efectos secundarios que son graves: inseguridad en las comunicaciones, afectación a los derechos de la personalidad (vida privada, propia imagen, honor, dignidad personal etcétera) e intrusiones que pueden ser muy graves en la economía personal.

En México hay varios problemas que se acumulan a los de vieja data: el sistema jurídico está por detrás de las nuevas conductas que en otros países son delitos (es decir, conductas cuya comisión trae una reacción jurídica sancionatoria que incluye la pérdida de la libertad), las policías cibernéticas, salvo como todo honrosas excepciones, están mal preparadas (los buenos elementos generalmente dan el salto a una empresa privada con aumentos sustanciales en sus ingresos y condiciones de trabajo) y un déficit cultural en los cuidados de los usuarios de los distintos servicios que se pueden utilizar a través de la Internet.

En esta primera entrega sobre este tema que vale la pena profundizar por la inclemencia de la COVID-19 que lleva ya varios meses y no se sabe a ciencia cierta cuándo terminará, que ha generado un universo mayor que el habitual que usa las redes para comunicarse, realizar compras, hacer transacciones de distinto tipo, entre otras. El confinamiento ha aumentado (no hay una cifra unívoca, algunas consultorías dicen que el 15 por ciento y otras que el 65 por ciento ) el uso del Internet en grupos de población que voluntariamente no lo hubieran hecho si no se encontraran frente a esta necesidad que los ha obligado a incursionar con mayor frecuencia en la red de redes para distintos propósitos. Hay que actuar en consecuencia y partir del supuesto de que sólo excepcionalmente la autoridad hará algo para resolver un problema, por las limitaciones expuestas líneas arriba. Por tanto lo que usted no haga por sí mismo, muy probablemente nadie lo hará. Veamos.

Primero. El primer aspecto que debe cuidarse es las vías de comunicación por Internet, la más popular, pero también la más vulnerable, es WhatsApp. Una gran parte de la población piensa que la intrusión en sus comunicaciones es un fenómeno que le pasa a “otros”, pero no a uno. Esta pauta cultural de comportamiento debe cambiar o aceptar las consecuencias de no hacerlo. Para una comunicación básica el WhatsApp puede servir como herramienta de comunicación escrita y en voz sobre Internet (ojo, todavía hay quienes piensan que hablar por WhatsApp es más seguro que hacerlo por un teléfono celular y eso no es cierto, no ahora en el año 2020, lo que debe tenerlo claro cuando habla por este software). Si busca una opción con mayor seguridad puede usarse la mensajería signal que tiene mayores mecanismos de protección de las comunicaciones y se puede bajar en su celular de forma gratuita, bien sea IOS o Android. Si sus necesidades de comunicación requieren aun mayor seguridad, una de las mejores alternativas del mercado es Silent Phone una app de la empresa suiza Silent Circle, que tiene tanto mensajería encriptada como uso de voz por internet también encriptado sin costo adicional para suscriptores y con un costo para una llamada de un teléfono con SP a uno convencional. La renta mensual es relativamente baja por las facilidades que ofrece. Por supuesto, cabe señalar que no hay ahora ningún tipo de mensajería 100 por ciento segura, pero sí unas inseguras a otras con probabilidades mínimas de intrusión como esta última que señalo.

Segundo. Otro tema que a la gente le inquieta es su correspondencia electrónica. Contra lo que pudiera pensarse los correos Hotmail y Gmail que fueron inicialmente fácilmente vulnerables, han sido mejorados y tienen medidas razonables de seguridad tratándose de servicios gratuitos. Si las necesidades de comunicación con seguridad son más exigentes, en el mercado hay, entre otras, dos buenas opciones de pago, hushmail (que tiene la opción de encriptar mensajes y cuya contraseña reclama mayores datos alfanuméricos y también necesita que se tenga bien guardada la contraseña porque no se puede solicitar una nueva como lo puede hacer en un correo gratuito convencional) y también se puede citar a protonmail.com, considerada hasta ahora la que tiene menores flancos de vulnerabilidad porque, se supone, sería una versión mejorada de hushmail.com. Seguiremos con el tema la próxima semana.

@evillanuevamx

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Ernesto Villanueva
Ernesto Villanueva es académico, especializado en anticorrupción y rendición de cuentas, libertad de expresión, patrimonio y daño moral así como derechos y obligaciones en la era digital.

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